The Mountain Goats – The Mess Inside
Seguramente, no debe haber nada más difícil hoy en dia que ser un buen songwriter a la vieja usanza, armado solo con su voz, unos acordes y una guitarra acústica. Y John Darnielle es seguramente de los pocos exponentes de compositores actualmente que entran en esta categoría. Casi todo lo que escuche de su relativamente vasta discografía siempre es muy bueno, y no para de incluir grandes ideas líricas y melodias. También es un compositor que, muy habilmente, es capaz de agregar instrumentos y mantener esa cualidad tan aústera y única – algo que no le salio tan bien, por ejemplo, a Elliott Smith.
‘The Mess Inside’, uno de los muchos grandes temas en ‘all hail west texas’, es quizás uno de las canciones maś literales y directas de Darnielle, aunque me gusta mucho el tema que trata y como lo trata. Con varios amigos siempre comentamos de que hay muchísimas canciones acerca de enamorarse, o de rupturas dolorosísimas, pero hay algunos estados de las relaciones de pareja que rara vez se visualizan. Una es la angustiante situación del Ocaso, donde esta todo bien en cierta forma pero ya no era lo que antes. Esta es la temática principal de ‘The Mess Inside’, que narra la búsqueda desesperada de una pareja de eso que ya no hay y no se puede definir. En los versos, en un estilo bien clásico se van narrando diferentes lugares a donde van yendo, y el estribillo ( un poco más obvio y menos intenso que los versos ) se concluye la idea del tema. En particular, hay dos versos que me parecen completamente geniales.
we took two weeks in the bahamas.
went out dancing every night.
tried to fight the creeping sense of dread with temporal things.
most of the time i guess i felt alright.
Siempre me parecio refrescante y genial cuando se utiliza la imágen de gente bailando para demostrar exactamente lo opuesto a lo que generalmente simboliza. Hay miles de canciones que refieren al baile, siempre ese momento genial, de liberación hipnótica, donde el objetivo es llegar en cierta forma a un Nirvana mental donde nada importa, donde uno simplemente se siente bien y quiere llegar a ese punto culmine de unirse y ser uno solo con la música. Pero este es un ideal, y muchas veces no ocurre. Uno baila y piensa otras cosas, o sabe que esta bailando para no pensar en otras cosas. Aquí, esa ‘creeping sense of dread’ ( es muy difícil traducir eso al español ) aparece como una entidad invisible e imposible de vencer, donde lo único posible fue «más o menos pasarla bien».
we went to new york city in september.
took the train out of manhattan to the grand army stop.
found that bench we’d sat together on a thousand years ago
when i felt such love for you i thought my heart was gonna pop
Éste es el último y seguramente el más angustiante, ya que el último intento para revivir el amor perdido es volver basicamente al pasado (amplificado con la exageración de ‘a thousand years ago’).
Pero esta parte no seria ni la mitad de buena si no fuese por la ejecución vocal de Darnielle, que en cierta forma se va acelerando, y en el momento de decir «pop» hace algo asi como un ‘pop’ – de estallido – con la voz que hace saturar ligeramente la grabación y que es completamente increible.
Y por sobre todo, toda la canción tiene esa sensación y clima tan típica de su canción, esos acordes mayores, esa forma de ejecutar tan segura y en cierta forma, despreocupada, que la hace de un aura extraño. Básicamente, el cantante ya sabe de que esta hablando, sabe como es el final de la historia, y en cierta forma lo acepta y asimila, y sabe que, igual, en un futuro, todo va a estar mejor, aunque eso sea inevitable.
Las «road movies», ese pseudo-género que siempre es tan interesante y da para muchas ideas y clichés, y que incluso se puede mover muy fácilmente a otros géneros (hay libros ‘road movie’, digamos), tambien pueden encontrarse como canción. El ejemplo más clásico es casi cualquier disco que uno puede escuchar serenamente en el auto – el lugar común absoluto, a la ‘born to be wild’, por poner un ejemplo. Por el lado de la música, la temática muchas veces no es tan importante (aunque cualquier letra con una temática ‘de escape’ funciona), pero más bien va con un cierto tempo, una cadencia, que hace que funcione muy bien para crearse algun buen videoclip mental mientras uno mira por la ventanilla.
