Cincuenta años de canciones pop condensadas en una sola frase.
Ejemplos:
Led Zeppelin, «Whole Lotta Love»
I want to do it with you.
James Blunt, «You’re Beautiful»
I want to do it with you.
Frank Sinatra, «Strangers in the Night»
I’m drunk and I want to do it with you.
Pulp, «Common People»
I once met a stuck-up European who wanted to do it with me.
(via)
There’s Nothing Wrong With Fun, You Thrill Killers!
La recepción que se le esta dando al nuevo disco de Rooney, “Calling The World”, y la diferencia marcada con la recepción de “Boys And Girls In America”, dice mucho sobre la larga aversión que tienen los periodistas (y escuchas) con la pura e in-adulterada diversión. Pareciera que la sombra del rockismo y la seriedad se extiende sobre la música (indie en particular, lo admitamos) como los dibujos de Alex Ross y las muertes innecesarias de personajes secundarios en los comics de superhéroes. ¿Que es lo que le pasa a nuestra cultura que un disco que es, básicamente, Springsteen con un nuevo set de referencias líricas (por mucho que me guste) es recibido como la segunda venida de Cristo y un disco como el de Rooney, que se solaza (y es feliz!) en su repetición de los mejores rasgos de la ELO, Duran Duran, George Harrison solista y hasta un poquito de Big Star es considerado banal y “cheesy”?.
Justamente es esta honestidad estilística, esta transparencia en su intención de solo hacer bailar a la gente con los recursos del pop mas efectivo, en la tradición de esas otras geniales bandas mencionadas arriba (y, no olvidemos nunca, los mas grandes: ABBA) lo que hacen que el disco sea un soplo de aire fresco, una hermosa carta de amor a la felicidad de abandonarse a una felicidad que es muy parecida a comer grandes cantidades de caramelos.
Rooney – When Did Your Heart Go Missing
Y si no, los desafío, LOS DESAFÍO, a no cantar a grito pelado el estribillo de “When Did Your Heart Go Missing” la segunda vez que aparece. La canción que podrían haber compuesto los Duran Duran circa “The Reflex” o Robert Palmer en un rapto de inspiración. Un verdadero floor filler que, en la gran tradición del pop comercial de los ochenta, cuenta con letras completamente cliches y ridículas. Pero no importa, porque lo que parece estar diciendo la energía de la canción, la urgencia de la voz, los sintetizadores al mismo tiempo completamente kitsch y catárticos, esa guitarra que entra en el estribillo y es COMPLETAMENTE un acto de manipulación de nuestros generadores de endorfinas, es que el “significado” de la canción misma no importa, solo interesa que te sumerjas en ese océano de alegría absoluta, que bailes como si en ese acto estuvieses redimiendo a toda la humanidad.
Rooney – Don’t Come Around Again
Y en “Don’t Come Around Again” se apropian de otra larga tradición en la escuela de bandas pop inventivas: la falsa canción rock. Es un truco de Big Star, se podría decir, pero yo no puedo dejar de pensar en la magnificencia de Cheap Trick, que fueron quizás quienes mejores lo hicieron. Parecen decir: “miren, también podemos ser malos y robar riffs de los Rolling Stones”, cuando en realidad son chicos bien, optimistas, que no podrían proporcionar nada de la alegría decadente que hemos venido a asociar con cierto rock cavernícola. Así que uno se los imagina en su estudio, pensando en hacer un rockito, pero sonriendo tan evidentemente al comenzar la grabación que todo colapsa en un gran espasmo colectivo de risa.