Eureka! Escuchando los favoritos de Jim O’ Rourke. (parte 1)
1) Tal vez es una costumbre un tanto perdida, pero creo que la mejor forma de conocer bandas y artistas nuevos es a través de entrevistas y notas a otros músicos. Era algo más común hace una década o más, donde las formas para conseguir música nueva eran menos y más complicadas. Lo interesante de seguir recomendaciones de otros artistas es que uno puede ignorar la maquinaria marketinera de revistas, sellos, e ir directamente al gusto de un melómano que vive en otro país y te dice «che, mirá, esto esta copado». Hay casos muy conocidos de situaciones así, como la remera de Daniel Johnston que Kurt Cobain supo usar, o también pasa cuando artistas hacen versiones (de nuevo, Daniel Johnston). Yo conocí a varias bandas a través de versiones de Yo La Tengo. Con Dario conocimos a los Parenthetical Girls a través de la versión de «Love Connection» que hace Casiotone for the Painfully Alone (y debemos un buen post acerca de Parenthetical Girls en el futuro).
2) Para los que me hayan leído o hablado conmigo, sabrán que en los últimos meses ando con una obsesión con la obra y persona de Jim O’Rourke . Esto se debe a que vi su nombre detrás de muchos proyectos que me interesaron mucho (el ‘knock knock’, de smog, su disco ‘eureka’, etc) y su posición de músico multiinstrumentista-multiuso-productor-experimentalista-etc. En las entrevistas, O’Rourke se muestra como alguien muy centrado y tranquilo, y casi siempre le preguntan «Che, y no te parece tan raro meterte en tanta cosa diferente?» y el contesta con un «Por supuesto que no». Puedo entender a que se refiere. Para O’Rourke, es todo lo mismo – producir discos, colaborar con artistas noise japoneses, sacar discos de electrónica experimental, juguetear con el pop orquestal, etc. Esto sumado a (¡seamos sinceros!) cierta crisis existencial por la que ando pasando, hace que me encuentre muy interesado en su persona y su obra.
3) Uniendo los puntos 1 y 2 me encontré con esta entrevista al músico en la célebre y genial Perfect Sound Forever, y de ahí encontré esta lista de sus discos favoritos / recomendados. Genial. Algunos artistas los conocía de nombre, la mayoría jamás los había escuchado, y el disco que más conocía (Laughing Stock, de Talk Talk) es uno de mis discos de cabecera. Una muy interesante combinación, así que decidí bajarme todos esos discos recomendados, y ahora voy a escribir un poco acerca de ellos. Son 10 discos, y el post estara dividido en dos o tres partes. Empecemos:
Luc Ferrari – Tautalogos Trois/Interupteur
(Este fue el primer disco que me baje y el primero en escuchar de esta lista. Apenas empezó, me di cuenta que este experimento de escuchar un montón de discos iba a ser complicado. Esto es duro.)
¿Quien es?
Luc Ferrari es un compositor francés de música contemporánea minimalista. A causa de sufrir Tuberculosis, no pudo ser pianista y se dedicó exclusivamente a la composición. Se fascinó con la radio y los artilugios electrónicos, siguiendo un poco la línea de Stockhausen, John Cage y otros. Estas dos obras son de 1967 y 1970, y duran 20 y 25 minutos respectivamente.
(Paréntesis personal: Ya tuve de adolescente alguna experiencia escuchando música contemporánea. Siempre consideré que escucharlos era algo bastante distinto a escuchar un disco digamos ‘normal’. Esto no es pop. No es para poner de fondo. Es para escuchar con mucha atención y forma, digamos, «activa». O al menos esa es la actitud en la que intentaba encarar esos discos, aunque muchísimas veces fracasaba y escuchaba Stockhausen mientras ordenaba el cuarto. Recuerdo con cierto cariño algunas reuniones con mi tío-abuelo, pianista clásico él, donde escuchamos algunos discos de Bartok en silencio y tranquilos. Cuando terminaba cada obra, me preguntaba «Bueno, ¿Qué te dijo este lenguaje?»)
¿Qué onda?
Cuando empezó la primera obra (Interrupteur) me quería matar. Era básicamente todo lo que uno puede esperarse de un autor minimalista insoportable. Drones disonantes, Pequeños ataques violentos de trompetas y cuerdas (chwaaannggg!!), clima inquietante.»Ok, esto no es para mi».
La verdad me pareció muchísimo mas interesante la otra obra, «Tautologos 3». Que conste que me resulta dificilísimo hablar sobre música contemporánea, pero intentemos: Tautologos 3 es muy violenta e intensa, y tiene un montón de patrones y cambios de tempo constantes todo el tiempo. Además de la percusión, vientos y bronces hay una guitarra eléctrica y manipulaciones de cinta. Hay toda una estructura coherente, extraña y alienígena, silencios que dan a partes repetitivas y riffs cuadrados que son muy parecidos a algo que casi podría llamarse «rockero».