«Dory Previn» fue mi ‘road song’ de los últimos 2 meses. Casi ritualmente, me subía a la camioneta para ir a trabajar, saludaba, me ponia los auriculares, y mientras amanecía en Montevideo (7 de la mañana) escuchaba este tema. La combinación es PERFECTA.
Me voy pero ya vuelvo: recuerdo haber leido una nota hace unos meses de Douglas Wolk sobre un disco para niños de Carole King. En esa nota, hacia un genial comentario acerca la versión de «will you love me tomorrow?«, originalmente compuesta por Carole King pero hecha famosa por las Shirelles. Douglas comentaba que la canción – que básicamente es la historia de una chica inocente que no esta segura de darle el beso al chico adecuado – cambia completamente su perfil al ser cantada por King. El tono cambia, es cansado y triste, como ‘avejentado’, y la protagonista, en cierta forma, cambia. Citando el artículo, dice que «al cantar ‘would you still love me tomorrow?’ parecería que Carole ya sabe que la respuesta es no, pero tiene que intentarlo igual».
Para mi, lo mismo ocurre – esa modificación del significado de una linea, a causa de la forma de cantarlo – en esta cancioń. El main motif del tema es la línea «do you think it’s time i put him out of my mind». Es una línea simplísima y despojada, casi sin gracia, que podria estar en casi cualquier tema R&B, pero la forma en la que la canta Tracyanne, acompañada por el tema (un country que se arrastra como un perro lastimado), le da una fuerza notoria. Ella se pregunta si ya es hora de olvidarse de él, pero da la sensación de que es algo que tendria que haber ocurrido hace muchísimo y que se lo estaba negando constantemente hasta que ya no tiene otra que decir «bueno.. creo que.. tal vez… » hasta que al final del tema, despues de repetir constantemente la misma linea, la convierte en golpe final y directo. «i think it’s time / to let my love for him die» y con un pequeño arreglito de guitarra en plan happy ending, la canción termina.
Ever felt like giving up?
Ya escribí demasiado sobre algunas canciones de Hefner en mi viejo blog, pero igual siempre vuelvo a ellas. ¿Porqué? Quizas porque tienen una forma de componer y de narrar historias que comparto mucho, y que no son tan comunes, y muchísimo menos en el extraño mundo del digamos «brit pop». Aprovechando que siempre quise hablar un poco de su ultra ninguneado último disco «Dead Media». En eset disco, la banda de Darren Hayman intenta dar su giro al pastel y hacer un disco con un sonido diferente, comprando y alquilando montones de sintetizadores y maquinas de ritmos cutres, haciendo un disco con un alto contenido electronico.
Kid A? Algo asi, en cuanto a que es giro de 180 grados en su discografica, y alieno a muchos de sus fans – y al contrario del Kid A, no vendio un carajo. Y tambien al contrario que el disco de los Radiohead, la diferencia aqui no es que escucharon musica electronica y quisieron influenciarse por ella. Los Hefner arrancaron completamente de cero.
En Hefnet podemos leer algo que Hayman estaba escuchando mucho a Joe Meek y Raymond Scott y estaba interesado en ese mundo sonoro donde se descubrian nuevos sonidos, métodos e instrumentos, y ese fue el enfoque que tomaron en Dead Media. Es digamos, un disco con un encare completamente naïf, donde parece que cada linea de sintetizador parte de «mm que interesante.. y si muevo esta perilla que ocurre?». Mientras que Radiohead suena a su música combinada con Autechre, Kraftwerk y Boards of Canada, los temas electronicos de Hefner no suenan a un carajo. O quizas si, suenen a techno-pop, en el sentido absoluto del termino («techno» como sinónimo de ‘futurista’, ese futuro tan lindo que existia en los 70s y 80s y en los 90s se fue al carajo). O sea, teletransportadores, armas a rayos y autos voladores.
