Guilty Unpleasures, Vol1 : Ezequiel

Como celebración del primer año de este blog, esta en mente una pequeña serie donde cada uno de nosotros vamos a hablar sobre algo delicado: Los Guilty-Unpleasures, o digamos, esas bandas que deberian de gustarnos si o si a causa del canon artístico, pero que no lo podemos entrar de ninguna forma. Todos tenemos las nuestras. Y muchas veces son inexplicables, y la mayoria de las veces causan la Ira Total ™ para cualquier persona que se entere de «¿¿Como que no te gusta _____?? Estas Enfermo!!»
Asi que bueno, sin más ni menos, arranco y preparense para odiarme.

1 – David Lynch

En realidad hay cosas que me gustan de lynch. Lo más destacable de esto es que todo el mundo (incluyendo a los dos colegas bloggers de ebm) son fanáticos, y los fans de lynch, generalmente son fanáticos. enfermos. de. lynch. y son incapaces de entender como alguien no opina que es el mejor fucking director del mundo. De él vi blue velvet (me gustó), eraserhead (meh), a straight story (muy buena), corazón salvaje (what a bunch of bullshit), y mulholland drive (meh).
¿Que puedo sacar como conclusión de esto? Que no me gusta lo ‘lynchiano’. Recién hace poco pude conocer a alguna gente que opina más o menos parecido a mi al respecto. Asi que en resumen, aunque me parece un director muy talentoso y con muchisima habilidad para crear climas jodidos, pero tiene muchas cosas que me embolan.
Como dijo el commentator Gustavo alguna vez en algun comment, su colección de tics es insoportable. Siempre tira a un fanatismo o interes por lo grotesco, por lo inesperado y el wtf que se vuelve predecible. Yo sabia que la madre de la novia del protagonista de eraserhead lo iba a querer besar. es obvio. es lynch. Esas mismas imagenes y conceptos los repite al hartazgo todo el tiempo en un plan «i’m really weird lol» que cansa. A su vez, tiene una predilección por el kitsch que no comparto. Y es simple: No me gusta el kitsch. Si, ya se, soy un amargo. Fuck off.
A su vez, toda esa pretensión de culto en plan «todavia no lei ningun analisis sobre eraserhead que sea similar a lo que yo pensé cuando hice la pelicula». What a bunch of bullshit. Hace tus peliculas y dejate de joder.
Y tambien el über-fanatismo. Que me lleva a tomarmelo con humor y a veces molestar con que me gusta mucho menos de lo que en realidad me gusta. Me parece que podria estar mejor hecho, que Mulholland no necesitaba ese final terraja con el viejo detras del local «que lo explicaba todo» y similares. Daniel Clowes – un artista que a menudo emplea una estética muy similar – maneja muchas veces situaciones similares e igual de perturbadores y de una forma muchisimo mejor y más delicada.

2 – Throbbing Gristle

Nunca escuche un disco de gristle pasando el 4to o 5to tema. Simplemente no me interesan su estética, su aproach a la música, lo que intentan hacer, y punto. Me caen muy bien, me parecen interesantísimos, hay cosas muy lindas de Psychic TV, pero en general, Meh. Y ni hablar que arrancaron toda la movida Industrial, el género más plancha en haber surgido en los últimos 30 años, o la combinación de todos mis sonidos menos predilectos de la peor forma posible.

3 – The Smiths

¿¿Como que no te gustan los Smiths bo?? Pero estas Loco!!! Si sos re-pussy!!!
Bueno ta, me gustan un poco los Smiths, Morrisey me parece un gran letrista, pero, nunca, jamás, pude engancharme con un disco, ni que me pegara el bichito Morrisey y escucharlo mucho. Básicamente debe ser por el Moz mismo, siempre me dio la sensación de que entre él y yo (él como músico y yo como escucha) hay una distancia de hielo de cientos de kilometros. Es exactamente lo opuesto a lo que me ocurre con otros cantantes/songwriters (con el tio will oldham me pasa justamente lo contrario). No se. Quizás sea la teatralidad del asunto, lo exagerado e idealizado de todos los sentimientos. Y eso mismo ocurre con la música. Es como todo demasiado perfecto, pulcro, sin errores.

