Los Chicles – Grandes Fracasos.
Ya van a cumplirse cinco años de la separación de Los Chicles y pareciera que este año tendremos disco nuevo de Patricio García, uno de los principales compositores, cantante y guitarrista de Los Chicles. El disco se va a llamar “Dios Me Dijo Que Ponga La Bomba”, Pato esta acompañado por los Monoambiente y, por los demos que escuché, son versiones increíbles de los temas que Pato compuso desde el 2003 hasta ahora, que nunca habían visto la luz. Además de sonar de puta madre, hay una madurez y cambio en las letras y composición de Pato que, bueno, son solo acordes con un hombre que acaba de casarse.
Todo esto (y el hecho de que nunca los había mencionado acá) me puso a pensar en lo lejanos que se sienten Los Chicles. Hace un par de años un amigo me dijo “se están comenzando a componer las primeras grandes canciones post-Chicles en Tucumán”. Hoy en día se puede decir que las voces están completamente desarrolladas: el último disco del Monoambiente permite que 6 o 7 compositores distintos tengan sus momentos y la diferencia, madurez y particularidad de cada voz brilla. Es un lugar común (para mi) decir que son los “New Pornographers tucumanos” pero es la comparación mas cercana que encuentro. Composición colectiva, ¿hay algo mas pop que eso?
Y además del Monoambiente esta el disco nuevo de Diosque, y lo bien que esta sonando Klemm en vivo (y el enorme cantante que es el Chueco Ferrer) y los primeros recitales de los Michael Stuart que me conmovieron hasta los huesos…En fin, buenos tiempos para escuchar a gente única haciendo música.
Y, sin embargo, la inminencia del disco de Patricio (visiten a su productor, el ingeniero Palacio, escuchen sus canciones y pídanle que lo termine) me retrajo a Los Chicles y a una charla que tuve con Pato hace ya muchos años, en la que me contaba que quería armar un compilado de “grandes éxitos” para mandar a distintas discográficas de Buenos Aires a ver si se lo editaban. En clásica tradición chiclista, el disco se iba a llamar “Grandes Fracasos”. El disco nunca salio, pero por ahí hay una playlist armada con las canciones. En esta ocasión, me apropié del nombre y armé un compilado propio, con lo que creo que son las mejores canciones de Los Chicles y si no te engancha al menos una, no tenés corazón. Espero que a Pato no le moleste que le robe el nombre.
De cualquier manera no hay que engañarse, lo que hay aquí son triunfos, joyas, que en un mundo mas justo habrían logrado que las muchachas los persigan enloquecidas por la calle, rasgando sus ropas.
De “Argh! Burp! Prr!” (1997)
01. El Monkey Monkey: ¿como no enamorarse de una banda que comienza su primer disco con una canción tan descaradamente pegajosa? Como una especie de mezcla de un grupo de los años 50 tocando twist y montón de vagos en un garage intentando afinar sus guitarras, esta canción no desencajaría en la discografía de ningún grupo under norteamericano de los años 80 pervirtiendo a los inocentes 50.
02. Azul: una pequeña joya que descubrí armando el disco. Una balada con toques electrónicos que se parece a algunos de los experimentos de Blur en esa época, pero que también suena como My Bloody Valentine si en vez de estar angustiados, descubriesen los días de verano. Y que luego de un cuelgue con cintas pasadas al revés y somnolencia, revive con una de las guitarras mas brillantes que escuche en mucho tiempo.
03. Caramelo Bang Bang: aquí se observa una de las obsesiones de los Chicles en esta época (en la que se llamaban todavía Chiclets): la aliteración y el reemplazo, a la manera de las mas viejas canciones de rock, de las letras por solo ruidos. De alguna manera, la estupidez de repetir “bam bam” “bip bip” “bom bom” como un cavernícola potencia la sencilla y efectiva melodía de la canción y yo me la puedo imaginar en alguna fiesta beat de los años 60.
04. Bellota’s King: el otro lado que Los Chicles desarrollarían mas adelante, la canción medio punk, medio cabeza, pero siempre con una excelente melodía que suena nueva y vieja al mismo tiempo. Un modelo que perfeccionaran muchísimo (líricamente, sobre todo) en canciones como “Corriendo” o “Callejear”.
De “Dementa” (1999)
05. Desfallecer: otra vez el modelo rock cincuentero. Pero cuanta diferencia hacen dos años! No solo en cuanto a lo bien que suena la banda, lo ganchero que es el estribillo, lo buenos que son los coros, lo clásico que es el solo de guitarra. Todo tan encantador, tan feliz. También en las letras, que en esta canción describen una típica relación de amor no correspondido, pero cantado con un candor y timidez por Patricio que lo vuelve una canción adolescente absolutamente sincera. No hay nada de emo acá, solo la felicidad de estar enamorado y la fe, difusa, de que todo saldrá bien.