«Alan Bean» es el primer single y esta basada en bueno, Alan Bean. ¿Quien es Alan Bean? Básicamente, el cuarto hombre que pisó la Luna. Algo asi como (en palabras de hayman) el Ringo Starr de los Astronautas.
Ya de por si el personaje ya seria bastante interesante, pero lo más interesanet quizas de Bean es el hecho de que despues ir a la Luna decidio dedicarse a ser Pintor. Y de que eran sus pinturas? Bueno…
Es quizas medio shockeante e irónico ver tantas pinturas sobre la misma tematica, sobre un evento particular en la vida del pintor, repetidas ad infinitum. Sobre todo considerando que el fue último, el jamas nombrado, que siempre estuvo en el casi anonimato, y que nunca más ejerció su oficio de Astronauta. Es por un lado muy extraño y por otro lado, un poco lógico, y sobre todo bastante romántico – al seguir reviviendo ese momento preciso una y otra vez.
Esta historia de prácticamente un Beatiful Loser le viene como anillo al dedo a Hayman, que la convirtio en una canción llena de Optimismo, agregandole algun detalle ficticio personal y romántico en la historia del Astronauta.
Ever felt like giving up?
I’ve felt like giving up.
But not since 1969.
I found a greater truth,
At a godly altitude,
Won’t waste another day of my life.
As we tumbled down to earth,
We felt the capsule turn,
We saw the blue skies burn.
As we splashed down in the sea,
You were praying on your knees,
It bought a change in me.
Everyone will forget soon,
The fourth man on the moon,
But I’ve got it in my mind.
I’d like to paint your eyes,
But I’ve got to paint the sky.
Going to be a painter all my life.
As we tumbled down to earth,
We felt the capsule turn,
We saw the blue skies burn.
As we splashed down in the sea,
You were praying on your knees,
It bought a change in me.
And what you didn’t see,
I’ll let you see through me.
I’m going to paint the moon for you.
Ever felt like giving up?
‘We’ve felt like giving up’
Ever felt like giving up?
‘All the time.’
Spoon Week 07: Don’t Bet The Farm On Those Roulette Tables.
Small Stakes (Kill The Moonlight)
Small stakes give you blues
But you don’t feel taken don’t think you’ve been used
Cause it’s alright Friday night to Sunday
It feels alright keeps your mind on the page
Oh yeah small stakes ensure you the minimum blues
But you don’t feel taken and you don’t feel abused
Small stakes tell you that there’s nothing can do
Can’t think big, can’t think past one or two and awright!
Me and my friends sell ourselves
Short but feel very well
We feel fine aw we feel fine
Small time danger in your mid-size car
I don’t dig the stripes but I’ll go for har mar
The big innovation on the minimum wage
Is lines up your nose but your life on the page so c’mon
Tell me I’m wrong
Small stakes will kill time
When you’re stuck in back of the line
It feels alright Friday night to Sunday
Aw it feels alright keeps your mind on the page
And small stakes bring you where you’re caught in a rut
You feel so uptight you just want to throw it all up
And small stakes leave you with the minimum blues
Can’t think big, can’t think past one or two so c’mon
¿Y que mejor canción para terminar esta semana que esta?. La primera de “Kill The Moonlight”, mi disco favorito de Spoon por lejos, me parece que es una suerte de declaración de principios para la banda y Britt Daniel.
¿Que banda de rock escribe una canción deliberadamente alabando las “pequeñas apuestas”? ¿Que grupo tiene una letra que dice “pequeño peligro en tu auto de mediano tamaño? ¿Que banda parece mas interesada por trabajar dura y consistentemente en una visión artística con la cual están comprometidos antes que en grandes golpes de efecto?. Bueno, una banda emocionante y genial como Spoon. Una banda que cree firmemente en lo que esta haciendo y que desarrolla una carrera, una trayectoria, no en el sentido que le dan el 90% de las bandas de rock actuales, como una especie de “rat race” pero aplicada al arte y la música, en lo que lo único que importa es ser mas grande, tener una oficina mas lujosa, una secretaria de piernas mas largas y un estadio mas inmenso donde tocar.