Ok. ¿Dario? ¿Amadeo?


2007 – The Indie Escape

Ya me he quejado varias veces sobre las feas que muchas veces quedan las chartas de Last.fm, pero la verdad quede bastante contento con el chart de álbumes, que muestra los discos más escuchados. Básicamente puedo reconocerlos estos como los discos que más escuche en el año, sobre la mayoria hable, sobre un par, no. Asi que aprovecho y aunque no pensaba hacer listas ni nada por el estilo, hablare un poco sobre cada uno de estos discos.

1 Judee Sill – Judee Sill
Judee Sill fue la revelación que más me pegó en el año, y es medio lamentable lo poco que hable sobre ella, pero la verdad no tengo muchas palabras para describir lo que hace. Simplemente me parece superior en el género folk de ese periodo y no hay nada que me haya gustado más que lo que hace ella por un amplio margén, y su forma de cantar y de componer es de otro universo.

2 Emitt Rhodes – Emitt Rhodes
Sobre Emitt ya hable aquí. Como me gusta como suena ese disco.

3 Dr. Dog – Toothbrush
Tambien hable un poco de ellos aquí. Lástima el resto de los discos de Dr. Dog que no le llegan ni a los talones a este discazo, pero mas bandas tendrian que arriesgarse a hacer cosas como estas, recortes de cintas chorreando mugre, temas de blues falso y los arreglos mas bizarros, arriesgados, despreocupados y divertidos de lo que va de este comienzo de siglo.

4 The Left Banke – There’s Gonna Be A Storm – The Complete Recordings 1966-1969
The Left Banke es una genial banda cuando uno quiere escuchar lindo pop bien arreglado, ya escucho demasiado belle and sebastian y sufre una alergia horrenda al escuchar nombres de bandas como handsome boy modelling school, suburban kids with biblical names, y boring hipsters with long band’ names. En particular, los primeros temas son gloriosos (walk away renee y pretty ballerina por ejemplo) y estan al nivel del mejor pop de los 60s. El resto del disco despues decae y hay algunos rockerismos de relleno, pero igual, aguante The Left Banke.

5 of Montreal – Hissing Fauna, Are You The Destroyer?
Ya hablamos suficiente de este disco no? Mejor disco del año, sin duda.

6 Lloyd Cole and the Commotions – The Singles
Este disco lo escuche MUCHO a principios de año. Es impresionante lo poco que se escucha al pobre tio Lloyd – especialmente viendo los charts de Last.fm. Pero el chabón es muy bueno, y aunque tampoco es la octava maravilla, tiene un gran puñado de grandes temas. Quizas el estar tan a medio camino entre indie-alternativo, new-wave y simple y duro AOR le juega en su contra, pero pocos músicos pueden tener el honor de tener a Robert Quine en sus filas para tocar baladas. Por algo será.

7 Moby Grape – Moby Grape
¡Ja! ¿Que carajos hizo Ezequiel escuchando Moby Grape? Bueno, que entre los periodos que tuve en este año (aunque se nota una muy clara linea de por donde iba todo) también me intereso las cosas más clásicas de los 60s. El disco de Moby Grape me lo recomendaron mucho y es muy bueno, y lo he escuchado mucho, pero todavia no tengo la imagen mental completa del álbum. Quizas no es completamente lo mio. No importa, seguro lo seguire escuchando un buen tiempo más.

8 Carole King – Tapestry
La tía Carole va unida con Judee Sill en ese plan folk-60s-tranqui-aor-testasponiendoviejo con la que estuve en general. Todavía me cuesta creer que Tapestry sea realmente un disco solo, y no un Greatest Hits. El nivel de los temas es simplemente increíble. Algunas letras hay que verlas con buenos ojos.. pero en si, un gran disco que todos deberiamos de escuchar al menos una vez al mes, tomando te con masitas un sábado templado.

