We Form Like Voltron: Los Vengadores y la Era de Ultron.
(Esta reseña incluye algunos spoilers).
Cualquiera que me conoce un poco sabe que tengo, por decirlo de algún modo, problemas con Joss Whedon. Últimamente estuve pensándolo mejor y me di cuenta que lo que más me molesta de él es que no tiene imaginación ni visual ni narrativa. Es un tipo con el corazón en el lugar correcto, pero sin estilo ni exuberancia más allá de sus diálogos, simpáticos pero tampoco demasiado elaborados si le quitamos su velocidad y su habilidad para introducir chistes. Y, narrativamente hablando, tampoco es un gran habilidoso, su mayor baza consiste en subvertir y mezclar los géneros dentro de los cuales trabaja. O sea, meter un musical en Buffy; intentar romper las reglas narrativas de la película de terror en The Cabin In The Woods (a la vez que los personajes son manipulados en respetarlas, un claro ejemplo de intentar “tener tu pastel y comértelo también”). Juegos de parvulario, en definitiva. Cada vez que tiene que crear algo por su cuenta, lo que le sale es una cosa gris y anodina (como en Serenity, una película que vi hace dos semanas y ya no recuerdo de que trata) que no tiene ni sentido del diseño ni sentido de la cinematografía.
Esta larga introducción sirve solo para contraatacar con lo siguiente: me gustó bastante Avengers 2: Age Of Ultron. Y creo que me gustó porque la mitología Avengers rellena todas aquellas cosas que Whedon hace mal. Es una feliz combinación entre las limitaciones de un autor con las virtudes de un estilo de narrativa. Es lo que muchos decían que era la primera. Asimismo, hay un cierto formato, instalado por secuelas tan diversas como The Godfather II, Empire Strikes Back y Back To The Future Part II, que permite que las segundas partes tengan libertades narrativas e innovaciones de las cuales las películas originales a menudo carecen. Age of Ultron se beneficia de esta tradición más que de una innovación dentro de la historia del cine.