Y aquí volvemos a un concepto que me inculcó Eze, aunque lo utilizo mucho en mi conversación diaria: la cuestión de la Verdad. O sea, hay bandas que escucho y me ponen la piel de gallina, porque siento que están comunicando algo tan visceral y único, intransferible, que es una verdad que brilla frente nuestro y no podemos hacer mas que conmovernos. De eso se trata la música, creo.
Y los Spoon son la corporización de ese sentimiento: una banda que sigue sacando discos, incansablemente, hace años, sin preocuparse por la repercusión mediática ni por la crítica, solo interesados en hacer buenas canciones y modificando su sonido imperceptiblemente con cada lanzamiento, en pequeños pasos, dejando detrás un cuerpo de trabajo, una obra, que casi parece generada sin esfuerzo, solo con la idea de que hay que hacer música porque la vida se va en eso.
¿Que como suena el tema? Pfff, eso es anecdótico a veces.
Spoon Week 06: Curiosity Never Killed The Question.
Picture yourself in the living room
your pipe and slippers set out for you
I know you think that it ain’t too far
But I hear the call of a lifetime ring
felt the need to get up for it
oh you cut out the middleman
get free from the middleman
You got no time for the messenger,
got no regard for the thing that you don’t understand,
you got no fear of the underdog,
that’s why you will not survive!
I want to forget how conviction fits
but can I get out from under it?
Can I gut it out of me?
It can’t all be wedding cake
It can’t all be boiled away
I try but I can’t let go of it
Can’t let go of it,
Cause you don’t talk to the water boy
and there’s so much you could learn but you don’t want to know,
You will not back up an inch ever,
that’s why you will not survive,
The thing that I tell you now
It may not go over well
And it may not be photo-op
in the way that I spell it out
But you won’t hear from the messenger,
don’t wanna know bout something that you don’t understand,
You got no fear of the underdog,
that’s why you will not survive! (Hey!)
Esta canción es la primera que me enganchó del “Ga Ga Ga Ga Ga”, seguramente porque, superficialmente, me compraban sus trompetas. Bah, que digo, esa era la razón. Ese estribillo tan mariachi, tan optimista y esas maracas que se escuchan en los versos me encantaban, me parecía la canción mas feliz del mundo.
Pero en el último tiempo en el cual me dediqué a leer la letra siento que esta canción me identifica mucho mas de lo que pensé al principio. Porque solo puedo leerla como una canción sobre la curiosidad y sobre la capacidad de aprender de otras personas. Y si hay algo que sostengo firme junto a mi corazón es que el momento en que la curiosidad por saber y aprender se muere, se muere el cerebro.
Lean sino la letra: la primera estrofa es una descripción de un estado de aparente felicidad: pipa, pantuflas, al lado del fuego, como un buen padre de familia que finalmente consiguió lo que tanto deseaba. Pero ahí nomás entra la segunda estrofa y Britt Daniel canta que siente la necesidad de pararse siguiendo una llamada de toda la vida y que esa escena es una trampa, una falsa imagen de felicidad que lo único que enmascara es el conformismo. Y después el estribillo, en el que acusa a las personas que se conforman con no darle crédito al perdedor, a la persona menos esperada para que les enseñe algo y les dice, desafiante, confiado, hasta con bastante alegría apenas implícita, que por eso no van a sobrevivir. Es una llamada a la empatía, al hecho de que el 90% de las veces las cosas que te vuelan la cabeza vienen de los lugares menos pensados, del derrocamiento de un prejuicio, de la exploración en tierras desconocidas. Y que eso es lo que hace que la corriente corra a 220, que tu cuerpo se electrifique y que te encuentres con objetos y personas frente a los cuales la única respuesta es la emoción sin filtros.
