A Riot of Laughter and Excitement!

Alphabeat – Fascination
Fa, estoy por escribir sobre Alphabeat hace como 5 meses! Los Alphabeat son una banda danesa de super-pop, con muchos elementos de Abba y Boy Bands de los 90s, pero en formato banda. ¿Formato Banda? Claro, tenemos un guitarrista, bajista, tecladista, dos cantantes y batería. Cada uno con su forma de tocar particular y sus aportes para hacer las canciones más pegadizas y gancheras y over-the-top posibles. La definición que hacen los de PopJustice de ellos es perfecta: «Son como los Arcade Fire pero si fuesen adolescentes que vivieron en Copenhage y sonaran más como Junior Senior. O sea, no suena nada que ver con Arcade Fire». Bueno, algo así.
El disco «This Is Alphabeat» arranca con cuatro temas que son una BOMBA atrás de la otra, para embarrarla espantosamente en el quinto tema*. Después el disco repunta, pero lo que tienen que escuchar y los que les puede interesar – o no – de la banda esta condensada en Fascination, uno de sus «singles». Rápido, colorido y con una estructura perfecta y un estribillo explosivo, es el equivalente a un helado gigante con casi demasiados sabores. Una línea de esta canción es toda una declaración de principios: «Passion is our passsion». Y es que la música de Alphabeat no es del planeta tierra, es de una utopía de otro mundo, donde todo termina mucho mejor, donde cada día es una aventura y algo increíble y fantástico, visión que utilizan como lente para ver el mundo real.

Alphabeat – What is Happening?
Este tema me produce que sea totalmente capaz de ser inmune a cosas que generalmente me molestarían, como las cadencias medio Beyoncé de la cantante Stiner Bramsen, o la letra ligeramente pedorra, porque después tiene muchos elementos de esos que siempre me van a poder: Guitarritas limpias rítmicas, coritos sobre el verso mientras el bajo va cambiando el acorde, y una subida al doble de tiempo en la segunda mitad totalmente irresistible. Todo ejecutado con una prolijidad impecable pero sin caer en la frialdad estéril de, por ejemplo, los Acid House Kings (que ya se, hacen otra cosa, pero esos tipos son cirujanos che). Y la letra dudosa, después de todo, no creo que sea tan mala, ya que se banca constantes repeticiones de las mismas ideas una y otra vez sin llegar a cansar realmente.

PD 1: Videclip de «Fascination»:

PD 2: Lo que mejor define a estos jovenes: Su público.

* Si, Amadeo, me sigue pareciendo una chagar ese tal «Mackintosh/Rubber Boots»


Quirky Scottishmen (I)

“La primera vez que vi una foto de Orange Juice en un fanzine local, pensé que eran norteamericanos. Se veían como si fuesen la banda de Jonathan Richman”
Roddy Frame, Aztec Camera.

