Des-hecho.
La progresiva diferenciación subjetiva y la expansión del dominio de los estímulos estéticos llevaron a que estos fueran manipulables. Podían ahora ser producidos por el mercado cultural. La sintonización del arte con las reacciones individuales más fugaces colaboró con su reificación. La creciente similitud del arte con un mundo físico percibido subjetivamente lo ha llevado a abandonar su objetividad, acreditándolo ante el público.
Theodor Adorno citado por Andreas Huyssen en Después de la Gran División (Citado aquí con el perdón de @theoldmacnulti, verdadero adorniano).
¿Qué pasa cuando una canción te acompaña por casi 20 años? ¿Qué pasa con vos, por un lado, que se supone que has cambiado a lo largo del tiempo, que sos otra persona, que todas las capas subjetivas se han ido reemplazando como los caparazones de un escarabajo en crecimiento? Pero, también ¿Qué pasa con la canción? ¿Acaso cambia? ¿Es posible que en esa misma composición repetida durante tanto tiempo, en esas mismas notas grabadas hace quién sabe cuanto, de golpe surja algo nuevo? ¿En su repetición obsesiva?
Hungría.
– Hace un montón que no escribo de música. Estuve escuchando un montón de discos nuevos que salieron este año: Junior Boys, Wild Beasts, Antlers, Bill Callahan. Todo me gustó, pero nada me inspiró a escribir. Así que me pareció mejor escribir sobre el disco que más escuché en lo que va este año, y que inevitablemente va a ir unido a lo que fue el comienzo del 2011.
– En general, uno siempre cae en tratar de escuchar música nueva, así cómo descubrir algunos artistas viejos. Tengo la teoría de que en ese patrón hay un lapso de tiempo musical que uno tiende a ignorar: La música que salió hace unos cinco, seis, siete años. ¿Que pasó musicalmente en el 2007? Es bastante difícil poder darse cuenta ahora, visualizarlo bien: Uno necesita más distancia. Y todo lo que uno escucha de hace cinco años suena un poco demodé, porque no es demasiado nuevo ni moderno, pero tampoco es realmente viejo o no sabemos (de burros nomás) si lo que escuchamos es vigente o sigue valiendo la pena. Un montón de prejuicios boludos, ya se, pero existen.
– “Hungría”, de Gepe, es del 2007. Haciendo un esfuerzo y pensando en esa época, me acuerdo de cuando salió, de la salida de la folktrónica, o la mezcla entre las bases electrónicas más bien mínimas con charangitos, guitarras criollas y bombos legueros. En ese momento lo escuché muy poco. Y este año, a causa de una trancadera importante con los Dënver y Javiera Mena, decidí volver a escuchar a ver que ofrecía este otro músico del pop chileno.
– Es un disco más bien corto, de 10 temas en 35 minutos. Aunque los primeros temas arrancan relativamente ‘para arriba’, el clima del disco es más bien acústico, sereno y un tanto lánguido. Mucho shaker, maraca, acústicas, algunos climas de teclados, pero por sobre todo la voz de Daniel Riveros. En una entrevista parte del documental ‘Al unísono’ (que pueden ver aquí) el cantante comenta que aunque empezó a tocar la batería y luego se pasó a la guitarra, su instrumento favorito es la voz. Y se le nota, mucho. Gepe tiene una cadencia muy agradable y se esfuerza muy cuidadosamente en pronunciar cada sílaba con la forma e intención adecuada. Es de esas personas que por cómo cantan nos parece que son mejores personas.
– Ya lo hablamos varias veces con Amadeo en este blog, pero lo menciono de nuevo porque Gepe es de esa escuela: Tiene un algo, un no-se-qué, que te da la sensación de que es una persona muy tranquila y que alcanzó cierto nirvana personal. De que tiene la verdad, o que al menos se dejó de joder con ciertas dudas existenciales y esta por encima de esas cosas. Es lo mismo que me pasa (en distintas formas) con Britt Daniel de Spoon, o con John Darnielle de Los Mountain Goats. Escucharlos me da cierta paz y serenidad. Aunque está claro que esta sensación que me dan estos cantantes habla bastante más de mí que de ellos.
