Bo, vean esto

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Everything is a Remix es una serie de 4 videos creados por Kirby Ferguson, un cineasta neoyorquino. Básicamente trata del funcionamiento de la creatividad, el copyright, el sampleo, y cómo básicamente todas las ideas están basadas en combinaciones de otras ideas.
Comienza con la historia de Led Zeppelin y los «Remixes» propiamente dichos en el primer capítulo, continúa con el cine de Hollywood en el segundo, en el tercero se enfoca en los descubrimientos tecnológicos y las invenciones del siglo XX, y en el cuarto engloba todo mostrando como el sistema se fue a la mierda y el derecho de autor es una cagada total. Demuestra que el tema del copyright y las ideas es algo tan simple como complejo, y como puede dar a malentendidos. También agarra por el lado de la psicología humana básica y explica por ejemplo cómo inherentemente tendemos a considerar que copiar algo esta bastante bien pero cuando nos copian ponemos el grito en el cielo. La estética esta super bien lograda, e ingeniosamente utiliza muchos titulos usando varios titulos «prestados» de series y películas famosas. La banda sonora (que es buenísima) también esta formada en su mayoría por remixes, covers o versiones oscuras de otros temas.
La serie es MUY buena, y esta todo narrado de una forma super clara, didáctica y sencilla. Al mismo tiempo, es una excelente muestra de como hacer un proyecto de estos en los tiempos que corren: Kirby hizo toda la serie en base de donaciones y en la página web tiene una lista exhaustiva de cada fragmento de video, cada canción que se escucha (con links para bajar de iTunes para colaborar con los artistas), y un listado muy grande también de referencias. De esta forma, Ferguson logra una total coherencia entre su obra y la tesis que quiere plantear en la misma.
La serie se puede ver entera en su sitio web. Kirby como narrador es muy bueno y su inglés es muy claro, además de que hay mucho texto en pantalla. Pero si necesitan subtitulos (en español o inglés), se pueden ver gracias a la página de Universal Subtitles. Dejó acá link a cada capítulo en esa página para mayor comodidad. Posta: El mundo sería un lugar un poquito mejor si todo el mundo viera esta serie.

Everything is a Remix (parte 1)

Everything is a Remix (parte 2)

Everything is a Remix (parte 3)

Everything is a Remix (parte 4)

PD: Todos los capítulos tienen una estructura similar en la cual hay bastante material DESPUES de los créditos. Así que luego de los créditos, sigan viendo, que hay bastante más material siempre.


La Biblioteca Inexistente (24) (Seudo Especial Deportes).

1) “The Toughest Coach There Ever Was”, por Frank Deford, o como en algún momento hubo personajes que encarnaron la norteamericanidad de una manera tan clara y precisa. Un perfil de Bull Cyclone, entrenador de futbol americano de un pueblito de mierda del sur de los Estados Unidos, el entrenador más duro y más justo que jamás existió. Es conmovedor porque encarna toda la brutalidad y la grandeza de ese país que no podemos evitar odiar.

2) “The Greatest Paper That Ever Died”, una historia oral de The National, el primer intento de diario nacional de deportes en Estados Unidos y los enormes problemas que enfrentó, desde la dificultad para cubrir los eventos deportivos en distintas zonas horarias y llegar al cierre hasta el despilfarro del dinero de su multimillonario benefactor mexicano: Emilio Azcárraga, El Tigre!

3) “The Shame of College Sports”, una de esas notas larguísimas y muy bien investigadas que acostumbra The Atlantic sobre el increíblemente injusto sistema de los deportes universitarios, sus deportistas prácticamente esclavos bajo la ficción jurídica del “estudiante-atleta”, sus decisiones totalitarias y su completa destrucción del sistema educativo superior norteamericano.

4) “On The Movie Set Of Director Ilya Khrzhanovsky’s Dau”, o como un megalómano probablemente brillante o quizás completamente loco aisló una ciudad ucraniana del resto del mundo para construir un gigantesco set en donde se vive como en una ciudad comunista de los años 50, completo con su propia policía secreta, sus sistema de multas y sus favores sexuales a la nomenklatura. Es demente, pero también suena como que podría ser absolutamente genial.