9 Otomo Yoshihide’s New Jazz Ensemble – Dreams
Este fue sin duda el disco que más escuche en los últimos 3 meses. Y es raro porque ya lo habia descubierto y escuchado bastante hace 3-4 años, pero por alguna razón lo volvi a bajar y al escucharlo de nuevo quede totalmente enganchado. Todavía ando buscando futilmente algun disco que se parezca a estas 8 canciones (7, descontando el ataque free del final), recuerdo unas recomendaciones de Gustavo pero tienen alguun parecido pero en si, no es lo mismo. Tambien probé con otros discos de Jazz de Yoshihide y no hay caso. Mientras me seguire refugiendo en «Dreams», un pequeño mundo donde el instrumento que más detesto (el saxo) se vuelve lo más maravilloso del mundo.

10 Todd Rundgren – Something/Anything?
Aunque «I Saw The Light» es uno de los temas del año, al igual que al de Moby Grape no pude digerir este enorme disco del todo, que tiene la grosera cantidad de 25 temas y parece no acabarse más. Pero me termino gustando mucho la (al principio infumable) super-balada «it wouldn’t have made a difference» y eso es todo un progreso para cualquier disco.


(No sé si el 10 de enero no es una fecha demasiado tardía para un post de fin de año (por algo se llama «de fin de año», ¿no?) pero más de uno parecía interesado en que lo hiciera así que por una vez les voy a dar el gusto. Esta es una primera parte pero por cuestiones de tiempo nunca puedo terminar todo el post así que vamos con un pedazo que puede funcionar bien como un post en sí mismo y próximamente me ocupo de postear algo más.)

Contrariamente a lo que varios esperan, no voy a hacer una lista de discos del año. Ni siquiera escuché tantos discos de este año como para hacerlo y menos aún que me hayan gustado tanto. Este fue el año en el que me convencí definitivamente de algo que ya venía sospechando (y no era solo mía la sospecha): la música, si no está muerta, al menos se volvió totalmente irrelevante. La música pop está no-muerta, como decía Mark de k-punk. A pesar de esto me siento obligado a decir que sí hubo algunos discos buenos y mencionarlos. Mi disco favorito del año fue sin lugar a dudas (y ya todos saben lo que voy a decir) Hissing Fauna, Are You The Destroyer? de of Montreal, el único disco de este año que escuché y me pareció que tenía ese algo que te da la impresión inmediata de escuchar una obra maestra. Después de su crisis matrimonial en Noruega Kevin Barnes logró escribir su mejor disco hasta el momento y dudo mucho que pueda superarlo alguna vez. El Overpowered de Roísín Murphy es un disco brillante que descubrí recién sobre el fin de año cuando se me ocurrió repasar algunos discos que no había escuchado y que todavía me tiene totalmente enganchado después de semanas. Es curioso que los dos discos que más me gustan de este año sean discos sobre los que no tenía ningún tipo de expectativa. El Widow City de The Fiery Furnaces fue bastante bueno. Panda Bear estuvo muy bien con Person Pitch y logró hacer un disco mejor que todo lo que había hecho con Animal Collective pero tampoco lo tildaría de obra maestra y Astrud sacó el disco (Tú no existes) que más me gusta de ellos desde el primero del dúo español. Después de eso vienen varios discos que están bien pero que no llegaron a llamarme tanto la atención como el de Electric Six, un disco divertido pero que no me emociona tanto como a mi camarada Amadeo o El mamut de Massacre que es un buen disco con varios temas muy buenos que muestran a la banda a su mejor nivel pero que en total es un poco inferior a otros de sus discos y que en la totalidad de la discografía pasaría desapercibido.