– Gepe tocó en vivo en Montevideo, una vez, en la pequeña sala Zabala Muniz, junto con Martín Rivero. Yo no fui a verlo, pero un amigo sí y me contó esto: Gepe terminó tocando para unas 8-12 personas, cosa que le chupó absolutamente un huevo y metió un gran show bailando y agitando cómo si el lugar estuviera lleno.
– Cuando un día se me ocurrió canturrear la letra de ‘Esgrima’ y de ‘Celosía’ me di cuenta lo difícil que son de recordar las letras de Gepe. Y la verdad que sigo sin entender bien de qué pueden ir bien las letras. Supondría (con el mayor de los respetos) de que no hablan específicamente de nada. Creo que podría estar cantando en árabe, o inventar palabras a lo Sigur Ros, y el efecto emocional de las canciones sería el mismo. La lírica de las canciones es como un agregado, un color, un timbre de teclado, una capa de reverb sobre el disco.
(Se le esta dando mucha bola mediática al pop chileno. Puede ser que haya cosas que no estan taaan buenas de como estén pintadas. Pero creo que lo más destacable que tienen todos sus artistas es siempre una cierta actitud cero-bullshit que tienen todos. No hay una vuelta, un “juego” ni un yeite, ni nada por el estilo en su propuesta. Son gente que hace canciones, siguiendo la eterna y un tanto arcáica tradición del cantautor y no mucho más. Y lo hacen muy bien. Y punto.)
– No creo que “Hungría” sea un gran disco. No creo que su compositor haya pensado alguna vez en crearlo así. Es un disco que se refugia en su pequeñez, en todos sus espacios y silencios. En sus últimos tres temas, tristes y menores. En ‘hebra prima’, que es un tema tan poco apropiado para terminar un disco, y que lo cierra. Y no se me puede ocurrir un final mejor para ese disco.
**
Como buen melómano romántico, siempre tiendo a asociar emociones y situaciones de la vida con la música que estoy escuchando en cierto momento. Un día en febrero iba en un ómnibus a tener una conversación potencialmente muy dolorosa, conversación que terminó aún peor de lo que esperaba. En el trayecto fui escuchando este disco, empezando con “Esgrima”, el primer tema. Me parecía raro escuchar algo tan ‘alegre’ en ese viaje, pero lo hice igual – recién descubría el disco y bueno, quería escucharlo.
Ahora cada vez que arranca “Esgrima” me acuerdo precisamente de ese momento, de ese ómnibus, del calor que hacía, de la ropa que tenía puesta, de las cuadras que caminé, de las cosas que compré en un Kiosco. Y lo extraño es que para haber sido un momento bastante jodido, lo recuerdo con una serenidad y nostalgia agradable. Escucho “Esgrima”, y su letra que no se entiende de que está hablando, y me acuerdo de ese día, y me sonrío. Y ya pasaron un montón de meses, y todavía no entiendo bien porqué pasa. Tal vez podría haber pasado con algún otro disco, u otra canción. Tal vez no. Pero por esas cuestiones es que termino escribiendo cosas como esta.
Quirky Scottishmen IV.
O, una carta de amor a Billy McKenzie.
(esto viene de aquí, aquí y aquí)
01.
En mis momentos de insomnio me imagino que, en algún futuro lejano, digamos el año 2749, en el planeta Tierra, hay una estatua gigante de Billy McKenzie. Es toda plateada y esta cincelada con golpes lustrosos. Parece un cuadro de acrílico plateado. Mira hacia el futuro, hacia el horizonte que se eleva por sobre el mar (porque esta, obviamente, en una ciudad con vista al mar). Está vestido como un aviador de los años 30, pantalones bombachos holgados en los muslos y ajustados en los tobillos, botas, una de esas camperas peluchonas. Bajo su brazo izquierdo tiene un casco futurista. A pesar de ello, en su cabeza se observa una boina, por supuesto. A su alrededor zumban hombres en jet packs, naves unipersonales, gigantescos cilindros de carga manejados a la distancia, seres mitad murciélago mitad humano, humanoides brillantes que vuelan por el poder de su propia pila atómica incorporada en el torax, medianas unidades de transporte público. En el pedestal en el que se apoya hay una placa dorada en la cual se lee: “Billy McKenzie dice: ‘¡Crean siempre en ustedes mismos, niños!’”.