Orange Juice – Rip It Up

Cuando me bajé Rip It Up de Orange Juice yo ya sabía que me gustaban, que la voz de Edwyn Collins, entre colegial enamorado y escritor francés cargado de “ennui”, me parecía fascinante pero distante, que su pop escocés refrescante y engañosamente amateur me parecía la plantilla sobre la cual se alzaba todo el twee… Pero jamás me hubiese imaginado que me iba a abotonar de éste modo a su segundo disco. Y, especialmente, a la canción que le da título.
Ha sido una obsesión constante en los últimos 3 meses, desde principios de año. Casi todos los días la escucho y encuentro nuevo significado bajo su sonido o sencillamente me energiza con su pop perfecto. Es una canción engañosamente simple, que parece manufacturada para tener éxito (y no es casualidad, entonces, que haya sido el único tema de Orange Juice que llegó al Top 40 en Inglaterra) pero que revela una complejidad asombrosa en su escucha. Y esta complejidad se encuentra tanto en su letra, su música como en su posición histórica, tanto dentro de la historia de Orange Juice, la banda, como de la historia del post punk, el “movimiento”.
Recapitulemos: Orange Juice había surgido a principios de los 80 como una banda extraña dentro del post punk. Frente a la experimentalidad sin concesiones de algunos de sus proyectos más arriesgados, OJ planteaba un retorno a la canción pop cristalina, pero emprendida con cierto nivel de autoconciencia e ironía. Sin embargo, eran igual de intelectuales y curiosos que muchas otras bandas post-punk y se habian pasado un buen tiempo investigando tanto el pop clasico de los 60 como el funk y el disco de los 70. Al mismo tiempo, sacaban sus discos por una pequeña discográfica escocesa llamada Postcard Records, que de hecho habían fundado ellos mismos.
Así que, eran una banda post punk menos abrasiva que otras, menos confrontativa, pero al mismo tiempo puramente independiente e interesada en la historia del rock. Provistos de un enorme sentido del humor, eran capaces de reírse hasta de sus desventuras amorosas (como en “Falling & Laughing” o en esta buenísima estrofa de “Consolation Prize”: “I was wearing my frings like Roger McGuinn’s / I was hoping to impress / So frightfully camp, it made you laugh / Tomorrow I’ll buy myself a dress / How ludicrous”).
Lo que nadie esperaba era el cambio fundamental que se iba a producir en su sonido para su segundo disco, Rip It Up. Edwyn Collins, el líder de la banda y principal compositor, despidió a los miembros que consideraba poco profesionales, Steve Daly y James Kirk, y fundó un nuevo Orange Juice con el baterista de Zimbabwe Zeke Manyika, y al ex – guitarrista de Josef K. Malcolm Ross. El objetivo expreso de Collins era, más o menos, pegarla, algo que el disco anterior no había llegado ni de cerca a lograr. Quería un sonido más profesional, una banda que sonase “profesionalmente amateur”, y que conservase el espíritu intelectual del primer OJ.
Y cuando lanzaron el primer single, homónimo, de su nuevo LP, Orange Juice sonaba decididamente diferente. “Rip It Up” comienza con unos sonidos de sintetizador (el Roland 303, que después sería marca de fabrica del acid house) que parecen pompas de gaseosa estallando en el sol de la tarde. Pronto esta base de bajo falsa y moderna se ve acompañada por las guitarras entrecortadas pero seductoras de Ross y por la batería precisa y funky de Manyika, para dar forma a un ritmo entre perezoso y bailable, como una tarde de sabado donde el clima es ideal, fresco y soleado, y uno solo tiene que contemplar la emoción de un día sin nada que hacer. Y pronto comienza a cantar Edwyn Collins en una voz que uno nunca entiende si va en serio. Afectado, lánguido, como si estuviese entonando una elaborada broma privada. Y lo que canta es lo siguiente:

When I first saw you
Something stirred within me
You were standing sultry in the rain
If I could’ve held you
I would’ve held you
Rip it up and start again

Rip it up and start again
Rip it up and start again
I hope to God you’re not as dumb as you make out
I hope to God
I hope to God
And I hope to God I’m not as numb as you make out
I hope to God
I hope to God

And when I next saw you
My heart reached out for you
But my arms stuck like glue to my sides
If I could’ve held you
I would’ve held you
But I’d choke rather than swallow my pride
Rip it up and start again

Rip it up and start again
Rip it up and start again
I hope to God you’re not as dumb as you make out
I hope to God
I hope to God
And I hope to God I’m not as numb as you make out
I hope to God
I hope to God

And there was times I’d take my pen
And feel obliged to start again
I do profess
That there are things in life
That one can’t quite express
You know me I’m acting dumb-dumb
You know this scene is very humdrum
And my favourite song’s entitled ‘boredom’

Rip it up and start again
I said rip it up and start again
I said rip it up and rip it up and rip it up and rip it up and rip it up and start again

