Berlín. Final
Museos
En Berlín hay como 3 museos por cuadra. Hay de todo un poco, pero hay algunos muy muy buenos. Acá una lista exhaustiva de los que visité, algunos muy recomendables, otros no tanto:
Museo de la Tecnología (Deutsches Technikmuseum)
Una especie de guía exhaustiva sobre TODA la tecnología creada por la raza humana, obviamente desde un punto de vista alemán. Esta la replica de la primera computadora del mundo, junto con otros modelos, discos de memoria viejísimo, etc. Después tenés más o menos el mismo contenido sobre el cine,la fotografía, la impresión, la costura, el transporte (hay como 5 cuartos gigantes con la historia del ferrocarril, con decenas de vagones históricos), la joyería, la medicina y quien sabe qué cosas más. Cuando llegué a la zona de 5 pisos con la historia de la navegación y la aeronáutica (con miles de modelos de barcos submarinos escafandras mapas antiquísimos aviones planeadores etc etc) sonó el timbre de que se había acabado la hora y me tuve que retirar. Pero es muy bueno. Además, ¡Es gratis!
Museo de Arte Contemporáneo (Hamburger Banhof)
Museo bastante grande con un montón de exposiciones diferentes. Tenían una fija con muchos originales de Warhol (lo cual fue genial, ver los cuadros gigantes me hizo all fin entender bien su obra), unos cuadros de Robert Rauschenberg, también una exposición un tanto imposible sobre “Land Art” (pasaban ahí un documental muy largo sobre la Spiral Jetty, por ejemplo). También una exposición de Cory Arcangel, con proyecciones y trabajos basados en videos de Youtube y edición de video, estuvo bueno ver cosas nuevas, y varios cuartos dedicados a Joseph Beuys (¿puedo decirlo?.. ok, acá va: no entendí nada).
La exposición que más me impacto estaba en una sala llamada “Secret Place”, que estaba dedicada a outsiders, personas no-artistas que habían creado en cierta forma, obras. La exposición que había era inquietante: Era la obra de un tal Horst Ademeit, conocido de Beuys, nativo de Dusseldörf, que durante 14 años se dedicó a sacar obsesivamente miles y miles de polaroids que encontraron en su casa luego de que él murió. Las polaroids estaban organizadas en dos grupos, unas que eran más bien fotos de zonas cercanas a su casa, edificios en construcción, fotos “nada”, con anotaciones en cada foto. Las otras, que eran algo así como un “diario”, eran casi todas iguales: Una foto de unos diarios del día, un contador geiger, un reloj, algún otro medidor, y todos los bordes de cada foto escritos con una letra minúscula. Eran MILES Y MILES de fotos, todas escritas, algunas de las polaroids veladas, con ese color oro tan raro con el que quedan, e igual tenían todo escrito en los bordes de la foto. No se porqué me gustó tanto esa exposición, tal vez por esa cuestión tan sincera, tan “no-arte” que tenía toda la “obra” (que posiblemente jamás fue pensada como tal), y también por que vos veías toda la exposición y decías “fa, este tipo estaba realmente mal”.
(pique turista: este museo esta al lado del museo de historia natural, no es mal plan dedicar una tarde o mañana a visitar los dos)
Museo de Historia Natural (Museum Für Naturkunde)
Creo que solo necesito describir una cosa sobre este museo: Entrar y ver el GLORIOSO Y MAJESTUOSO FÓSIL DE UN BRAQUIOSAURIO EN TODO SU ESPLENDOR EN LA ENTRADA. My god. Abajo incluso tiene un cartelito del libro Guinness de los records ya que es el esqueleto fosilizado y ensamblado más grande del mundo. La puta gloria.
Obviamente el resto del museo esta super bien, otra parte interesantísima un recopilado de antecedentes al ser humano con los huesos y modelos en arcilla de como se verían unos cuantos australopitecus y homos no-se-cuanto, una exposición dedicada al Archaeopteryx con cómo 8 fósiles distintos (el original es alemán). Nada, liberen su inner nerd y vayan a pasarla bomba.