02.
Como tantas otras cosas valederas de mi vida, The Associates apareció de la mano de un español iconoclasta (que rareza que algunos agentes de España, que tiene ese inmemorial mal gusto musical me hayan recomendado algunas de las bandas más significativas en mi existencia) que hablaba de Billy McKenzie y Alan Rankine como si fuesen la segunda venida de un Cristo melodramático, irónico, demasiado elegante de traje-y-corbata y pelo engominado para ser glam, demasiado histriónico y absurdista para encajar en el mundo del post punk con total comodidad.
Obviamente que lo primero que me llamó la atención cuando finalmente “Sulk” cayó en mis manos fue el falsetto de McKenzie, esa voz que combina perfectamente hastío, ansiedad, desesperación y ambigüedad sexual. Realmente, ¿qué le pasa a la voz de Billy McKenzie? ¿Cómo se volvió tan alta? Me pregunto si hablaba como un tipo normal. Su voz es de aquellas que no te olvidas nunca jamás, y más allá de los arreglos vanguardistas, staccatados, furiosos, de Rankine y compañía, lo queda impreso es ESA voz demasiado cálida para ser una diva (parecía un chico realmente vulnerable y no su mera imitación o alguien que alguna vez fue eso pero ahora está enterrado bajo cincuenta capas de estrellato autoimpuesto) pero demasiado alienígena y alienada para ser normal, procedente de la clase de persona que podría confesarte su más oscuro secreto de la nada y llorar en el medio de la noche.
03.
¿Se acuerdan de cuando en la primaria nos decían a todos que los próceres se habían muerto pobres, olvidados, en un país ignoto, en una habitación de hotel, que lo único que poseían era ese traje con el que los enterraron y su pelela? Bueno, todo eso es obviamente una mentira. Sarmiento quizás murió en Paraguay en una habitación de mierda, vetusta, pero porque Sarmiento estaba LOCO. ¿Todo el resto? Tenían unos pesos en el banco. En realidad, muchachos, la verdadera tragedia es ser un músico más talentoso que la media que ha tenido un roce con la fama, UNO y solo uno, un momento fugaz en que una de sus canciones sonaba en la televisión y en la radio, en las discotecas y en las playas, y después siguió haciendo buena música sin jamás recapturar el oído popular. Esos son los que terminan mal, solos, deprimidos, hinchados y sin un peso.
Imagínense a Billy McKenzie en el cobertizo de herramientas del jardín de la casa de su padre en Dundee (“la cuarta ciudad más grande de Escocia”), deprimido, observando sus 40 años muy de cerca, un hombre que hacía poco había declarado que “se arrullaba cada noche para dormir”, con cicatrices que comenzaban a asomar en su sien de héroe de acción, triste por la muerte de su madre, sentado en una reposera de fierros blancos y tiras de plástico mientras se toma una sobredosis de amitriptyline, temazepam y paracetamol.
Yo ni siquiera sabía que te podías morir tomando paracetamol.
04.
El problema es que una de las canciones que compusieron su breve recorrido por la fama es, probablemente, una de las mejores canciones del siglo XX. ¿Cómo sino se explica de donde sale “Party Fears Two”.
Miren, es una canción que escuché tantas, tantísimas veces que puedo acordarme del principio de memoria, y no hablo de letras, hablo del “ta na nan na nan na nan. tuuuuuntururuntuntuntuntututuntututuntututututuntututututun, tururun”. Bueno, quizás eso sea un mal ejemplo. Pero la manera en que se inicia la canción, con ese piano, como notas distantes en un salón de baile abandonado, con un extraño eco, para luego desatar esa cascada de sintetizadores que nos traen a la mente la imagen de McKenzie y Rankine apareciendo en el escenario subidos a un carro tirado por galgos, ataviados como caballeros españoles del siglo XVII.