5) “A House Divided, The Crisis At L’Association”, o un recuento del punto algido del conflicto entre los ex fundadores de la editorial independiente más innovadora de Francia. Incluye asambleas, votaciones, manejos políticos, contabilidad dudosa y conflictos artísticos. Y que les sirva de introducción al nuevo The Comics Journal, que desde que está editado por Dan Nadel y Timothy Hodler es una maravilla.

6) Una entrevista con Aeron Alfrey, el genio detrás de mi blog favorito (“Monster Brains”) y un artista bastante bueno que intenta canalizar cientos de años de ilustraciones monstruosas en una sola imagen.

7) “Rock And Roll Has Nothing To Do With Lists”, los 13 albumes favoritos de Luke Haines, con comentarios como solo Luke Haines puede hacerlos, como: I only catch a glimpse of the new indie bands, but man they look like babies. You shouldn’t be in a band, you should be at home! It’s not a safe place! I know! Go home, don’t go into this world of the music business, people will give you drugs and you only look like you’re fucking 15-years-old.


The Last Boy On Earth.

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(una versión un poco más corta de ésta crítica apareció en la revista Haciendo Cine de enero de 2012)

Tintín es una de esas propiedades cortejadas por Hollywood hace tres décadas, ya que las peripecias del asexuado periodista belga de jopo siempre fueron una fruta apetitosa, con su promesa de atracción para chicos y grandes, sus grandes vistas, sus coloridos personajes y su sentido de la acción amable pero cinético.

Steven Spielberg fue el cineasta que siempre deambulo más cerca del proyecto, Hergé confesó ser su fan a principios de los 80s y Steven se copó con Tintín cuando le recomendaron que lea algunos de sus álbumes porque se parecían bastante a las aventuras de Indiana Jones. Ambos creadores se iban a encontrar en 1983 pero el padre de la ligne claire murió una semana antes. Esta alianza es comprensible: comparten el amor por la aventura, por el descubrimiento, por como funcionan las cosas y una mirada de niño. Durante años la película yació en el limbo con diversas versiones sobre su realización con actores, con animación o (ya en los ‘00s) con una mezcla de las dos. Finalmente en el 2006 se forjó una alianza entre Spielberg, Peter Jackson y Universal. El guión se encargó a Steven Moffat, genial guionista inglés responsable desde hace algunos años de Doctor Who. Un tipo de 100 ideas por minuto. Sin embargo, sus compromisos con Doctor Who, y los problemas de financiamiento, que dictaminaron el ingreso de Paramount en la superproducción, harían que se baje del proyecto y su guión sea re-escrito por Edgar Wright (Scott Pilgrim, Hot Fuzz, Shaun of the Dead) y Joe Cornish (Attack the Block), dos capos de la vida del nuevo cine inglés.

La verdad es que el ensamble encargado del film era una verdadera bala de cañón de talentos, tipos imaginativos pero a la vez amantes de los géneros y personajes clásicos con los cuales trabajan. Las expectativas para la película eran altas. Y nos complace anunciar que “Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio” es casi perfecta. Es una bola de nieve, en la cual Tintín encuentra una pista en la primerísima escena y nunca para, en donde la acción y lo detectivesco se encadenan para crear curiosidad continuamente; de una manera tan fluida como el manejo de la cámara de Spielberg, que atraviesa paredes, alumbra vistas, juega con las perspectivas y el punto de vista de una manera virtuosa. Al lado de ello, los eventos se agrandan, las escenas de acción, que comienzan con la gracia del slapstick, se vuelven verdaderas piezas gigantescas, coreografías a lo largo de ciudades enteras (un amigo me comentó que Spielberg filma sus persecusiones de ese modo incansable porque tiene un trastorno de ansiedad, cosa que tiene bastante sentido).