Una vez más, el foco parece puesto en una relación amorosa, fallida. Pero la manera en que canta Collins, la letra misma, revela una ambigüedad enorme. ¿Es Collins acaso un joven anodino, incapaz de acercase a la chica? ¿O la chica es una bimbo hermosa pero tonta respecto a la cual Collins tiene, ejem, sentimientos menos dignos? Desde la primera estrofa estos dos posibles significados se mezclan, porque las dos primeras frases parecerían referirse al clásico amor romántico (Awww, “algo se sacudió en su interior”), pero inmediatamente desarma esta interpretación sencilla con la frase “You were standing sultry in the rain”. Creo que la clave esta en la palabra “sultry”, que en general significa seductor, pero con connotaciones calenturientas y libidinosas.
E inmediatamente Collins parece renegar completamente de ella (¿O quizás de su propia inacción?) proponiendo “romper todo y comenzar de nuevo”. Sin embargo, en otro giro del destino, retorna de este desprecio, se aferra a la esperanza, rogándole a Dios que ojalá no sea tan tonta y vacua como parece. Porque en el fondo es un engaño, ¿no?, una pose… Por favor díganle que si a Edwyn.
La letra, por si sola, es una pequeña obra maestra de auto-conciencia y desengaño amoroso e intelectual, una lucha entre el corazón, el cuerpo y la cabeza. De algún modo, no puedo evitar pensarla como un comentario de Collins sobre alguna chica bien provista que lo volvió loco para luego decepcionarlo apenas abrió la boca. Las últimas líneas parecerían reforzar la decepción de Collins admitiendo que lo único que le queda es destrozar todo y comenzar de nuevo. Sin embargo, la manera en que Collins canta la letra le da otra capa de rareza: ¿Acaso se esta tomando ALGO en serio? ¿Qué pasa con su tono digno de un homosexual victoriano aburrido? Parece que se esta riendo de si mismo, mucho más que de su posible interés amoroso, de su inocencia y su idealismo, cosa que esta acompañada por el hecho de que incluso las frases mas incisivas están cantadas con una absoluta falta de maldad y saña.
Pero lo realmente interesante, lo que vuelve a la canción un perfecto comentario sobre todo el post-punk continuum y la historia de Orange Juice como banda es que muchas de las frases de la letra, y el sonido general, parecen directamente apuntadas a su propia situación. Acá estaba una banda que había comenzado como “el sonido de la joven Escocia”, como un grupo inocente que buscaba recapturar la magia del pop de los sesenta y que ahora se había transformado en una perfecta maquinaria aceitada, con mucho más de funk y disco que de abrasivos sonidos de guitarras candentes, para muchos traicionando sus inicios honestos e independientes.
Collins contraataca a las acusaciones clamando que en muchos casos lo mejor que se puede ser es romper algo y volver a comenzar, que los saltos estilísticos decisivos son interesantes, válidos y valientes. Y lo canta todo en un tono que es el equivalente sonoro de una sonrisita de arrogancia y superación.
Y contraataca, también, con una estrofa en la que se roba casi completamente el estribillo de “Boredom” de los Buzzcocks, esa canción maravillosa que había aparecido en su primerísimo ep, Spiral Scratch, y que había significado, según a quién le preguntes, el inicio del punk al ser el primer EP lanzado independientemente. Y luego de apropiarse de la excelente rima de Howard Devoto, concluyen el acto de homenaje / defenestración robándose su extrañísimo solo, todo distorsión nerviosa y uñas-sobre-pizarrones. Para continuarlo con un solo de saxofón que parece sacado de una canción de Joe Cocker. Es un acto tan magistral de re-contextualización e irreverencia como el single original, un primo espiritual, que sitúa a los OJ como los más inteligentes de la cuadra, mucho mas que meros posers, como estudiosos de la música y agudos comentaristas sobre “la escena” (sensación que se profundiza cuando uno se da cuenta de que el título de la canción es exactamente igual a una vieja canción popularizada por Bill Haley). Si “Boredom” había sido el sonido de Howard Devoto aburriéndose de la escena rock y, casi casi, del punk mismo (Devoto es un visionario, se aburre del punk cuando recién esta comenzando), “Rip It Up” es el sonido de los OJ aburriéndose del post punk y re-sosteniendo el principio básico que subyacía a ambos estilos musicales: hace lo que tengas ganas sin prestarle atención a ningún idiota dogmático que cree que sabe mejor que vos como debe sonar la música y como debe sonar TU música.
El hecho de que este envuelto en una canción de un comercialismo casi explícito solo hace la paradoja más deliciosa. Porque “Rip It Up” es una mezcla increíble de funk, electronica, pop y punk, una canción enormemente chiclosa y encantadora, una inyección de buen humor y frescura. Pero envuelto detrás de esa aparente facilidad hay un par de dientes que muerden y sonríen sarcásticamente. Lo magnífico de la canción es que ese demonio que oculta puede ser el comentario disgustado sobre el estado de la música de la cual provienen y forman parte (y sobre el mismo deseo de éxito) o la increíble pegajosidad de la canción. Es un testamento del talento y la inteligencia de la banda que funcione en tantos niveles.
Y si no me creen, ignoren toda esta parrafada, bájense la canción y vean si pueden abandonar las ganas de bailar como un mod bajo el contradictorio efecto de un coctel de anfetaminas y opio.