Cuando finalmente escuchamos la voz de McKenzie eleva a una canción que ya parecía ser demasiado inteligente para su propio bien, que se balanceaba entre el absurdo y el compromiso, justamente porque no resuelve el conflicto entre lo irónico y lo sincero. McKenzie canta una canción con letras absurdas y surrealistas de un modo totalmente honesto. Los desafío, sino, a escuchar el “awaaaaaaaaaaaaaaaakeeeeeeeeeee meeeeeeee” sin que el esqueleto quiera salírseles por la boca y temblar.
Pero, realmente, ¿de qué carajo habla “Party Fears Two”? En primera instancia, es la descripción de una noche en la ciudad. Lo grandioso es que es una descripción no adjetivizada. O sea: ¿es una noche normal? ¿es una noche desastrosa? ¿el narrador se siente avergonzado de el mismo? Es una canción profundamente dubitativa en un sentido, compuesta de fragmentos de significado que, en algunos casos, chocan y se entremezclan y, si uno lee la porción de una frase significa algo completamente diferente que si se la lee precedida por las estrofas anteriores (el ejemplo más claro es “And you say it’s wonderful / to live with I never will”). La maldita canción está repleta de frases increíbles, de potenciales remeras que son demasiado witty para ser entendidas.
Es, en otras palabras, una composición de fiesta en el sentido más completo y hermoso del término. Una canción confusa, desesperante, repleta de picos de emoción, de momentos de fealdad, de memorias a medio recordar (lo mejor: “Have I done something wrong?” quién sabe, quizás lo hiciste). Con una sabiduría preclara acerca de lo que produce alcohol expresada en una frase telegráfica.
Y, sobre todo, con un deseo poderosísimo de romper algún tipo de restricción. O sea, ¿por qué carajo McKenzie canta de esa manera? ¿Por qué tiene ese coro de almas en pena en momentos puntuales de la melodía? Todo el tiempo McKenzie parece estar arañando un cascarón. Que es lo que hacemos cuando vamos de fiesta. La vida es aburrida, la secuencia tradicional de días se vuelve agobiante y lo único que nos queda es el fin de semana, ese territorio perverso y mítico en cuyas noches se supone que todo puede suceder y que la mayoría de las veces termina siendo una rutina suplementaria. Es un tema jubiloso que lucha contra la frustración todo el tiempo. Qué momento ese del final en el que Billy repite la frase inicial pero con un desgano desolador, que solo expresa la más profunda tristeza.
I’ll have a shower
And then phone my brother up
Within the hour
I’ll smash another cup
Please don’t start saying that
Or I’ll start believing you
If I start believing you
I’ll know that this party fears two
And what if this party fears two?
The alcohol loves you while turning you blue
View it from here
From closer to near
Awake me
Don’t turn around
I won’t have to look at you
And what’s not found
Is all that I see in you
My manners are failing me
I’m left feeling ugly
And you say it’s wonderful
To live with I never will
So what if this party fears two?
The alcohol loves you while turning you blue
View it from here
From closer to near
Awake me
I’m standing still
And you say I dress too well
Still standing still
I might but it’s hard to tell
Even a slight remark
Makes nonsense and turns to shark
Have I done something wrong?
What’s wrong’s the wrong that’s always in wrong
I’ll have a shower
And then phone my brother up
Within the hour
I’ll smash another cup
En definitiva, la fiesta te teme y vos le temes a la fiesta también.
05.
Punto de vista: como si estuvieses dentro de una nave espacial observando por el parabrisas. Se ve un pequeño planetoide de colores rojos y grises que se acerca rápidamente. Cráteres, rocas y polvo.
Vemos la nave que despliega uno de esos anacrónicos trenes de aterrizaje que parecen hechos de caños de hierro (por si importa, la nave es uno de esos transbordadores / jet espaciales. Líder 1 cruzado con Astrotrain). El terreno es, obviamente, baldío y pedregoso, una puna sin hippies.
De pronto aparecen unos bichos que parecen piedras con piel, grandes bocas con dientes cuadrados en el medio de una cara de arcilla, dos ojos redondos de caricatura, sin nariz, sin orejas. Textura rugosa. Dos brazos con cuatro dedo gruesos como velas les salen de los costados. Los bichos se desplazan arrastrándo su triste cuerpo con los brazos. No intentan elevarse ni saltan. Se expresan en un lenguaje que parece producido al chasquear la lengua.