La animación, esa mezcla de actores y computadoras, funciona muy bien y, al menos para este par de ojos, se escapa muchísimo del famoso “uncanny valley” donde los personajes animados nos asustan porque son parecidos a nosotros (por otro lado: ¿tiene sentido hablar todavía de “uncanny valley” cuando los juegos de videos actuales y masivos tienen gráficos que cada vez se asemejan más a la realidad de la carne?). No son los dibujos de Hergé, por supuesto (y habrá puristas que odiaran que los ojos de Tintín no sean dos puntos) pero tampoco es la dureza de “El Expreso Polar” o “Beowulf”. Es algo intermedio, plástico, expresivo y caricaturesco. Nick Frost y Simon Pegg como Hernandez y Fernandez son un hallazgo y Jamie Bell logra el equilibrio entre entusiasmo, inocencia y determinación que necesita un buen Tintín. Pero Andy Serkis se roba el show con un Haddock con grandes puteadas y que es el verdadero protagonista. Hasta logran un Milú con peso dramático propio, no un prop que de ternura y simpatía a la audiencia.

Es una película que logra rescatar la aventura cinematográfica clásica (no en vano se parece bastante a las buenas Indiana Jones) pero con tecnología moderna. Algo asombroso es que transcurre en un espacio geográfico reducido (Francia-Marruecos). Y en ese pequeño lugar hay de todo, desiertos, ciudades, mares, aviones y barcos; uno jamás se siente aburrido y más de una vez mira con asombro la pantalla. Cuando pensábamos que ya no había nada más que se nos pudiera mostrar, cuando los tanques de verano están editados de tal modo de que cada X cantidad de minutos algo aún más asombroso asoma y eleva las apuestas a niveles estúpidos (una ciudad devastada por robots, cientos de dragones saliendo de un castillo, un Kraken) hasta que nuestro cerebro estalle por sobrecarga, una película como Tintín nos muestra que solo hace falta amor a la búsqueda, a la curiosidad y a los desafíos para que un periodista de jopo (que no es Jimmy Olsen) nos haga sentir como niños de nuevo.


Jóvenes y Eternos

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– Hace unos días Agustín me pasó este link de knoryourmeme, sobre la canción de la pantalla “Moon” del Duck Tales, el juego de Pato Aventuras para Nintendo. Me contaba que ese tema le re gustaba, y que se había vuelto super popular y había covers del tema por todos lados. Recuerdo haber jugado un par de veces al Duck Tales, lo había alquilado, creo que nunca lo pude terminar. Recuerdo que era un gran juego, muy variado y con buena música. Encontré la canción en youtube y la escuché. Era obvio: me la acordaba de memoria. Y es buenísima.

– No estoy descubriendo nada nuevo: Hace unos años que la movida chiptune y la nostalgia por estas canciones de las consolitas de 8-bits se hizo muy fuerte, especialmente para los de nuestra generación que se criaron entre estos juegos con sus canciones, condimentando todas sus tardes de nintendo, galletitas y chocolatada. La banda The Advantage se dedica hace un tiempo a hacer esto: Covers de los temas más icónicos de los juegos 8 bits, Contra, Zelda, Dragon Warrior, en plan rock instrumental. Y sí, tocan el “Moon Theme” del Duck Tales, ante esta reacción del público:


(la gente hace coros como si fuese un toque de El Mató!)

– A partir del re-descubrimiento de esta canción me puse a revivir otras canciones, como por ejemplo la intro del Mega Man X, que siempre pareció genial. La escuché de nuevo y me sigue gustando mucho, en ese plan medio power-metal-terraja-ochentoso y esos sintetizadores que hacen de guitarras eléctricas. No puede ser más heroica. Luego seguí con la música de uno de mis juegos favoritos de toda la vida: El Final Fantasy VI. La música de la saga Final Fantasy y otros juegos de Square fue siempre excelente, y este juego particularmente resaltaba en su banda sonora, super extensa, con más de 30 canciones compuestas sólo para él. Me las acordaba todas de memoria, pero lo que más me llamó la atención fue que los arreglos, las progresiones de acordes, todas esas cosas, siguen estando en toda la música que a mi me gusta y escucho. O sea, me di cuenta de que mis gustos musicales realmente habían sido moldeados y esculpidos luego de haber escuchado estas cancioncitas miles y miles de veces. La banda sonora del Final Fantasy había sido de mi música favorita cuando era niño.

– Por ejemplo, este tema con «guitarra acústica» y arreglos de flauta y oboe, me sorprende lo delicado y bien armado que está, y el relevo de instrumentos. No me daba cuenta en esa época de lo bien construido que estaba. O tal vez sí. Otros temas del Final Fantasy me recordaban en varias partes a cosas de Post-Rock, o música instrumental electrónica que luego iba a escuchar, cosa que jamás hubiese asociado, pero tiene sentido.

