Historia Elemental del Hip Hop Vol. 3
Llegamos a los años 2000s, una década en la que el género sufre varias modificaciones importantes pero con la cual ya nos aproximamos al momento en que hablar de una historización más o menos precisa con eventos definidos y artistas fundidos en oro y acero se vuelve más difícil. O sea: es más posible que partir de ahora se enojen más con nosotros por la selección de canciones.
En primer lugar, los 2000s se inician con la definitiva consagración del nuevo sonido del sur. En un principio gracias a OutKast, que representa la escena de Atlanta y que incorpora elementos soul y pop (el costado más Andre 3K) y un estilo de rappeo violento y agresivo (la parte más Big Boi) junto con bastante de psicodelia y de humor. Pero también gracias a las versiones chopped and screwed de DJ Screw (destacado en el compilado anterior), una forma de remix que enlentece y distorsiona la música y las voces logrando un efecto narcótico. Y con Lil Jon, también de Atlanta, que patenta el “crunk” (que luego sería empleado para distinguir a toda la música sureña, como un término sábana). El crunk se caracteriza por usar beats de máquinas 808, cortados y escasos, junto con bajos fuertes y una manera de rappear que privilegia los gritos y las respuestas, a menudo eliminando los juegos de palabras complejos en pos de frases repetitivas. Básicamente es música de fiesta, con poco del contenido social que había caracterizado al hip hop antes. Es un estilo un poco cabeza, bah, pero que tiene una influencia decisiva y que establece al sur como la “tercera costa” del hip hop estadounidense. Algunos dicen que el hip hop se “ruraliza” y adopta preocupaciones más básicas y menos intelectuales, lo cual sirve como un ataque snob encubierto contra estos nuevos estilos.
Historia Elemental del Hip Hop Vol. 2
En general si alguien piensa en los tiempos dorados del hip hop, en lo que está pensando es en esta década. La década en la cual la cultura deja de ser algo underground y surge con fuerza en el mainstream. La década que está plagada de discos clásicos y momentos irrepetibles.
Comienza con el reconocimiento crítico a “Fear Of a Black Planet” de Public Enemy, que hasta el día de hoy es una piedra de toque de la música y de las listas de los discos más importantes de la historia. Public Enemy, con su combinación de sampleos, conciencia furiosa y sonido similar a una torre ruidosa en una noche violenta, es la destilación más perfecta de los avances de la segunda mitad de los ochenta y una prefiguración de lo que vendrá, comenzando por los disturbios de Los Ángeles de 1992.
Los Ángeles, por supuesto, (y California de una forma más general) son fundamentales en nuestra historia a partir de este momento. Quizás el desarrollo más importante y duradero de la década sea el nacimiento del gangsta rap. El género, por supuesto, tenía precursores en los ochentas, como Ice-T y los padres del asunto N.W.A. cuyo “Fuck Tha Police” debe ser uno de los títulos más simplemente elocuentes del mundo. Pero es a principios de los 90 que el gangsta rap se vuelve una cosa reconocible, un sonido propio, y da obras maestras como “The Predator” de Ice Cube [chiste sobre la ironía de que Ice Cube hoy en día actúe de policía en películas] que refleja de forma perfecta el caos y la furia justiciera presentes en los disturbios de la ciudad más fea del mundo.
Historia Elemental del Hip Hop Vol. 1
Bueno. Corría agosto del 2013 y una serie de revistas de internet comenzaron a publicar artículos donde celebraban los 40 años del hip hop, la realización de la famosa primera fiesta en el Bronx donde DJ Kool Herc había “creado” el hip hop al emplear dos bandejas para aislar y pasar solamente los “breaks”, la parte instrumental que era preferida por los bailarines, de canciones de soul y funk a la vez que, con un micrófono con eco conectado a los parlantes, hablaba sobre la música y agitaba a la concurrencia.
Hacía poco que me había comenzado a obsesionar con este estilo musical, y sabía que Dario también escuchaba bastante, entonces se me ocurrió una idea absurda: ¿por qué no hacíamos cuatro compilados, uno por década, para celebrar el cumpleaños? Hablé con Ezequiel (quién también es responsable del hermoso diseño de las tapas que engalanan a los compilados) una noche y le propuse y luego se lo comunicamos a Darío, Esteban y Jotafrisco. Armamos un google docs, le pedimos consejo a Marty Zurita para no olvidarnos de nadie esencial y comenzamos a organizar una lista de los artistas más importantes, de los cuales luego deberíamos elegir uno o dos temas. A todos ellos quiero agradecerles, porque sin su esfuerzo colectivo todo esto hubiese sido mucho más difícil.
Sin embargo, nunca imaginé que el proyecto iba a insumir grandes porciones de mi tiempo libre por el próximo año y medio.
2014: Una Ficción de Sonido.
(La «tapa» del compilado de este año pertenece al inmenso Brandon Graham y a su gloriosa reinterpretación del Prophet de Rob Liefeld, que recomiendo enfáticamente)
Todo compilado es una ficción. Cuanto antes uno lo acepta, uno aprende a disfrutar de forma más completa toda selección de canciones, ya sea del año, de la década, del milenio o de un artista en particular. Siempre hay viejos favoritos que quedan afuera y elecciones bizarras que uno no colocaría allí. En un punto, un compilado generalmente es un diálogo con «La Historia», con lo que pasó y con lo que queremos que quede escrito en piedra y se preserve para el futuro. De alguna manera esa concepción es la que me mantiene realizando esta tarea que a primera vista parece absurda (más allá de que cierta gente parece disfrutarlos) de armar una selección de canciones por año. Me gusta la sensación de cierre, me gusta encerrarme con una pila de discos y auriculares y elegir lo que (para mi y en ese preciso momento) son los temas de esos 365 días que pasaron. Es una manera de trazar el tiempo, de mantener una bitácora de yos pasados, de dejar un registro de donde estaba en el momento en que escuché cada una de ellas.
El Sonido Original de Alfa Centauri.
(Fotografía de Chris Saunders)
En algún momento de Retromania (un libro enojoso, fragmentario y escrito desde la perspectiva, por momentos, de un viejo choto, pero como todas las cosas de Reynolds, lleno de ideas que te intrigan y valen la pena) Simon Reynolds dice que toda escena es una construcción retrospectiva, que todo género musical es una forma de ficción y de reorganización de la historia. Los géneros que menciona como paradigmáticos son el northern soul y el garage rock, términos inventados en los setenta que no fueron utilizados en su momento, pero que sin embargo terminaron definiendo retrospectivamente un estilo de música de los sesenta.
En cierta manera toda agrupación, toda clasificación es una forma de ficción, incluso cuando se realiza en el mismo momento en que la música se está produciendo. Solo basta preguntarle a Simon Reynolds sobre las consecuencias inesperadas y el escarnio que le trajeron inventar el término “post-rock” y cuantos músicos que terminaron en esa etiqueta se sentían realmente representados por la misma y no por, no sé, “armchair-jazz” o “soft improv”. Como dice Hagbard Celine en The Illuminatus Trilogy: “Cada ideología es un asesinato mental, una reducción de procesos dinámicos vivientes a clasificaciones estáticas, y cada clasificación es una Condenación, del mismo modo que cada inclusión es una exclusión”.