La Biblioteca Inexistente (13).
(Foto robada del Flickr de Aztec West, que se encuentra acá)
1) Terrance Watanabe era un descendiente de japoneses trabajador, dedicado a su empresa y solitario… que despilfarró 127 millones de dolares en un año jugando en diversos casinos de las Vegas. Ahora esta en el proceso de demandarlos porque clama que lo habían emborrachado y le habían permitido jugar más alla de la cuenta. Cosa difícil de creer en una persona que entregaba rollos de billetes que llegaban a 20000 dolares a los empleados del lugar.
2) Una encantadora reminiscencia de Lester Bangs por James Marshall, escritor que no conocía hasta ahora pero parece ser alguien a quién habría que prestar atención. Recuerda lo bueno, lo malo y lo feo del legendario escriba. Y quizás lo más triste de la postal es el momento en que dice «su legado está ahora en las manos de una extraña combinación de aquellos a quienes más amaba y aquellos a quienes más detestaba».
3) Para continuar con la fascinación con Oriente, les presentamos el mercado de Yiwu: 62000 puestos, 4 millones de metros cuadrados de espacio de venta, vendiendo más de 320000 productos. De algún lugar tenían que salir todos los llaveros de Dragon Ball Z y las medias de Snoopy que llegan a los pequeños (en comparación) mercados de frontera de Latinoamérica.
4) Terribles viñetas de la vida en una reservación indígena de Estados Unidos contadas por el profesor de secundaria Keith Mitchell, enviado allí luego de casi un año sin trabajo gracias a la crisis. Desolador y sin un gramo de optimismo.
5) Bello perfil de Eva Tanguay, una de las primeras super-estrellas del vaudeville, una artista pop consumada, años adelantada a su tiempo. Es curiosa la manera en que su vida es un espejo y una premonición de la mayoría de las carreras del «show business» arruinadas por la extravagancia, la caída en desgracia frente al público y los cambios en las modas. Bien investigado, la única pega es que cae en el exceso, anacronismo y lugar común de compararla con Johnny Rotten.
6) Muy lúcido posteo de Simon Reynolds sobre la música en los 00’s (o «noughties» como le gusta llamarlos, palabra que encuentro encantadora por su similitud con «naughty»). La idea es que en una década cada vez más fragmentaria, ningún disco puede importar, puede unir completamente a todos los escuchas apasionados de la música y que, al mismo tiempo, en esta década se hizo más música decente y menos música importante. Para pensar.