Los astronautas (porque hay astronautas, bajaron de la nave hace instantes) descubren que los bichos son bastante amistosos y que los quieren arrastrar a una caverna cercana. Dubitativamente primero, y luego entusiasmados, los hombres se dirigen al lugar.
Al entrar en la caverna descubren un altar hecho de piedra sobre el que descansa el inmaculado cráneo de Billy Mckenzie. Mediante gestos, los cosmonautas descubren que las bolas de roca han estado venerándolo durante milenios, que cada 50 rotaciones de su planeta (unos 78 días humanos) realizan un ritual con la esperanza de que cante, lo cual, creen más allá de toda duda, traerá el fin de los tiempos.
06.
Q: ¿Tienen alguna fobia?
Alan: Och, solo las usuales. Estar usando un casco espacial con diez escorpiones reptando en su interior (risas) Creo que eso sería muy terrorífico.
Billy: Odio a las ratas. Cada vez que veo una quiero matarla. Y odio a los alsacianos. Hacer las compras – odio los supermercados, y no puedo soportar tiendas como Woolworths o Marks and Spencers, si camino y paso frente a un lugar como Top Man o algo así, realmente me pone enfermo. Y no puedo nadar ni siquiera si mi vida dependiese en ello. Le tengo miedo al agua, especialmente a las aguas profundas.
(De una entrevista con Smash Hits de 1982)
But Willie and Rebecca prove they’re all wrong
– Lo que más sorprende de conocer a alguien famoso es lo vulgar y «normal» que es el evento. Estabamos en la esquina de siempre, con amigos, pero también estaba Chan Marshall ahí, jugando y acariciando a la perra de mi amiga. Estuvo sentada al lado mío un buen rato, a escasos centímetros. Podía verle de cerca las pecas, y sentirle el perfume. Es una mujer muy hermosa – tan hermosa como cualquier otra mujer hermosa de su edad. Pero claro, ella además es Chan Marshall.
– Hay un montón de historias acerca de su performance errática, de sus shows irregulares, de que es una persona complicada. Pero el jueves pasado ella se presentó muy simpática, cariñosa y accesible. Charlaba con todos, se reía, se hacía compinche.
– El viernes las cosas fueron un poco distintas. La vimos muy poco, llegó tarde y estaba nerviosa. Aunque parece manejarse de una forma mucho más profesional que en sus comienzos, es aparente que sus problemas de pánico escénico siguen estando ahí. Se movía de una forma extrañísima e insegura en el escenario. En la mitad de su show, se retiró por 5-10 minutos. Su banda improvisó un tema instrumental, y luego ella volvió. Parece que no soportó la presión del show en vivo y necesitó unos minutos de descanso para volver al escenario. Apenas terminó su show, se despidió de nosotros muy rápidamente y salió casi que corriendo al hotel. Fue un poco incómodo.
– Su show lo ví de una forma demasiado particular y rara, viendo parte desde el otro lado del escenario, cansado y un poco nervioso, y viéndola nerviosa a ella. Cansó un poco al final, y se extrañó la batería. Pero no escribo esto para hablar de su show, sino para hablar de una canción de ella. Una que no tocó el viernes y que muy posiblemente jamás haya tocado en vivo.
– «Willie Deadwilder» es un tema que jamás había escuchado de ella. Viene de bonus junto con el DVD «Speaking for Trees», del 2004. Es una outtake del «You Are Free», con M.Ward en guitarra folk y Chan cantando. Dura dieciocho minutos, y solo tiene tres acordes.
– «Willie Deadwilder» es un experimento que funciona. Es increíblemente repetitiva, con Chan cantando – o más bien narrando – durante la misma base de acordes que tiene apenas unos cambios mínimos, y no se terminá jamás. La letra es larguísima y no la leí entera, pero todo lo que entendí y los fragmentos que he leído me han gustado. Es una historia de amor muy larga y elaborada, yendo y viniendo de los protagonistas a un punto de vista más personal. Es difícil percibir sí fue toda escrita inicialmente, o tiene partes improvisadas.