06. Instant Metal 01: esto es una boludez y esta incluido solo porque demuestra una de las cosas mas geniales que tenían los Chicles: el sentido del humor absurdo, quizás hasta el punto de ser tonto, pero hilarante. Y además porque las anécdotas de los Chicles siempre son geniales. La historia es así: un músico tucumano había roto el record Guinness del mayor tiempo tocando un instrumento de forma continuada, después de haber tocado la batería 24 horas, y creo que luego lo volvió a romper tocando 48 horas o algo así. Entonces a los chiflados de Los Chicles se les ocurrió intentar hacer la canción mas corta de la historia, para burlarse de ese tipo y entrar en los Guinness también. El resultado es esto: Instant Metal. Es justo lo que dice el titulo, 4 segundos del más duro metal. Obviamente se olvidaron de llamar a la gente del Guinness y nunca lo registraron. Y además, seguramente ni siquiera es la más corta :)
07. Helado De Limón:esta canción es muy rara dentro de lo que es la temática de Los Chicles, porque es una de las pocas que tienen una intención explícitamente sexual en sus letras y encima el narrador cuenta con absoluta confianza en si mismo. Si las canciones de Pato tienen algo de particular es su narrador usualmente más vulnerable o inseguro. Musicalmente, la canción es un tanto esquizofrénica, con cambios rápidos en el ritmo, ataques de guitarra y ya algún incipiente uso de maquinas. Lo cual quizás traiciona la seguridad de su narrador. Además, encierra una gran frase: “Cada vez que se que voy a verte, me parece un Viernes”.
08. Pancita: otra canción en el modelo “Azul”. Una balada, por decirle de alguna manera, completamente espacial, colgada y perezosa. Incluso utiliza aun mejor las grabaciones y ruidos psicodélicos que recuerdan tanto a algunos experimentos beatlescos. Lo curioso de este tipo de canciones durante la primera época de los Chicles es que si bien son melancólicas tienen un buen grado de esperanza y tranquilidad. En los últimos discos esta sensación seria reemplazada por una de absoluta tristeza y depresión. Como si hubiesen perdido lo twee de golpe, dejado de hacer canciones a las pancitas de chicas y comenzando a tocar con la paranoia y soledad de un junkie.
09. Podría Esperarte Por Siempre: yo siento que con esta canción se observa en Los Chicles los primeros signos de la redondez que le iban a dar a sus canciones a partir de su tercer disco. Siento que es una de las mas completas de “Dementa”, que tiene un perfecto estribillo simple y fácil de cantar, una letra que trata sobre el amor, como antes, pero mucho mejor comunicado (ya no tan cliché como antes y mucho mas idealista) y la gran incorporación de un teclado hacia el final que propulsa la canción. Sin embargo, todavía faltaba la batería de ritmos que traería Villa cuando dejasen de tocar con batería de verdad.
10. Disco Gay: esta canción es pura diversión. Los miembros de los Chicles en una época se divertían grabando canciones synth pop oscuras con el nombre de “The Drugaddicts” y aquí parecieran estar canalizando esa faceta. Un tema completamente kitsch, que sabe que lo es y que no le preocupa en lo más mínimo, solo se dedica a disfrutar. Además, es uno de los primeros con bases electrónicas, ese recurso que utilizarían a tan buen efecto de ahora en más. Los coros y la voz que dice “Let’s get into the disco gay” son impagables también. Hasta parece una canción de The Yummy Fur circa “Shoot The Ridiculant”.
De “Los Chicles” (2000)
11. Billy: sin embargo, y a pesar de todo lo bueno que venían haciendo Los Chicles, era imposible pensar que un solo año después saldrían con un disco tan terrible como este. ¿Que canciones se pueden elegir de un disco en el que TODOS SON HITS? Bueno, para comenzar, Billy, un principio increíble. La persona que se resiste a bailar (bueno, mas bien saltar) con esta canción es un reptil de V o un hombre vaina. Es increíble lo muchísimo que ganan con la adición de Villa, que pareciera que se lanza sobre las consolas como un pulpo y aumenta todas las perillas hasta que se quiebran. Y después con eso hace música. Lo más cerca de esta canción es un mastodonte desencadenado pisando pobres y estúpidos roedores.
12. Acostumbrados: Pato alguna vez me dijo que el hacia canciones inspirado en las chicas o canciones de protesta cuando se enojaba con el sistema, pero esas no le gustaban tanto. Esta canción entra en la segunda categoría. Los Chicles cantan “Ya nadie grita / levántense / porque ya / todos están acostumbrados” pero al mismo tiempo uno escucha esas guitarras que parecen sierras eléctricas, esa voz que chilla, esas bases de manija y se da cuenta que automáticamente están invalidando el mensaje anterior, que si ellos pueden chillar así entonces todavía hay esperanza y no todos se han vuelto zombies.
