La Canción de Amor Robótica
Para mí (y esto habla mas de mi perversa configuración psíquica que de otra cosa) desde el mismo momento en que se popularizaron los sintetizadores y abrieron un campo nuevo a la “música rock”, también abrieron la puerta a todo un “imaginario robótica” que ligaba, de una manera muy similar al cyberpunk o Ballard, lo erótico a lo artificial, lo mecánico, lo cibernético. Yo siempre creí que la música pop es el vehículo ideal para las historias de amor, así que, ¿porque no podíamos amar a los androides?.
Kraftwerk – The Model
Cualquier análisis de la Canción de Amor Robótica, tiene necesariamente que comenzar con Kraftwerk, los hombres robots originales. La Alemania Occidental post segunda guerra era un territorio extraño. Tierra de nadie, pedazo de un país al que no se le permitía existir, que encima debía cargar con una enorme vergüenza y, durante un tiempo con una verdadera asepsia con el pasado, borrón y cuenta nueva, como una ola de anti materia. No es casual entonces que de ahí salga Kraftwerk: eficiencia puesta al servicio del progreso, pulcritud y limpieza, grandes odas a las autopistas, los robots, las estaciones espaciales. Capitalismo alemán: frialdad y productividad.
Es difícil encontrar en las canciones de Kraftwerk un rastro de humanidad (o de preocupaciones humanas) y “The Model” no es la excepción. Una canción que más que de amor es voyeuristica, preocupada por un objeto de deseo ideal e inalcanzable. Pero, esa modelo es un autómata, un robot que repite los movimientos que la cámara y las convenciones le dictan que debe realizar. Es un robot, en definitiva.
La manera desapasionada en que el narrador canta sobre su obsesión con este objeto plástico, reforzada por la monótona repetición de los sintetizadores, solo revela lo inevitable: el narrador también es un robot y su obsesión por la modelo no se acerca jamás al amor de los humanos sino que es automatizado, eficiente, aburrido. Robótica.
Lo genial de Kraftwerk en esta canción es que transforman la obsesión y el deseo en piezas de computadora, en acciones repetitivas y circulares. Lo que la transforma en una expresión perfecta del amor cibernético. O una anti canción de amor humano.
She’s a model and she’s looking good
I’d like to take her home that’s understood
She plays hard to get, she smiles from time to time
It only takes a camera to change her mind
She’s going out tonight, loves drinking just champagne
And she has been checking nearly all the men
She’s playing her game and you can hear them say
She is looking good, for beauty we will pay
She’s posing for consumer products now and then
For every camera she gives the best she can
I saw her on the cover of a magazine
Now she’s a big success, I want to meet her again
Gary Numan – Are “Friends” Electric?
Gary Numan reemplaza la eficiencia alemana e industrial de Kraftwerk por paranoia. Hey! es post punk! son finales de los setenta!. No se puede confiar en nadie!. Además todos estuvimos leyendo a Philip K. Dick y tomando ácido.
Lo que consigue Numan es unir, de una manera maravillosa, una paranoia general contra todo el mundo aumentada por una situación de vulnerabilidad personal. El narrador esta triste, como en toda canción de amor, porque ha sido abandonado, pero, evidentemente, esta un poco loco. Ve hombres de negro y siente golpes en la puerta. Es la paranoia de la gran ciudad y la paranoia de estar completamente solo, sin support system que te mantenga. Al mismo tiempo, las líneas de sintetizador que al principio parecen alegres y saltarinas, se revelan amenazadoras, con un efecto lacerante similar a la música de Psicosis.
Finalmente, el narrador pregunta “But are friends electric? / Only mine’s broke down / and now I’ve no-one to love”. Y la voz revela un cansancio tremendo, una desolación incontenible. Paranoia una vez mas: ¿son los amigos eléctricos?, ¿podría ser que estuve… AMANDO A UN ROBOT? (Dick, una vez mas). Pero al mismo tiempo: ¿porque las personas no son como robots y responden a como quiero que se comporten?, ¿acaso no tienen programación? La alusión a que “se rompió” es fantástica porque incorpora plenamente la delusión del narrador: no hay manera de incorporar su objeto de deseo al plano de las relaciones humanas reales, es un autómata cuyas tuercas se han oxidado. Incluso la última estrofa suena mas bien a la aceptación tranquila de una situación irreversible (no existen piezas de repuesto) que a un llamado desesperado de ayuda.
It’s cold outside
And the paint’s peeling off of my walls
There’s a man outside
In a long coat, grey hat, smoking a cigarette
Now the light fades out
And I wonder what I’m doing
In a room like this
There’s a knock on the door
And just for a second I thought
I remembered you
So now I’m alone
Now I can think for myself
About our little deals
And Issues
And things that I just don’t understand
But I told a white lie that night
I lost my touch at times
I don’t think it mean anything to you
So I open the door
It’s the friend that I’d left in the hallway
‘Please sit down’
A candlelit shadow on a wall near the bed
You know I hate to ask
But are friends electric?
Only mine’s broke down
And now I’ve no-one to love
So I found out your reasons
For the phone calls and smiles
And it hurts
And I’m lonely
And I should never have tried
And I missed you tonight
Still it’s time to leave
You see you meant everything to me
Add N To (X) – Metal Fingers In My Body.
Bueno, aquí quizás este haciendo trampa, porque esto no es precisamente una canción de amor, sino una canción sexual. Yo se que esto va a sonar raro, pero para mi Add N To (X) son el equivalente robótico y sintetizado de cosas como los Rolling Stones de la mejor época y la Jon Spencer Blues Explosion. Una banda que suda sexualidad, que chorrea actitud de puro rock, a pesar de no usar una puta guitarra. Ann Shenton ya era una sex symbol antes que Beth Ditto.
Y esta canción, particularmente, es pura lujuria automatizada. Es “Satisfaction” tocada por robots armados con artefactos domésticos. Así como el amor robótica no es igual al amor humano, la lujuria tampoco lo es: se traduce en beats gigantescos, repetitivos, como un taladro perforando el asfalto o una motosierra industrial. Después de todo, si uno es robot, ¿de que otra manera concebiría la lujuria que como una maquina perfecta, produciendo a todo vapor y a una velocidad asombrosa? Nada de sutilezas, nada de reparos: Lick my love pump, robotress.
Lo único que se murmura en la canción es “Metal Fingers In My Body” en una voz completamente vocoderizada que no traiciona emoción alguna. Pero uno podría poner un poco de buena voluntad y escuchar gemidos de bellas doncellas robóticas en los sintetizadores podridos con los cuales los Add N To (X) completan el panorama.
(Me encantaría postear el video, que consiste en una hermosa muchacha animada involucrándose en actos antinaturales con un robot de apariencia tosca y “película clase b”, pero aparentemente no esta mas en YouTube. Abajo los prejuicios contra el amor robótico!).