– Brian Eno dijo hace un montón de años que la repetición es una forma de cambio. Cada vez que uno escucha lo mismo es ligeramente diferente, simplemente por ya haberlo escuchado antes. Pero «Willie Deadwilder», además de ser repetitiva, cambia todo el tiempo, por el hecho de los pequeños cambios de pulso y arpegiado de la guitarra, y la letra que jamás se repite de la canción. Es siempre igual, pero siempre distinta. Y termino cayendo en el trance de esos tres acordes, y la voz susurrada de Chan, y cuando se termina, siempre me parece que podría durar para siempre. Y ahí es cuando le pongo play otra vez.
Cat Power – Willie Deadwilder
Willie Deadwilder and Rebecca
They knew that they loved one another
He said fuck this cabby life
She said fuck this old trailer
He said I want you for my wife
Willie Deadwilder and Rebecca
They saw the same things at once
They shared the kind of stuff everybody dreams of
Finding out about, it’s all about love
Willie Deadwilder and Rebecca
They got a few more years to go
Gonna have some good old times
No more sad, sad bad times
It’s all that they’ve been waiting for
Someone to knock at the door
I tell you there are some people living alone
There are some people with nowhere to go
There are some people who don’t believe in love
But Willie and Rebecca prove they’re all wrong
First time I saw him he smiled at me
And the first time I saw her she was beautiful
Sixty-two plus forty-six equals one hundred and eight
Possible years they’ll live long too
That’s almost half of the rest of his life
That’s over half for her
Willie was shot once in his mind
His cry out saved his life
Second time through the heart
The doctor pulled the bullet from his side
He had a job to do, he thought
That’s his way of life
To take that car and pick her up
To be a man for her
Broken down and cut in two
She had been married for most her life
Now she’s finally free for awhile
Long enough to see this man and what he means
When he tells her that God in on his side
No matter what, and will you marry me
Willie Deadwilder and Rebecca
They want to live a life
I wish I had a million dollars
So we could throw it all away
I wish I had a million dollars
So we could light it aflame
I wish I had one million dollars
So we could spend it every day
I’m on the same side as you
I’m just a little bit behind
And please don’t bring me down
Please don’t let me go
I’m looking for a new kind of thing
A place that makes my heart sing
Another question answered from above
Please don’t let it worry you now
Please don’t let it worry you now
I’ve seen inside your heart and soul
It’s beautifully jacketed
An open hand and a mind to lend
There’s nothing more romantic
Than a distant place behind your smile
Tells my eyes that I am coming home
Please don’t bring me down
Please don’t let me go
My heart is a worried thing
Memories have planted
Seeds of a field I now want to reap and sow
Maybe when I’m sixty-two, maybe when I’m forty-six
Maybe when I’m thirty maybe the next time I see you
We will have our universe for the first time, again
Rings around our sweet friendship
Will tear up in into a run
Galloping forever more until tomorrow is gone
I deeply say to you now
I deeply say to you now
I deeply say to you now
There’s another question answered from above
You’re the kind of friend of mine I never had
You’re the kind of love I had that I never thought there was
Saint saint saint saint Augustine
Far far far away Georgie Koontz (?)
We gotta stake this thing out
We gotta laugh the whole day through
We gotta live the way that we want to
As long as God is willing, I am too
And as long as you are here, I am too
As long as he and she can forgive and love again and still love us too
You take my heart and you give it to me
You show me love I’ve never seen
You take my heart and give it to me
When Dylan sang Ramona in the taxi that night
I knew it right away would either be hard or be right
‘Cause I’m not Ramona, and you didn’t write that song
‘Cause you’re not Dylan, and I know we really do get along
Get along and get on with what it is you got to do
Go on get along with whome’er you choose
This is your life
But if God is willing, then I’m willing too, oh
I’ll be in the front, back and side of you
Just many happily waiting for you
Saint saint saint saint saint Augustine
Far away far way Georgie Koontz (?)