Otros varios artistas de los que esperaba más sacaron discos francamente decepcionantes, como Kanye West que sacó Graduation, el peor de sus tres discos aunque tenga uno de los singles del año, «Can’t Tell me Nothing». El Strawberry Jam de Animal Collective no lo escuché entero pero por lo que vi no está muy bueno y Jens Lekman, del que me había hecho muy fan con sus dos discos anteriores, sacó el embole total de Night Over Kortadella, un disco en el que a pesar de que la mitad de los temas no son nuevos y la otra mitad son lo mismo que venía haciendo la suma de las partes no cierra y creo que puedo contar con los dedos de una mano cuantas veces escuché el disco entero. Curiosamente en varios medios parece que este es el disco que más les gusto del sueco. Calvin Harris sacó dos de los mejores singles fiesteros de este año, «Merrymaking at My House» y «Acceptable in the 80’s» pero el disco es como mucho un meh y que es el peor representante de lo que James Murphy decía en «Losin’ My Edge», la «borrowed nostalgia for the unremembered 80’s». El de Arcade Fire estaba bien pero hasta ahí.

¿Hubo algo más interesante? No sé, hubo una cantidad enorme de discos que figuran en todas las lista y que yo no escuché y no sé si voy a escuchar. Lo que sí merece una mención especial, sobre todo porque más de uno está esperando que la haga, es Banio Qimico, sin dudas la banda nacional del año, lo más divertido que escuché este año y la prueba definitiva de que el cualquierismo debería existir como vanguardia artística.

La mayor cantidad de música que escuché este año no fue de este año y tengo que decir que descubrí cosas maravillosas, desde toda la escena neozelandesa del sello Flying Nun hasta Wendy Carlos, pasando por Robyn Hitchcock, J-pop, girl groups de los 60s, música tradicional irlandesa y yé-yé. Tuve un año bastante musical aunque no haya sido un gran año para la música. (nota: Dag me hizo acordar que también escuché mucho Half Japanese por que me pasó un greatest hits. ¿Ya está? ¿No tenés quejas?)

Shows en vivo vi pocos y la mayoría no me impresionaron mucho ni fui a verlos con mucho interés. Posiblemente el que más me gustó haya sido el de Anthony Braxton, un show demoledoramente intenso y free hasta el punto de casi ser noise. Y por cierto, basta de la mentira Battles.

***

Videogames are the new rock. Esta es otra cosa que venía sospechando y de la que este año me convencí del todo (y se que no estoy solo en esto, Ezequiel está de mi lado). Hubo una época en la que temí por el futuro de los videojuegos, temí que la industria se convirtiera en una eterna manufactura de clones de clones de clones, todos alineados en dos o tres géneros que se sabía que funcionaban bien y no había razones para variar, pero un boom de freeware, indy games y juegos experimentales, combinado con una gran maduración de la prensa especializada, lograron que esta época sea tan emocionante como esa época de oro que eran los principios de los 90s. El hecho de que sea un área donde todavía queda tanto para explorar, en la que se puede hacer cualquier cosa y que recién ahora muchos se están dando cuenta de esa infinitud de posibilidades, que cualquier innovación tecnológica o cualquier situación particular del mercado pueda ampliar aún más ese crisol de posibilidades, hacen de los videojuegos uno de los campos más fertiles de la cultura contemporánea. ¿No es obvio que a esta altura los videojuegos son una expresión cultural mucho más relevante que la música? Los chicos de hoy sueñan con ser game designers mientras el rock y sus mitos cada vez más pertenecen a sus padres. Mientras la industria discográfica lucha contra la piratería, Tower Records quiebra y Virgin Megastores cierra y vende sucursales ante la caida estrepitosa de las ventas de discos, la industria de los videojuegos está en su momento más alto. Desde pequeñeces indie como el Flow o Dangerous High School Girls in Trouble (jueguen ese juego, se lo que les digo)hasta tanques como el Call of Duty IV o el Crysis, pasando por casual games como el Peggle y delirios como el Portal, la actualidad está llena de videojuegos geniales. Una mención especial merece la serie de aventuras gráficas de Sam & Max. Los juegos esos redefinen la idea de ficción interactiva planteándose de la misma forma que una serie de televisión, dividido en temporadas y capítulos, con la única diferencia de que uno guía la historia voluntariamente a través de una interfaz one-clicker (la mejor interfaz posible, siempre).

El 2008 va a ser un año gamer.