(otros ejemplos: este tema en la mitad del juego donde se pudre todo, la del continente flotando que es super interesante, la del bosque fantasma, y la del mundo destruido en la segunda parte)

– ¿Se acuerdan del primer tema que les gustó cuando eran muy chicos? Mi primera canción que recuerdo fue “The Final Countdown “de Europe. Casi recuerdo la primera vez que la escuché, en la casa de la madre de mi medio hermano, o algo así, era un apartamento frío e incómodo, y sonaba esa canción en la radio, tenía 3, 4 años, y quedé fascinado. Recuerdo unos años después grabarla en casette y escucharla todo el tiempo. La llamaba “Chaucha” (“..is a faainaaal chaauchaaa!..”). No voy a decir que me sigue encantando esa canción, pero siempre me va a caer muy simpática. Y parece que siempre me gustó la música grandilocuente, exagerada y pegadiza.


(pongo este video sólamente porque JAMAS lo había visto en mi vida hasta AHORA, y tal vez no soy el único. Ah, y es maravilloso)

– Todo esto me hace acordar a una entrevista a los Daft Punk, a la salida del “Discovery”, donde comentaban que el concepto detrás del disco era tratar de hacer esa música que les gustaba de niños, toda exagerada y cheesy y colorinchuda. Uno cuando es niño no tiene ningún filtro, y la reacción con la música que uno tiene es totalmente visceral: Te mueve o no. Es súper simple. Y lógicamente de ahí vienen todos esos temas románticos hiper futuristas con solos de guitarra a lo Van Halen con 9000 notas por segundo y procesados con MIDI, asi como otros arreglos tan grasas como lindos.


(a los 3:09 empieza la locura)

Hay como una tendencia de alejarse de esos gustos tan “básicos” que uno tenía de chico, y aunque quedarse en el pasado y seguir curtiendo toda tu vida tu música de la adolescencia me parece una porquería, hay cierta sinceridad y cosa «saludable» en volver a escuchar esas primeras cosas que uno escuchó, y darse cuenta de que son parte de uno. Tiene más que ver con un tipo de goce más simple y primitivo, sin conexiones o análisis hechos en el medio. Ahora puedo escuchar el “Moon Theme” y decir que me gusta y también decir porqué me gusta, por la progresión, la melodia, los sonidos. Pero cuando estaba en tercero de escuela y jugaba al Duck Tales, no sabía absolutamente nada, mis “gustos” supuestamente no existían y la cancioncita me encantaba igual. Volver a escuchar estas cosas es un pequeño viaje a otro momento donde veíamos las cosas de una forma más simple, ingenua y más feliz. Un viaje que no tiene porqué cambiarte vida, pero como mínimo puede ser de lo más interesante.


Discos del 2011.

Como ya comenté en otros posts de fin de año, tengo una relación un tanto conflictiva con estas listas, pero de cualquier forma me parecen un ejercicio interesante, pero no para listar los discos favoritos de laño, sino más bien por el hecho de chusmear, actualizarse y escuchar bien todos los discos que fueron saliendo, y tener un pantallazo general del estado general de la música este año. La lista en si van a estar dividida en dos partes, la primera mis discos favoritos del año, y la otra una lista más extensa de todos los discos nuevos que escuché y más o menos me gustaron, que pueden quizas convertirse en posibles “grandes discos del 2011” con más escuchas. o no. Me da la sensación de que uno escucha menos los discos que antes, con menos me refiero a esa costumbre más obsesiva que uno tenía de conocer un disco y REALMENTE escuchar, conocer cada tema, cada parte. Ahora con tanta música, es raro que un disco pase de las 5 escuchas. Así que la lista en sí es muy breve, porque quise poner los cinco discos que estuvieron más en repeat, en los cuales más profundicé y más me gustaron.
Este año pasado, también, tuve una sensación bastante más marcada como de Zeitgeist de lo que estaba pasando actualmente en la música. Así que con miedo de que pedar muy pretencioso o elitista, estos son algunos pantallazos de lo que me parece que está ocurriendo un cacho ahora:

Muerte al Indie-Folk
Bo, ¿Qué onda? Parece que ahora cada 5 bandas que salen, 4 son onda acústicas con melodica charango banjo contrabajo ukelele batería con escobillas y armonías vocales. O al menos, vean esta lista de mierda con las supuestas “mejores bandas nuevas del 2011”. No digo que una banda con ese formato no pueda ser BUENÍSIMA, pero las bandas estas son todas iguales y es un embole. Métanle huevo, che. Es música de blancos intentando hacer la música más blanca posible. Por favor, basta.

