En la música electrónica hay ciertos parámetros estéticos que siempre se cumplen, tanto en la música que esta hecha para el baile como para la que funciona simplemente como un wallpaper sonoro o para escuchar en cualquier situación. La electrónica esta asociada constantemente con la tecnología, con la modernidad y el avance tecnológico. También, con la técnica. La electrónica es eficiente, y todo esta en su lugar por una razón precisa y fríamente calculada. Si esta fuera de lugar, es porque esta fuera de lugar de una forma también calculada y pensada. Existe el error causado por un algoritmo que crea un pulso arrítmico, no el error causado por hacer cualquier cagada tocando una guitarra. Cada sonido, timbre, ritmo, esta armado para que sea lo más bello o groovy o perfecto posible. Es parte de la esencia de la imagen del techno, la música futurista, o al menos de ese futuro en el cual la gente creía antes.

Por todo eso, me parece genial que The Field haga la música que hace. Porque por un lado es música electrónica tradicional, tirando un poco al ambient, bastante poco apropiada para la pista pero que te hace mover la cabeza amablemente. Pero el «Yesterday and Today» es un disco desprolijo, no tanto compositivamente sino en el plano sónico. Uno escucha las baterías y son correctas, adecuadas. El bombo funciona, pero no es el BOOM perfecto al que uno podría estar acostumbrado. Esta bien. La mezcla de la bateria esta ahi, me recuerda un poco a los inicios del techno experimental, onda el selected ambient works 85-92 de Aphex Twin o los primeros intentos de Orbital o Future Sound of London. El disco incluso ni siquiera suena demasiado fuerte ni parece estar ultra-masterizado, y las progresiones y pulsos de los temas están llevados de una forma instintiva, más que por alguien que busca una idea concreta.
Los temas son composiciones muy sueltas, desprolijas, increíblemente colgadas y serenas. Y hay un montón de detalles inesperados y agradables, como la encantadora y despreocupada linea de bajo en «Leave It» y la bateria procesada al final del tema que nombra al disco. Y en el segundo tema, un cover del hit ochentero «Everybody’s Got to Learn Sometime» (el mismo que hacía beck, totalmente irreconocible), el corte instrumental se estira como un chicle, donde cada acorde sostenido dura muchísimo más de lo que debería de durar. El efecto es rarísimo, incómodo e hipnótico, y resume el gusto por la experimentación y el buen gusto en las ideas de este disco.
Me sorprendió cuando leí que Alex Willner (artista detras del nombre The Field) utiliza para componer el programa Jeskola Buzz, que es un programa freeware muy feo pero poderoso que ya esta hace unos cuantos años. Explica bastante quizás su sonido y su forma de componer. Siempre me gustó como se puede asociar a veces la herramienta para componer y la obra. Pero lo importante, ajeno a esto, es que debería de haber más músicos con las ideas de The Field.
The Field – Yesterday and Today