Checkpoint Charlie
Supuestamente EL museo sobre el muro de Berlín, la verdad que fue una decepción. Ocurre que es un museo que tiene unos 40 años y se fue cargando de objetos y cosas mientras el muro todavía estaba ahí. Entonces el interior es caótico, borroso y es difícil de navegar, además de que esta repleto de gente, los textos estan mal escritos y esta todo decorado con pinturas de artistas locales con metáforas del muro que son un espanto. Además, es caro (unos 12 euros). Eso sí, la trampa para turistas que es afuera, donde esta el cartelito (falso) de “you’re leaving the american sector” es hilarante. Podes sacarte fotos con gente disfrazada de soldados rusos! Venden pedacitos de muro! Venden remeras que dicen “i
Topography of Terror
A unas cuadras del Checkpoint Charlie, este museo esta dedicado a las actividades y la historia de la Gestapo y la SS. Es una colección de fotos y documentos, pero esta muy bien narrada y es super interesante, con bastante enfasis en Heinrich Himmler, el hijo de puta más hijo de putas de todos, después del señor de bigotito. También hay fotos muy inquietantes de momentos felices del nazismo, como esta:
El museo concluye con el final del Reich, los juicios y lo que pasó con cada uno de los involucrados en toda la mermelada esa. Es un museo mucho más histórico y ‘formal’ que los demás, pero sí les interesa el tema, es muy recomendable.
Museo de Historia Alemana (Deutsches Historisches Museum)
Enoooorme museo sobre un tópico igual de enorme: Toda la historia alemana, desde los comienzos como un conjunto de villas y poblados en el siglo X hasta la caída del muro. Es largo y denso pero muy interesante, especialmente para uno, sudaca acostumbrado a que la historia haya arrancado hace unos 300 años recién. Hay miles de cosas, desde maquetas de lo que eran las primeras villas que formaron alemania, decenas de cuadros históricos, mucho material sobre la plaga, las guerras, revolución francesa, e inevitable enfasis en ambas guerras. ¡Hay un antecesor del pinball del 1700! Bastante chocante es encontrar nada más y nada menos que el escritorio del señor de bigotito, así como su globo terráqueo gigante (que tiene un balazo, y varios golpes y daños).
Museo de Pérgamo (pergamon museum)
Otro museo que te caes de culo, el museo de pérgamo es cómo tres museos en uno: Por un lado, tiene toda una exposición gigante sobre la ciudad griega de pergamo (que estaba donde ahora es turquía), con un altar monstruoso que ocupa toda una sala, con un friso alucinante de la pelea de todos los dioses griegos contra los gigantes. Ya se que suena aburrido y nerd, pero realmente tenés que estár ahí para entenderlo, es emocionante. También incluyen un museo de arte antigua del medio oriente, y otro de arte islámica. Hay cosas increíbles, un montón de estatuas y tabletas babilónica (con esa escritura cuneiforme que es de los primeros alfabetos que existen). En el museo islámico podés estar viendo un jarrón grabado durante horas con todos los detalles increíbles que tienen, al igual que montones de tapices, estatuas, cuartos enteros pintados y decorados, etc. Es super clásico, esta muy lleno de turistas, pero es un gran museo. Además, tiene audioguías gratis que vienen con la entrada, que son una buena forma de visitar un museo.
(pequeña anécdota: Chichi en un momento vio un papiro de un Corán antiguo, del año mil o por ahí. Pensó “qué lindo”, y luego al rato apareció un niño musulmán, miró el papiro y llamo a la familia, “mirén, mirén!”, y se junto toda la familia fascinada con esa hoja y el padre empezó a leerselos y contarles que parte del Corán era. No es lo mismo para nosotros que para otros)
Otros lugares
Además de los museos, algunos lugares o landmarks que estuvo bueno visitar:
Tempelhof Airport
El aeropuerto de Tempelhof, básicamente es un gigante aeropuerto creado por uno de los arquitectos de Hitler durante el tercer reich. Esta ubicado muy en el centro de Berlín, lo cerraron en el 2008 y lo convirtieron en.. un parque. Sí, tienen kilometros cuadrados de terreno vacío en el medio de la ciudad que valen trillones de euros y los hijos de puta los convierten en un fucking parque.
La cuestión es que es fantástico. Entras y estás en un aeropuerto gigante en el medio de la ciudad, un terreno llano eterno y casi abstracto. La gente anda en bici, en rollers, en segway (las alquilan, si eran baratas casi consideramos ir en unas, por lo bizarro, pero era caro), hace barbacoas por ahí, la gente toca música, hay canchas de futbol, un mini-golf, plantaciones orgánicas, reservas de pájaros, etc, etc, etc. Y que haya un espacio tan vasto hace que la gente improvise e invente cosas. Un ejemplo: Mientras hacíamos un picnic ahí, nuestro amigo Pablo comentó que vió en un momento un muchacho andando en Bici, sin manos, con una guitarra, andando en bici y componiendo canciones y cantando. Daba vueltas muy lentamente por el aeropuerto, y a la segunda vuelta que lo vió, tenía como a 10 personas en bici y rollers siguiendolo y escuchándolo. Eso no pasaría en ningún otro lado simplemente porque en ningún otro lugar es posible andar en bici sin manos tan seguido en un lugar tan vacío como ahí. Es genial.