13. Que Se Pudra Tucumán: otra “canción de protesta”, otro himno, otra joya magnifica. Cualquiera que viva en Tucumán (o en cualquier ciudad chica, para ese caso) no puede dejar de identificarse con esta canción. La primera vez que bajan de velocidad desde que entramos a este disco, la canción se sostiene en una guitarra que logra sonar completamente punzante y melódica al mismo tiempo, como las mejores canciones punk y que imagino tocó Lazzo, el salvaje guitarrista de siempre de Los Chicles. Y la letra, que habla de cosas tan sencillas y necesarias como el hacinamiento y la falta de imaginación de lugares horribles como este, que solo se sostienen por bandas como esta, es magnifica y contrasta perfectamente los versos, en los que el narrador esta pensativo y meramente ignora la situación, y el estribillo, en el que se desencadena toda la bilis de sentirse aplastado por un ambiente aburrido y chato.
14. Azúcar y Sal: una canción de Cúneo, el bajista, piedra fundamental de Los Chicles. Es una especie de latinada deforme, rockera y electrónica al mismo tiempo, años antes de que eso se vuelva popular y que comunica con los mismos recursos escasos e invulnerables de Los Chicles (esas voces entre irónicas y comprometidas, esas guitarras distorsionadas hasta el punto del ruido, esas bases infernales) una dulzura inmensa. Nunca creí que diría esto de Los Chicles, pero esta es una canción para bailar abrazado.
15. Tardes De Té: ¿que puedo decir de Tardes de Te que no haya dicho antes? Bueno, puedo repetir que, sin lugar a dudas, es una de las mejores canciones de la historia del rock. Uno de esos momentos únicos en la música en la que tres minutos se insertan en nuestras vidas y nos hablan como al oído. Podría repetir que la manera en que manejan el imaginario del aburrimiento y la completa rutina de la vida moderna es magistral. Podría intentar convencerlos de que el “te” no es exactamente eso y que confirma mi idea de que “people need good dope to get through modern life”. Pero lo mejor que pueden hacer es escucharla y deslumbrarse.
De “En Vivo. 26 / 10 / 2001”
16. Corriendo: algo que era muy importante de esta banda (y que yo no aprecié tanto como me hubiese gustado) eran los recitales en vivo. Pocos grupos transmitían una energía similar a los Chicles y hay anécdotas de recitales catastróficos que terminaban con Lazzo acoplando y Pato tocando incoherencias en un tecladito. Yo no vi esos, pero si tuve la oportunidad de escuchar este, uno de los mejores, donde sonaron mas ajustados que nunca. Esta versión de “Corriendo” (otro tema excelente de su tercer disco) comprueba no solo lo emotivos que podían ser en vivo, sino lo ruidosos. Puro chirrido de guitarra mugrosa para comunicar, como a los golpes, la desesperación de estar incomunicado con alguien. Siempre pensé que seria la banda sonora perfecta para esa escena de película romántica en la que el protagonista masculino corre por las calles de alguna ciudad a encontrarse con su amada.
De “En Acústico en Rock And Pop» (2002)
17. Canción De Lo Irreparable: esta es sin duda la canción mas descarnada del tercer disco, una oda a la culpa y la auto-deprecación que, como dice Pato al principio, muy pocas veces tocaron en vivo. Esta versión, muy despojada, transmite perfectamente esa sensación de impotencia y revela unos Chicles ya abocados a componer no solo hits saltables sino también momentos verdaderamente desgarradores. Y la voz de Pato demuestra que no es que cante mal, sino que es uno de los cantantes más frágiles y expresivos de Tucumán.
18. Colgación: una canción bien de entrecasa, que celebra la felicidad de “colgarse” con los amigos y no hacer nada en serio. Perdida, nunca llego a estar ni siquiera grabada para el disco doble abortado, es una hermosa melodía que refleja el ánimo relajado que transmite la letra. La letra, por su parte, es otro de esos aciertos cotidianos de Los Chicles, hablándonos con referencias que tienen sentido para quienes los conocen, pero que al mismo tiempo son símbolo de algo mas amplio y universal: los amigos, la pereza de los días todos iguales, el oasis de estar encerrado con gente que uno quiere charlando de cualquier cosa durante horas.
De el Disco Doble que nunca editaron.