Y es coherente que sea una canción que suene tan diferente a su catalogo. Que casi parezca una canción de los Dexy’s Midnight Runners, que intente ampliar el molde de lo que es Spoon. Pero al mismo tiempo siendo sincera, una vez mas, con los sentimientos contradictorios que esto genera. Porque como dice Britt Daniel: “quiero olvidar como la convención ajusta / pero puedo salir de abajo de ella?”.
La respuesta parecería ser: “no del todo, pero tenés que intentar con toda tu alma”.
Spoon Week 05: This Town Is Going To Break Your Heart, Boy.
I Didn’t Come Here To Die (Love Ways Ep)
All you see is the weight hung round my neck
it’s in the message you left
I love you to death
I need to get some leg and go shine my shoes
I didn’t come here to die
hoping everything’s alright
hope that everything is alright
alright
As I drive off into the night alone I can feel it all rush back
half afraid that I’ll turn back
and when you grow up here
it can feel like there’s no place else it takes so long
to get anywhere at all
cause it just goes on and
Forget that empty stomach that broken heart
and just leave here tonight
and hope it’s alright
but all you see is the weight hung round my neck
I didn’t come here today
To pull any weight
no not to pull any weight
alright
as I drive off into the sky alone I can feel it all rush back
but this kid ain’t coming back
and I been living in the sticks here for so long now
so c’mon c’mon I said
I know everything you say
I know everything you
say
Si bien pareciera que lo único de lo que hablan las canciones Spoon es de esa estúpida cosa llamada amor y la mejor manera de sobrellevarlas (lo cual, por otra parte, es el material de gran parte de la música y, en segundo lugar, quizás sea una inclinación temporal de quien escriba) me parece que lo que caracteriza a Spoon sobre todo es la facilidad que tienen para escribir canciones que lidian con temas adultos y maduros sin necesidad de volverse una parrafada moralista ni de descender a los territorios del AOR. Por momentos me da la impresión de que lo que hacen es, tranquila y pausadamente, intentar encontrar una manera de crecer y moverse por este mundo lleno de obstáculos y de ENTENDERLO, tanto a él como a sus propios sentimientos al respecto. Lo que hace la mejor música pop, bah.
Y esta es una canción que ilustra bastante bien ese punto. Es una carta de despedida que a primera vista pareciera dedicada a una mujer, pero que creo que en realidad habla de una ciudad. Como toda buena canción de escape la música tiene una propulsión digna de una buena escena de road movie. Las guitarras, ya de entrada, parecen de una canción de rock and roll clásico, y subrayan el componente mas bien jubiloso de irte de un lugar que te oprime. Desde la primera frase (“todo lo que ves es el peso alrededor de mi cuello”) Britt Daniel parecería estar diciendo que ese lugar lo constriñe, lo tira para abajo, que lo conoce demasiado y es un lugar donde jamás va a poder ser quien quiere ser, porque su identidad actual le pesa demasiado.
Es la maldición del pueblo pequeño o del lugar donde crecés y los Spoon la transmiten magníficamente: “y cuando creces aquí / sentís que no hay otro lugar donde cueste tanto / llegar a algún lado”. Pero al mismo tiempo comunican perfectamente la ambivalencia de dejar un lugar donde uno creció, la mezcla de felicidad y tristeza, de euforia y depresión. Para mi el secreto esta en la yuxtaposición de lo que dice la letra, que es bastante asfixiante y da la sensación de que lo único que le queda al narrador es huir y la música que transmite una impresión de “a la mierda con todo! este lugar apesta! uuuuuuuuooooooooooo, vamos a la carretera!”.
Pero esa ambivalencia y yuxtaposición solo pueden venir de una banda que sabe que nada es tan fácil como parece, que las decisiones cruciales de nuestras vidas no solo traen felicidad sino una gran cantidad de tristeza y que a pesar de odiarlo, somos el lugar donde crecimos y algo de cariño le debemos. Por lo tanto, toda postal de despedida será agridulce.
Y, sin embargo, es una canción que comprende lo que dice Ed Brubaker en una entrevista de hace unos días: “El problema con la gente es que no se van de donde eran para transformarse en quienes se supone que tienen que ser”.