(próximamente, mi año en cine, libros, tv e internet, algún otro rant sobre música y algún discurso más sobre la gloria de los videojuegos)


The Knife – Forest Families
Cada vez que lo escucho este tema me sorprende un poquito más. Es que la premisa, como de todas las buenas ideas, es muy simple: Agarrar un tema que entraria en la categoria de techno / trance y despojarla de los elementos escenciales del género, en este caso, la bateria machacante, el bombo y el redoblante. El tema nunca concluye y solamente se forma por 4 elementos. La linea de bajo, hipnótica y que se va modulando y deformando – la imágen perfecta que me da es la de una serpiente de neón – un hi-hat de fondo, la voz de Karin, y algun pad ambiental que se agrega en los estribillos. Yo no puedo imaginarme como crear un tema asi y no morirse de las ganas de agregarle un beat y convertirlo en un genial tema bailable, pero efectivamente asi, es mucho mas efectivo, mas retorcido, y el genial clima que se crea seria imposible generarlo de otra forma.

Astrud – Last time
El disco ‘algo cambio’ de Lados B y rarezas de la banda española Astrud es largo y tiene muchisimos temas completamente brillantes, de lo mejor de su carrera, y otros temas de relleno que no llego a comprender bien que hacen ahi (además de cumplir su función de ‘lado b’ y ‘rareza’). Este es un tema bastante curioso, más que nada por su intro de 3 minutos enteramente instrumental, una especie de synth-pop medio näif con influencias para mi indescriptibles. Luego al entrar Manolo que – otra particularidad – canta en ingles, dando la melodia quizas más Stephin Merritt de toda su discografía. Es más, el estribillo me recuerda brutalmente a algún tema de Future Bible Heroes que no puedo identificar.

Astrud – A mi me pasa lo mismo
Algún fan de Astrud me va a querer empalar por haber elegido justo estos dos temas para hablar de esta banda, temas que no definen exactamente a la banda ni son grandes temas de ellos. Pero son juntos los temas que me invitan a escribir un poco, y de otros temas ya habia hablado anteriormente aquí.
«A mi me pasa lo mismo» tambien es del disco de lados b, no es cantada por Manolo sino que por Helena del grupo Feria(esta info la saque eurocero, es un grupo que desconozco). La voz de esta muchacha en si es bastante irregular y tosca, pero a mi le agrega bastante y funciona muy bien con la idea del tema, que trata de aceptar los miedos que uno tiene de arruinar una posible futura relación, y del «hacer lo mínimo que uno podria hacer para decir que uno hace algo» aunque en realidad no sirva para nada. «como cuando / le escribes mensajes / donde hay poco riesgo / de que pueda verlos (…) asi te escribo yo»


Blonde Redhead – 23
Es medio extraño escuchar el nuevo disco de una banda que en la epoca que la descubriste se caracterizaba por ser osada y experimental y darse cuenta que con los años se vuelve «clásica». Esa es la impresión que aparecia en ‘Misery is a butterfly’, el penúltimo disco de Blonde Redhead y se continua con ’23’, que no es tan hermético como el anterior, pero se mantienen en su estructura clásica y segura – lo cual no es completamente malo, pero es bastante similar a lo que ocurre con los discos nuevos de Sonic Youth que ya no me preocupo mucho en bajar.
El tema que da el nombre al disco es el single obvio, épico, con un ritmo urgente en la bateria que nunca se detiene, unos ‘lalala’ de kazu sorprendentemente pop y guitarras que se desafinan – robadas con muy buen gusto de my bloody valentine. Es una banda haciendo cada uno lo que hace bien y haciendolo estúpendamente. works for me.

Blonde Redhead – Silently
En esta canción, la banda de los italianos mellizos y la japonesa vuelven a intentar ese pop jugueton que lograron en su (para mi) mejor tema ‘In particular’, lograndolo bastante bien, aunque sin esa dinámica tan bien lograda e in crescendo, y con más de esa melancolia que cubre este álbum. Una lástima.
En fin, me deja una sensación media dividida al ver como sacan un disco tan ‘moderado’ aunque sin embargo lo disfruto escuchando – quizas porque no haya otra banda haciendo lo que ellos hacen precisamente en la actualidad.