La Biblioteca Inexistente (30)
1) Entrevista a Zack Hill, miembro de dúo Death Grips. Super interesante su visión totalmente anti-sistema, como les chupa un huevo la guita, el conflicto que ocurrió con Epic y el mensaje atrás de poner una pija parada en la tapa de tu disco. Me encanta leer entrevistas y darme cuenta que los tipos no tienen miedo de nada.
2) Una inesperada pero certera visión feminista de Dredd, la sorpresivamente excelente película de nuestro héroe facho favorito. Todas las películas de acción tendrían que mostrar a las mujeres con la misma luz que esta película.
Blackest Ops.
Zero Dark Thirty, sobre la cual sigue librándose una embravecida batalla sobre su significado ideológico, es una película mucho más inteligente y mucho más difícil que lo que la crítica parece haber percibido.
Antes que cualquier cosa: Zero Dark Thirty, cinematográficamente hablando, es una gran película. Es una película filmada de una manera cruda, temblorosa, cortante. Los colores y las imágenes transmiten una sensación continua que se divide en concreto y desierto. Es una película que prescinde casi absolutamente de los azules, los verdes, los rojos para concentrarse en los marrones, en los grises y sobre todo en los negros. Es una película filmada con un pulso magistral, con una actitud “cero-mierda-y-florituras”. De una manera militar pero también (sobre todo) mecánica, muscular. Sostiene el suspenso de principio a fin (bueno, quizás le sobran 20 minutos hacia el final, pero se perdona) y Jessica Chastain está muy bien como esa fachada impenetrable que parece no ser afectada por lo que hace y la rodea hasta volverse ella misma un arma.
El Proyecto JLA (Parte 03).
JLA #01 (1996).
Finalmente, llegamos al segundo relanzamiento que vale la pena de la Liga post-Crisis. Y el último, por ahora. Le entregan a Grant Morrison, quién en aquel entonces todavía no era una super-estrella, las llaves del auto familiar. Y éste realiza, por primera vez en un escenario tan grande, su tradicional operación de nuevo-y-viejo. Rescatar lo viejo que vale la pena, el concepto principal, y rodearlo de ideas nuevas, de una pintura totalmente moderna, que confunde a los puristas pero oculta un corazón clásico.
La JLA de Morrison (y ahora es JLA, como si eso sencillamente significase TODO, ya no importa si es de América o si es de Justicia, es una sigla, un sello, una agencia gubernamental, un mantra) es un retorno a la idea de los Superhéroes Más Grandes Del Mundo. Pero acompañados de desafíos (y un estilo taquigráfico de escritura) acorde a los grandes momentos que se supone que viven estos seres. La Liga de Morrison está hecha de situaciones en las cuales todo parece perdido, de grandes frases, de escenas en las cuales con uno o dos gestos corta al núcleo de los personajes, de rescates de último minuto. Como el “I know who you are” del primer arco, o la bala al cerebro de Darkseid, o el ojo parpadeando bajo el lago.
El Proyecto JLA (Parte 02).
Justice League #01 (1987).
Bueno, acá tenemos, al fin, el inicio de otra era de grandeza para la Liga de la Justicia. ¡Lo dice ahí en la tapa! Más allá de eso, y de los trucos de la nostalgia (yo comencé a leer comics prácticamente gracias a esta Liga) la verdad que la Liga de Giffen, DeMatteis, Maguire y etc. es uno de los grandes ejemplos de cómo construir un grupo de superhéroes con majestuosidad, humor, relaciones interpersonales, grandes dibujos, sin perder ni el sentido de la amenaza ni el sentido de lo cósmico de un universo compartido.
El Proyecto JLA (Parte 01).
(Siendo un análisis extremadamente prolongado de cada relanzamiento del famoso grupo de superhéroes escrito por alguien que debería utilizar su tiempo en cosas más productivas).
Ha sido un largo año de rayos y centellas en el cual el New 52 ha demostrado no ser todo aquello que se esperaba que fuese. En su momento, cuando salió el número 1 de la Justice League, una idea germinó en mi cerebro: ¿Qué tal si hago una reseña de cada relanzamiento de la Liga de la Justicia? Era un proyecto que encajaba perfecto en mi amor por todas las cosas seriadas, los problemas de continuidad y la idea de que un mismo concepto puede disfrazarse de distintas cosas a medida que pasa el tiempo.
Luego me olvidé de ello, y a medida que leía el nuevo DC la verdad que mis ganas se disiparon. Pero en algún momento del año pasado el proyecto reflotó y escribí una cosa larguísima, en la que descubro varias cosas y me decepciono otro tanto. Como es muy largo, va a ir en tres posteos consecutivos. Aquí va el primero, que cubre sus encarnaciones clásicas.