Encontré este videito que muestra muy bien el ánimo del lugar. Veanlo, vale más que mil fotos:
Kreuzberg
El centro más hipster de Kreuzberg (cerca de la terminal de Kottbusser Tor) son unas cuantas cuadras llenas de locales simpáticos, bolichitos, lugares para comer y pubs. Para comer está buenisimo Kreuzburger, un local de hamburguesas re rústico, baratas y muy apetitosas. Enfrente hay un bar muy lindo llamado Franken, con una decoración media anticuada y medio rocknrollera / the cramps, donde te pasan cualquier cosa de música (un día que estuvimos intercalaban entre un metal al re mango y no se, country). Después un bar gay llamado Rosie donde todas las paredes estaban cubiertas de plush rosado, un par de bar de viejos borrachos, y medio al lado está el SO36 (mítico club punk de por ahí, tocó medio mundo, ahora más que nada parece que hacen fiestas, no pudimos entrar pero estuvo bueno).
Mauerpark
“la tristán narvaja berlinesa”, básicamente. Es los domingos, desde muuy temprano hasta las 4-5 de la tarde, y hay millones de locales con ropa usada, chucherias, remeras, cds, vinilos, instrumentos, gente que lleva cosas random en cajas, lugares para comer, etc. Además, esta en el barrio de Prenzlauer Berg que es lindo y está un poco alejado y vale la pena luego recorrer y visitar.
En el MauerPark también hay un escenario de Karaoke GIGANTE, no se, entraran unas 1000 personas, al aire libre, y la gente se cuelga muucho a cantar y todos cantan bárbaro, el público hace coros, se emociona, aplauda por la mitad del tema. Es muy encantador, y en el rato que estuvimos vimos a un viejo desgarbado haciendo una versión genial de My Way de Sinatra (en alemán), una gordita cantando “Basket Case” de Green Day, un niño de 10 años que cantaba INCREÍBLE haciendo un tema tradicional, un tipo todo vestido de neon y con lentes negros haciendo YMCA y no se que otra bizarreada. Good Times. ¡Vayan!
Epílogo
– Vos cuando te pechas con alguien en el metro le decís ‘sorry’, no?
– Sí.
– Bueno, preparate para decirle ‘sorry’ sin querer a la próxima persona que te peches en Montevideo.
Pasé dos semanas en Berlín, en los últimos días fue inevitable hacer un pequeño resumen o un redondeo de lo mejor, lo peor, y lo que quedó pendiente de la ciudad.
Lo mejor del viaje sin duda alguna fue el lado más humano, o sea, encontrarme y pasar tiempo tanto con mis amigos que vivén allá (Pablo y Tomás, así como sus parejas, y Javier en Munich) y con Chichi. Interactuar con ellos, conocer gente cercana a ellos, conversar de cualquier cosa con ingléses, búlgaros y alemanes, y poder vivir la ciudad a través de ellos.
Tanto a Pablo como a Tomás los vi contentos y felices con vivir lejísimos de su tierra natal. Ambos exorcizaron el viejo miedo de “¿Y me quedó acá? ¿Me vuelvo? ¿Sigo buscando?” y eligieron a Berlín como lugar para vivir, al menos por un buen tiempo. Claramente no era todo color de rosa, y ambos estaban trabajando mucho y remándola día a día, pero contentos, satisfechos. En el caso de Tomás, con su banda están muy cerca de lograr ese objetivo de poder vivir 100% de la música, algo casi impensable acá, y haciendo una música más bien hermética, cantando en español y para un público bastante pequeño. Su vida y la de su banda además se empezaban a mezclar y confundirse: Si le iba bien a la banda, sacaban discos, hacían giras, les iba bien, ellos iban a poder vivir mejor, más cómodos, lo cual les permitía hacer más y mejor música, y cuanto mejor la música que hagan, mejor les va a ir. Es algo bastante tonto en realidad, pero nunca lo había visto tan directamente. Parecía ser alucinante y terrorífico a la vez, como todas las cosas realmente importantes en la vida.