19. Callejear: para este disco, que lamentablemente nunca editaron, ya eran unos profesionales en el arte de componer himnos dignos de ser cantados por la juventud del mundo entero. Lo genial es que el disco demuestra una verdadera madurez en cuanto a mezclar ese tipo de canciones con otras más sutiles pero no por eso menos hermosas (hay una canción como “Una Película Francesa”, que casi es solo piano y es tremendamente conmovedora). “Callejear”, sin embargo, sigue el modelo de “Billy”, pero con una temática decididamente hedonista: el narrador todo lo que quiere es salir a dar vueltas por la calle y no tener responsabilidades. Quizás por eso es que es tan liberador bailarla borracho.
20. Operador: otra canción que creo le pertenece a Cúneo, este tema es una prueba del rango estilístico que tenían Los Chicles en esta época. Capaz de sonar como una versión dark del Charly García de los ochenta, ¡pero de una buena manera!, con resabios de “Nightclubbing” y como algo a la vez únicamente Chicles. Oscuro, caótico y lleno de sonidos que parecen ser la noche misma. Lo cual es solamente apropiado para una canción que repite “Ponga ese tema / ponga ese tema / operador”, como un borracho molesto en un antro oscuro.
21. Depresión Anal: esta canción ya es un pastiche de Charly García de los ochenta, pero con la “tongue firmly in cheek” y una letra y un titulo que no pueden ser mas que una burla. Además, hay una historia genial detrás de la canción. Es de Cúneo y se rumorea que esta dedicada a Lazzo, que en aquella época pertenecía a Los Chicles de forma intermitente. Por ignorancia no puedo decir mucho mas, pero ¿que se puede inferir de una canción que dice “si la policía / te anda buscando / no vayas a mi casa / sabes / esta todo muy mal aquí”?
22. Superando Nada: la canción mas triste que escribieron alguna vez Los Chicles. Así de sencillo. Sobre una base de ruidos repetitivos, Patricio canta cosas como “Ya probé con las religiones / Y probé con las sustancias / Pero no estoy superando nada”. Y así, de manera cada vez más angustiosa durante los 3 minutos que dura la canción. Recuerdo que cuando la descubrí, durante un verano particularmente depresivo (como casi todos los veranos de mi vida) esta canción se volvió una especie de delicioso caramelo de cianuro, algo que comía incesantemente a pesar de que sabía que era malo para mí. Enormes puntos, además, por ese ultimo acto supremo de auto-burla que es poner una voz que dice “¡Vamos todos!” justo antes del ultimo estribillo.
23. Yendo A Pegar: comenzamos a levantar para el final. Bucólica canción sobre los placeres de adquirir drogas, enmascarada con una letra tan ambigua y completamente ridícula que uno tiene que maravillarse ante su sentido del humor. ¿Como hacían para conseguir una canción que es a la vez cómica y melancólica? No se ustedes, pero los colchones de guitarras, el cansancio de la voz, a mi me traen a la cabeza la angustia del sábado a la tarde, cuando comienza a anochecer y todavía es muy temprano para salir.
24. Buenos Aires: en otra demostración del nivel altísimo de composición en el que se movían a esta altura, “Buenos Aires” es una canción como “Disco Gay” pero pulida hasta el 200%. Y que seguramente compusieron sin tener la más puta idea de lo que era la “indietronica”. Guitarras mínimas; las mismas bases de Villa que antes quemaban cabezas reducidas a acompañar con beats precisos y hasta tímidos, una voz resignada. Todo completado con una letra que dice cosas como “en Buenos Aires esta todo, man / en Buenos Aires no tengo donde parar” y uno no puede entender si es un deseo sincero, una burla a la desesperación de pueblerino o la mera aceptación, melancólica y resignada, de que todos tenemos que irnos algún día.
25. Pibes Tristes: el otro día mientras escuchaba esta canción no puede evitar maravillarme ante la manera en que Los Chicles lograban, a esta altura, un tema que se llamaba “Pibes Tristes”, cuyo narrador repite en su estribillo que quiere estar muerto y que suene tan…no se…sobrehumano quizás es la palabra. Esperanzador. Hermoso. Bailable. Genial. Y, asimismo, como puede ser que me haya tomado tanto tiempo descubrirla. Descubrir una frase como “Estas estacionado en un momento / como una manta raya”. Lo cual solo habla de lo criminal que es que una banda como esta no sea mas conocida, que la gente no venere sus canciones, que por una injusticia geográfica mas personas no tenga la oportunidad de descubrir lo que todos nosotros sabemos desde hace años: que a veces Los Chicles son una ventana a un mundo mejor y mas bello. Que a través de su música uno vislumbra una energía demasiado pura para seguir siendo ignorada. Que a un pequeño grupo de gente le cambiaron la vida y ya va siendo tiempo que eso se extienda. Y que eran unos putos genios.
Los Chicles – Grandes Fracasos