Todo. Es. Retro.
Esto es lo más preocupante que noté últimamente. Es como que hoy en día hay tanta gente que consume música, que es muy fácil hacer una banda que sea totalmente referencial a otra época, y que eso funcione y sea éxitoso. Las cosas más visibles son bandas como The Pains of Being Pure at Heart o Yuck con su brutal revival del sonido Smashing Pumpkins y noise noventero, pero es algo que esta ocurriendo por todos lados, y es básicamente como si la gente se haya resignado a intentar hacer cosas nuevas. El concepto de “banda” hace tiempo tiene una carga nostalgiosa, romántica, “ay que lindo, estos jóvenes se juntan a hacer algo de música”. Pero esto es como demasiado. Es extraño.

Stop Reverb Abuse!
Está todo bien, si uno graba medio lo-fi y con poco presupuesto el reverb tapa todo y hace que quede todo más “hipnótico” “dream-like” “nostalgioso”, etc, pero ya es un recurso gastado y recontra-usado. ¡Vamo que se puede!

La electronica sigue vivita y coleando
De los discos más interesantes y frescos que escuché este año, la mayoria son discos electronicos. Con “electronicos” me refiero a un género, no que hayan utilizado sintes o programaciones , sino que van por ese estilo de música, sea experimental, instrumental, o synthpop, o similar.
Y de cualquier forma, casi cualquier álbum hoy en día esta plagado de sintes y programaciones por doquier. Las máquinas ganaron y se metieron en cada género, cada recoveco y nicho posible. Escuchar un disco acústico y que de repente entre un sinte analógico no es narda raro hoy en día. Y me parece bárbaro.

Géneros que se borronean
Mi fenómeno favorito de estos últimos años es como cada vez es más difícil definir qué hace una banda, y cuando cada vez los géneros más dispares se pueden unir para crear cosas nuevas. Metal con ambient, hip hop con rock psicodélico, electrónica con folklore Y con metal, todo es válido, y toda combinación puede dar resultados inesperados e interesantes.


Ahora, vamos con los discos que más escuche y más me gustaron de este año.

Junior Boys – It’s All True
Los discos de Junior Boys son todos buenísimos. No hay mucho que decir, me encanta lo que hacen, mucho antes que los The XX lograron encontrar ese nicho de electronica con cierto bajo perfil, de canciones tristes, arregladas impecablemente, melancólicas, llenas de espacios y silencios, con un nivel de producción y diseño sonoro totalmente impecable. Su nuevo disco es tan bueno como todos los anteriores, con Jeremy Greenspan cada vez más seguro de su voz, y sin miedo de poner baladas lentísimas y sedosas como “Playtime”, pasar por el techno casi experimental de “Kick the Can” y terminar con esa fiesta disco de 9 minutos que es “Banana Ripple”, incluyendo coritos en falsete con delays y todo. Un disco para elegantes solteros que se arreglan la corbata para luego salir a romper la fiesta, siempre con mucha clase y copa en mano.

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The Antlers – Burst Apart
“Hospice”, el disco anterior de los Antlers es muy bueno aunque quizás me pareció demasiado oscuro y triste, por lo tanto, difícil de escuchar. Este sigue siendo bastante oscuro, pero es menos conceptual, triste y depresivo, y tiene unos ligeros focos de luz que salen entre la penumbra. Quizás no sea tan intenso como “Hospice”, pero seguro es un disco más “enfocado” y logra tener composiciones superiores, rozando muchas veces el pop y los ganchos. Sin duda es de los discos que más escuche este año, con un montón de melodias bellísimas, especialmente en los últimos dos temas, “Corsicana” y “Putting the Dog to Sleep” (título pum par arriba si los hay). Y me encanta la voz super expresiva del cantante, que logra abusar del falsete y el registro agudo y lastimoso sin parecerse un carajo a Thom Yorke.