You know what it is
You know what it is you got to do
A young little girl named Jennifer gave me a turquoise ring
A native sentiment of joy love and peace, I thank you for this ring
It’s beautiful to me
A lady future journalist gave to me a lucky sweater to wear
Stains she had since eighteen, amazing that she did that
It would have been hard to do for me
A man named John wrote a song for me to sing
Also the most unbelievable flowers I have ever seen
He is a very good man
And he has been an even very good man to me
I hope that one day that song I will sing
Another love named Jennifer gives her care to me
A radiant heart with holy power, she believed in me
And with that gift I cry right now
But a memory of her laughing kills the beast
Another love I still love, a familiar face to me
A standing arch above my heart I’ve never been to reach
He’s laid my head on the bed
And told me Sweet, I’m not crazy like the others say
No he’s not crazy like me
This is a four hour song
And it will go on and on
A moment in time traveling on even if it is too long
I don’t care
I love to share
I love to sing along
I know you do too
Feel the same way so come along
Sing your song
It’s all that you have to do
I’m looking for that kind of mind
I never thought I’d find
I’m looking for that kind of love
I never thought was real
I’m looking for your heart
My dear are you
Looking for me
Please don’t bring me down
Please don’t let me go
With your love I have foothold
I can carry on
But please don’t let me worry you now
Please don’t let me worry you now
There’s nothig I am saying
That could ever be made wrong
I love you, love you so
I love you so strong
Please remember your heart in me
Please remember it’s not anatomically correct
Please know there’s no boundary
And if God is willing to protect
Our love, a world of love
I think you’d be willing too
Where are you from
And where are you going to
We have so much to do
Where you are going is
Where you do come from
And where I will be is with you
We have so much to do
We have so much to do
We have so much to do
Hurry, hurry, hurry let’s go
Hurray, hurray, things are gonna be okay
Hurry, hurry, let’s go
All them children are waiting
It’s time and they are ready
We got so much to do
And if God is willing
We have got so much
We have got so much
Shore Leave
¿Los marineros tienen un lugar tan claro en nuestro imaginario popular o simplemente Tom Waits es demasiado bueno evocando imágenes? Porque pocas canciones me hacen imaginarme una imagen tan clara como ésta. Un marinero perdiéndose en la noche de una zona portuaria con el anonimato que le otorga ser por solo un par de días una cara más que nadie va a recordar en un algún punto indeterminado del sudeste asiático, matando el tiempo, tratando de ocultar la angustia con excesos, pero que a pesar de todo no puede evitar pensar en su casa y en la mujer que dejó allá.
Tal vez el mayor mérito de la canción no sea la claridad de la imagen sino la economía de recursos con la que la logra, lo redonda que es la letra, que no tenga ni una línea de más. Y que la canción suene exactamente como esas imágenes. Y el contraste en como Waits termina aullando toda la desesperación contenida en la primer parte de la canción, repitiendo el nombre, diciendo en dos palabras lo mismo que dice todo el resto, «shore leave…»
Well with buck shot eyes and a purple heart
I rolled down the national stroll
and with a big fat paycheck
strapped to my hip sack
and a shore leave wristwatch underneath
my sleeve
in a Hong Kong drizzle on Cuban heels
I rowed down the gutter to the Blood Bank
and I’d left all my papers on the Ticonderoga
and was in a bad need of a shave
and so I slopped at the corner on cold chow mein
and shot billards with a midget
until the rain stopped
and I bought a long sleeved shirt
with horses on the front
and some gum and a lighter and a knife
and a new deck of cards (with girls on the back)
and I sat down and wrote a letter to my wife
and I said Baby, I’m so far away from home
and I miss my Baby so
I can’t make it by myself
I love you so
Well I was pacing myself
trying to make it all last
squeezing all the life
out of a lousy two day pass
and I had a cold one at the Dragon
with some Filipino floor show
and talked baseball with a lieutenant
over a Singapore sling
and I wondered how the same moon outside
over this Chinatown fair
could look down on Illinois
and find you there
and you know I love you Baby
and I’m so far away from home
and I miss my Baby so
I can’t make it by myself
I love you so
Shore Leave…
Shore Leave…