Haber decidido viajar con Chichi fue una excelente idea, además de muy disfrutable. No solo por la comodidad y de poder alucinar juntos sobre la ciudad, sino de poder organizarnos bastante bien. Ella trabajó mucho, igual, lo cual me permitió pasar un montón de tiempo solo, callejeando, recorriendo barrios aleatorios a ver qué pasaba y visitando amigos. La conjunción perfecta entre viajar solo y viajar acompañado. A Chichi le fue muuy bien en su trabajo, pude conocer su ambiente de trabajo (muy agradable, por cierto) y me pude contagiar mucho de su entusiasmo al convivir con ella, poder contemplar juntos que el techo en Alemania está en otro nivel que en Uruguay, y que ella en su caso estaba muy cerca de llegar a él. Es una sensación tremenda.
Otra tontería: Definitivamente lo más divertido de viajar, más que visitar landmarks y millones de museos, son pequeñas situaciones con amigos, conocidos, conversar con un londinense sobre los riots y de como vivirlos, hablar con una surcoreana sobre lo difícil que es vivir tan lejos de tu tierra, el extrañar-pero-acá-estoy-tan-bien, en fin, darse cuenta que las inseguridades y problemas que tenemos todos son bastante parecidos.
¿Cosas Pendientes? Me hubiera gustado ir al Berghain / Panorama Bar, aparentemente uno de los clubs de electronica más copado del mundo, construido en una planta eléctrica entre Kreuzberg y Friedichshain. Abre de viernes a lunes y nunca cierra, es una fiesta demencial que sigue de largo. Pero bueh, quedó para la próxima.
En realiad, lo que más quedó en el tintero es haber conocido más gente alemana, o al menos, local. Rápidamente me encontré en un circulo rodeado de argentinos, españoles y uruguayos del cual fue difícil salir, y con el cual estuve muy cómodo, y entonces me faltó un poco eso de conocer más la idionsincracia de los locales y alemanes.
Luego de casi tres semanas viendo miles de carteles y escuchando centenas de conversaciones sin entender un sorongo, es inevitable: Te morís de ganas de aprender el idioma. Curiosamente, todos mis amigos que viven o vivieron allí me contaron la misma experiencia, casi calcada: Luego de estudiar alemán más o menos un año y medio, intensivamente, terminaron frustrados, sin poder entablar ni una puta conversación. Es lo que llaman el “período de bloqueo”. Luego de unos cuantos años más, lentamente se empezaron a soltar y el idioma te empieza a entrar “por los poros”. Pero parece que es difícil, muy difícil, y el tema de que la puedas remar en casi cualquier lado en inglés es muy tentador y dificulta bastante que uno se animé a tirarse a la pileta del idioma local.
Es interesante la relación que tienen con el ingles. Una pequeña anécdota: Estábamos sentados haciendo murito afuera de un festival de música. Chichi me comentaba que le parecía una falta de respeto hablarle a los alemanes directamente en inglés, que prefería empezar disculpándose por no saber alemán. En parte, estoy de acuerdo. A los minutos una muchacha se nos acerca y nos pide en alemán que nos corramos para que pueda sacar su bicicleta. Le decimos en inglés que no entendemos, y ella en seguida se disculpa por no habernos hablado en inglés. Hasta gente que te pide en la calle te pide las cosas en alemán e inglés (y a veces hasta francés!). En los conciertos y recitales, las presentaciones y el diálogo de las bandas es también en inglés. Muchas cantan en inglés también. Es extraño.
Yo nunca viajé mucho, esta fue mi primera vez en Europa y sólo recorrí 3 ciudades, y sólo una profundamente. Nací en Buenos Aires, pero soy bastante más uruguayo y veo muy difícil vivir en Buenos Aires. El ritmo es imposible. Pero sí, a la pregunta general que me hizo mucho tiempo: Es terrorífico, sí, pero me vi viviendo en Berlín, quizás en parte por mis amigos tan cómodos, en parte por haber ido en verano. Mientras hacía las compras, me tomaba el metro, hacía cualquier cosa, siempre en mi cabeza, en un tercer plano, había un plan complejo de cómo se podría hacer para poder vivir ahí. No es totalmente descabellado. Pero por ahora no. Pero la sensación de estar a miles y miles de kilometros de ‘casa’ y sentirse tan cómodo, es maravillosa.
Con esto termino la serie de crónicas de viajes. Disculpen si fue demasiado largo o intrusivo al ritmo normal del Blog. Prometo que si hago otro viaje, empiezo a escribir todo en un blog paralelo. ¡Salut!