Darren Hayman – The Ship’s Piano
A principios de este año, luego de terminar un show cualquiera en un boliche de mala muerte, a Darren Hayman lo intentaron robar. Lo molieron a palos, tuvo fractura de cráneo y estuvo hospitalizado varios días. Luego de ese evento más bien espantoso, cualquier ruido fuerte o muy agudo le molestaba.
Entonces, como forma de terapia, hizo lo que mejor sabe hacer: Un montón de canciones, pero en este caso, con un perfil muy tranquilo, y sereno, basándose en el piano como instrumento principal. El resultado es buenísimo, un disco sencillo, sereno sin ser blando y superficial. Son simplemente canciones muy buenas, grandes melodias y las letras que solo Darren escribe ahora. Incluyendo la que da nombre al disco, una tristísima historia ficticia de la historia de su piano, imaginándose sus dueños anteriores, sus años de estar tirado, lleno de polvo, hasta llegar a sus manos. Divino.

3Pecados – Diciembra
Como que no da hablar de este disco que hicieron amigos míos, en el cual tuve una minúscula colaboración con unas grabaciones y con quienes toco en otra banda, así que mejor no lo hago. Solo que nada, si todavía no lo escucharon, haganlo, que es un disco increíble y toda la buena prensa que ha tenido es 100% justificada. Y sí son unos vagonetas de mierda que les da paja hacer 4 clicks cagados y luego escuchar una carpeta, al menos escuchen ESTE tema y bueno, vean. Eso.

La Estrella de David – Maracaibo
Este disco fue la sorpresa de fin de año. Había escuchado unos temas de esta banda – proyecto solista de un tal David Rodríguez, que tiene varias bandas allá por España – hace unos años y me habían caído simpáticos. Cuando me puse a preguntar y recopilar sobre discos buenos del 2011, me lo recomendaron y lo bajé. A las primeras escuchas, no lo entendí mucho pero me parecía que había algo interesante. Luego empecé a entenderlo cada vez más: Es un disco muy extraño, con un clima melancólico y juguetón constante, donde la selección de timbrs es tan dispar como efectiva: Ritmos de baterías semi-latinas con armonios, sintes ochentosos, eléctricas hiper distorsionadas y guitarras flamencas se juntan y dejan extrañamente coherente, un micro-universo combinar todos estos elementos es la cosa más obvia del mundo. El disco esta armado mayoritariamente por temas muy cortos, que se cortan abruptamente y cambian de género sin mucha preocupación. Pero no se, funciona, funciona muy bien, y me dio esa sensación tan estimulante de ir escuchando un disco y descubrir que me iba a costar un montón de escuchas mas para entenderlo. Eso sí: La voz de David es un tanto difícil (seca, casi hablada todo el tiempo), y las letras pueden ser devastadoras, con una colección de sentimientos de esos que uno se aterroriza con sólo pensarlos y mucho más al pronunciarlos. Es un extraño y hermoso disco de amor y perfecto para el verano, para escuchar mirando vacas por la ventana cagado de calor en un ómnibus de Copsa.


Para terminar, un pequeño apéndice con algunos discos que escuché y me gustaron en mayor o menor medida, que merecen algún comentario. Incluyo de paso algunos temas / videoclips de los discos.

The Field – Looping State of Mind
Todo lo que escuché de The Field me gustó siempre y esto es más de lo mismo y por ende esta bárbaro. Un tipo de electrónica desprolija, chancha, muy repetitiva y casi ambient basada en pequeños loops irreconocibles que se apilan y desapilan con gracia. Muy lindo.

Asva – Presences of Absences
“Presences of Abscences” es un disco de Drone-Metal donde para tanto metal las guitarras eléctricas casi no aparecen. Montones de armonios, sintetizadores, coros, crean una clima religioso e hipnótico que me recuerda a las partes más tranquilas de bandas como Godspeed You Black Emperor. El tema que da nombre al disco, de más de 23 minutos, es BUENÍSIMO y es imposible de darle stop durante toda su duración, sorprendiendote con unos arreglos y texturas buenísimas cada unos minutos, y una voz extrañísima que se parece demasiado a la de Anthony Hergarty y no te la esperás ni ahí, que aparece ahí por el minuto 17.