Junior Boys

junior-boys

(…) ..we basically spent the majority of a whole year working on about nine or ten songs. It’s hard to do that and try and make them feel spontaneous and uncalculated. And to be honest I’m not totally sure if I would want them to sound completely ‘carefree’. I kinda like ‘the sound’ of the tension between those two extremes.

Excelente entrevista a Jeremy Greenspan (cantante y principal compositor de los junior boys) hecha por Mark de k-punk. Click aquí. El último disco de Junior Boys es tremendo y si todavía no lo bajaron, pueden hacerlo aquí.


Del otro lado de la pantalla

Seguramente les deben de haber llego varios de estos mails o similares. Una persona de Nigeria que quiere sacar un montón de millones de dólares para afuera y necesitan una ayuda tuya para depositar ese dinero. Se llama Advance-fee Fraud y es conocidísima de hace años. Pueden leer sobre ella en la wikipedia aquí.

Bueno, un CEO de un sitio de seguridad se encontró con uno de estos scammers online y tuvo este siguiente chat que es simplemente increíble:

Honesto, ¿no?
Pero la mejor parte es la siguiente, cuando luego siguen chateando durante toda una hora. Se puede ver bien el otro lado del scammer criminal y como actua un poco, y como piensa. Es interesantísimo.

[3:56:08 PM] Mike Nash says: Any luck yet ?
[3:56:48 PM] Mr. Robert Dutu says: just 1
[3:56:54 PM] Mr. Robert Dutu says: for over three hours
[3:57:07 PM] Mike Nash says: :( Business getting slow for you?
[3:57:13 PM] Mike Nash says: May I ask, how much you make doing this ?
[3:57:47 PM] Mr. Robert Dutu says: be my victim and you will get to know how much i can make from you
[3:58:05 PM] Mike Nash says: (rofl) Very good :)
[3:58:10 PM] Mike Nash says: You’re a funny guy
[3:58:20 PM] Mr. Robert Dutu says: thanks (handshake)

Pueden ver todo el post aquí.


Debo admitir que no tengo los conocimientos en videojuegos independientes que tienen mis colegas del blog, pero los juegos de Eyemaze son demasiado buenos como para dejarlos pasar.
A pesar de que he buscado por todos lados, no puedo descubrir ningún nombre real detrás del proyecto. Son un montón de juegos altamente adictivos realizados en Flash de los cuales mis favoritos son aquellos de la serie Grow.
En estos juegos te dan una serie de elementos a los cuales tenés que depositar en un cierto orden para que cooperen, evolucionen y generen una reacción. Por ejemplo, para construir una torre o para armar un robot. El problema es que dada la cantidad de elementos (que se multiplican a medida que se avanza en las versiones) las posibilidades combinatorias son infinitas.
Yo entre por el Grow V.2, el del robot, y resolví además de ese el Grow V.1, que trata sobre un especie de mundito nacido de una semilla, y el Grow Tower, quizás el mas fácil, pero también uno de los mas encantadores. Todavía no me la animé al RPG y al Cube, que tienen tantas opciones que parece que uno puede pasarse la mayor parte de una tarde (o una noche de merca) intentando resolverlos. Porque son adictivos, muy adictivos, no se si lo dije.
Los gráficos pueden parecer un poco demasiado “cute” o encantadores, pero a mi me parecen más bien personales y caricaturescos, como un conjunto de iconos que se repiten de juego en juego y evolucionan hacia individualidades. Los creadores parece que son japoneses, así que no es de sorprender que tengan cierta estética anime superdeformed.
Algo genial de estos juegos es que proponen, en última instancia, la formación de un especie de ecosistema o ser viviente a partir de partes inanimadas o mayormente inanimadas. Esa idea gestáltica parece sacada de un viejo transformer o de una de las extrañas máquinas de Rube Goldberg y es totalmente encantadora.