Repito, me cuesta horrores hablar de este tipo de música que desconozco. «Tautologos 3» me pareció super interesante, intensa, y en cierta forma extraña y sensible. No me lo esperaba. «Interrupteur», por otro lado, no me comunicó mucho.
Arnold Dreyblatt – Animal Magnetism
¿Quien es?
Según la Wikipedia, Arnold Dreyblatt (¡gran apellido!) es un compositor y artista visual. Estudio con La Monte Young, Pauline Oliveros y Alvin Lucier. En el lado músical, Dreyblatt inventó nuevos instrumentos, tipos de afinación, y toca un contrabajo que él mismo modifico. Su música aparentemente «se basa en armónicos». Ok, nidea de que querrá decir con eso, pero escuchemos a ver que tal
¿Qué onda?
Este disco es una de las sorpresas más agradables y de las cosas más extrañas que escuché. No se parece mucho a nada. Cuando arranca la primera canción, empieza una batería super básica y cavernicola, tocando algo muy simple, y una montaña de instrumentos entrelazados y difíciles de separar entre sí. ¿Hay vientos?¿Cuerdas?¿Una percusión por ahí?¿Un banjo?¿Qué son esos ruiditos?
Todos los músicos del ensamble tocan casi lo mismo hasta cierta cantidad de vueltas donde cambian a otra sección, y así van armando estructuras, casi canciones. Hay cierto ambiente lúdico, es música alegre, divertida, tribal y de cierta forma, amena.
El disco, dentro de sus patrones e ideas base, es bastante variado. El tema que da nombre al disco empieza con 2 minutos de unos armónicos sonando como robots aburridos, esperando alguna orden. Lentamente se agregan timbres, un bajo, un saxo haciendo drones, campanitas juguetonas. «Group Velocity» tiene una base que podrá servir para un oscuro reggaeton, con alguna melodía de sintetizador y alguien rapeando encima. Por otro lado, el uso de los vientos y saxos me recuerdan a las repeticiones de Phillip Glassy y Steve Reich. Pero de pronto hay un corto y entra algún ritmo super pegadizo y uno no puede evitar imaginarse a todos los músicos sonriendo mientras tocan. Qué cosa más extraña y genial este disco.
Talk Talk – Laughing stock
Sobre Talk Talk ya escribí en este post, y Gustavo también escribió un poco sobre ellos aquí. Una banda maravillosa, y un disco hermoso, único y personal.
Tony Conrad w/ Faust – Outside the Dream Syndicate
¿Quien es?
Entremos en terrenos un poco más conocidos. Tony Conrad es un artista visual y músico experimental, que sacó solo este disco, acompañado por los muchachos de Faust. Fue miembro del Theatre of Eternal Music, junto a John Cale, La Monte Young, y otros, a mitad de los 60s, haciendo lo que se consideraría en el futuro música Drone. Con esos datos, uno puede tener un poco de idea de por donde va a ir este disco.
¿Qué onda?
«Outside the Dream Syndicate» tiene dos lados, cada uno durando unos 26 minutos aproximadamente. El primero, «From the Side of Man And Womankind» es de las composiciones más repetitivas que escuché. Son 25 minutos con una batería haciendo un ritmo sumamente primitivo (pum-pa-pum-pa), y al pobre bajista tocando la misma SANTA NOTA durante la duración del tema, y la toca así: tun, tun, tun, tun, tun, tun, tun, tun. Sobre esa estructura suena la viola de tony conrad, que se balancea, se mueve, se desliza relajadamente. Suena a Krautrock a full, por alguna razón: ¿La elección de timbres? ¿La estructura armónica? ¿O simplemente por como suena, por como esta grabado? no sé. Lo que sí es que esta primera pista es un tour de force, y es un poco lo opuesto a las composiciones de ferrari: Funcionan mejor como fondo, como un wallpaper sonoro, para cuando uno hace otras cosas.
El segundo «From the Side of the Machine» lado mantiene la misma idea pero mejoran todas las partes más irritantes. La batería es mucho más orgánica, siguiendo un patrón tribal con tones. El bajo toca alguna nota más (serán 2 o 3!). Y además de la viola, tenemos algunos sintetizadores que hacen muy buenos aportes, y salen y entran de a ratos. El lado dos es mucho más relajado y contemplativo, y mucho más ameno de escuchar. Mientras que el primer lado se mantiene terco en su intención y las variación son solamente las mínimas que son generados por los mismos 3 tipos tocando lo mismo todo el puto tiempo, acá hay unos ciertos relevos, bajadas de cambio y subidas. Todo muy lento y pausado, pero que se mantiene muy interesante durante todo el largo de la pista. Se supone que es un disco clásico del drone y el krautrock. Para mi no pasa mucho de ser un disco «lindo», al que seguramente se le saque más jugo con más escuchas.