Cold Cave – Cherish the Light Years
Escuché bastante este disco cuando salió, y luego lo dejé bastante abandonado. Está claro que es un muy muy buen disco, pero no me dieron luego muchas ganas de escucharlo. Quizás por su intensidad y por el tipo de música en general, me generaron un poco de fatiga, o estoy más con ganas de escuchar algo más sereno últimamente.

Oneohtrix Point Never – Replica
Este disco es buenísimo, pero es un disco de música ambient por lo cual es difícil como la puta madre escribir algo sobre él. A ver, ¿Extrañan a los Boards of Canada y sus bellos interludios, esos temitas de 40 segundos buenísimos que desperdigaban por sus discos? Bueno, lo que hace este muchacho es algo así. Pequeñas postales sonoras, rotas, fragmentadas y muy lindas. Es lo mismo que caminar por una exposición de arte muy linda. Más que explicar o poder hablar, es mejor escuchar y listo.

The Pains of Being Pure at Heart – Belong
El segundo disco de la banda con el nombre más pomposo de la historia es.. un lindo disco. No hay mucho más para aportar, tiene unos 3-4 temas geniales, el resto son bueno, una banda tocando un género muy bien y no mucho más. Mi favorito es “Strange”, el último tema, con ese genial arreglo bateria que no cambia nunca, nunca, nunca y es perfecto así.

Low – C’mon
Cuando estoy en el estado de ánimo adecuado (..o no, en realidad), Low es una de mis bandas preferidas. Lo que hacen lo hacen tan, tan bien. Su último disco es tal vez su disco más accesible, aunque igual siempre es un poco difícil: Es Low, es lo que reza el nombre de la banda. Pero son grandes compositores, Alan Sparhawk es el mejor guitarrista que nadie nunca menciona y sus armonias vocales con su esposa Mimi siempre logran erizarte la piel.

Yuck – Yuck
Esta todo bien con este disco de jóvenes haciendo un revival casi vergonzosamente bueno de lo primero de Dinosaur Jr y Smashing Pumpkins. Las ideas están buenas, el sonido está bueno, las canciones también. Habrá que ver que es lo que hacen a futuro.

Tune-Yards – Who Kill
Me cae muy bien Merrill Garbus (la simpática señorita detrás de Tune-Yards) y quiero que le vaya bien. Es muy único, personal e interesante lo que hace, y me parece sincera y directa. El disco este me pareció bastante mejor que su debut, y bastante variado y con buenos temas, pero no le di todavía las escuchas merecidas, y – quizás al igual que con el de Cold Cave – su densidad a veces me terminó cansando. Pero la muchacha es muy buena.

Fucked Up – David Comes to Life
Este disco seguramente este bárbaro pero todavía no pude tener la voluntad de escucharlo entero. Es muy largo! Pero me encanta ese perfil pop y heroico que está tomando la banda. Funciona muy bien, me gusta mucho. Leí recientemente que estaban en pausa indefinida por la paternidad del cantante, espero que vuelvan pronto a las canchas, parecen estar en su mejor momento.

EMA – Past Life Martyred Saints
EMA es el proyecto solista de Erika M Anderson, ex cantante de una banda llamada Gowns que la verdad nunca escuché. El estilo musical se podría definir como un folk-drone oscuro, muy violento y sacado. Tiene cosas de lo primero de Cat Power y de Patti Smith, repleto de angustia y malos sentimientos. Podría caer en la dudosa categoría de “cantautora post-grunge” pero no, es demasiado hermético, fracturado e inteligente y zafa muy bien. Está bárbaro. Extrañamente, me recuerda al “Dios salve a la Muerte”, de 3Pecados, ese disco lo-fi hecho adentro de un baño con un casetero. Bueno, tiene algo de eso.

Destroyer – Kaputt
El mejor disco del año por un montón de gente es un disco buenazo. Lo escuché recién hace poco en realidad, todavía no lo tengo muy interiorizado pero parece ser un disco de grandes canciones en plan soul-grasa con saxos y arreglos smooth de organo eléctrico que termina siendo irresistible. Para escuchar tomando mojitos. Aguante.