finalfantasy6

Estuve leyendo muy entretenido estos analisis sobe varios juegos por cierto Blogger. Aqui esta el analisis del Earthbound y el Final Fantasy III (VI en Japón). Estan muy bien escritos y estan constantemente tirando conceptos muy buenos acerca de que es un videojuego que no, y su relación con otros medios de Storytelling, como las novelas, las operas, el cine, etc, y jamas tomandolo como un simple entretenimiento, cosa que no son hace ya más de 15 años.
La del Earthbound es especialmente sorprendente – juego que jugue hasta llegar hasta un cuarto más o menos, que me parecio raro pero el juego en si un poco aburrido. El autor lo considera el segundo mejor videojuego de la historia (numero 1: Super Mario 3) y destaca muchisimas cosas interesantes – como el ser quizas el primer videojuego que tiene auto-consciencia de que es un videojuego, de que hay alguien atras del control, jugandolo, y reirse de ello y al mismo tiempo hacerte emocionar y comprenetrarte en el juego. Sobre el Final Fantasy III (uno de mis videojuegos favoritos) tambien se fija en detalles geniales que habia olvidado:

(…) when Cyan stands at the edge of the platform in the Phantom Forest, after the train ferrying his family to the afterlife has departed, there’s this awkward silence. The rectangular train platform has no exit. Shadow stands in the middle of the platform, poised, with his dog. Cyan stands at the end of the platform, head bowed. Sabin is under our control. We can walk left or right. Talk to Cyan, and he says nothing. He doesn’t move. A word balloon doesn’t even pop up. Talk to Shadow, and he says «Leave him alone,» of Cyan. Sabin says nothing. We run back and forth for a few moments, in utter musical silence, unable even to open our own menu, until the screen fades to black. How many players, at this moment, tried to open their menu, only to find that you couldn’t do it? I, for one, did. What did I want to see? What did the director not want me to see?

PS: Tambien parece que Tim, el blogger, es fan de los Boredoms y via su blog me entere que Nobuo Uematsu (creador de la música de todos los Final Fantasy) tiene una banda donde toca esos temas, llamada genialmente The Black Mages.


Speech de la campaña política de Toyama Koichi, auto-proclamado revolucionario fascista, en la televisión japonesa. Esto fue trasmitido realmente al aire, ya que según una ley, todos los candidatos politicos tienen derecho a un espacio en la TV. Genial, gracioso y aterrador al mismo tiempo – cuando te das cuenta que dice cosas que son ciertas.


Beasts es un proyecto de Fantagraphics, un libro en el que les piden a diversos artistas que dibujen su monstruo favorito. Hay cosas magníficas como un Leviathan por Tony Millionaire y un Peg Powler (supongo que es una especie de hada inglesa que se come niños) por Jaime Hernandez. La imagen de arriba es un Jersey Devil por Kim Deitch. Vayan, miren!.


A pesar de todo el hype sobre los Young British Artists y de que escuchamos hablar hasta hartarnos de Damien Hirst y su tiburón y de Tracey Emin y su carpa a la que nunca le encontré la gracia (y que me causó un poco de gracia maliciosa cuando se prendió fuego) y del ladri de Saatchi que tan bien la supo hacer y fue el principal responsable de que tantos quedaran convencidos de que los YBAs fueron la gran nueva cosa de los 90s (aunque los mejores artistas ingleses seguían siendo Gilbert and George, no jodamos), mi gran artista nuevo de los 90s ni siquiera era inglés, es el escultor de Missouri Tom Friedman (comparen el tamaño de su artículo de la wikipedia con el de los nombrados antes).

La marca característica de la obra de Friedman es la obsesividad. Obras pequeñas, hasta ínfimas que son como pequeños milagros artesanales, habitualmente comparados con trucos de magia. Sus obras son el trabajo de una obsesividad y una paciencia ilimitadas. Manualidades sutiles donde la mano del autor está borrada sin dejar ninguna huella. Estamos hablando de un artista capaz de hacer una bola de chicle con 1500 chicles masticados por él mismo, o firmar en espiral hasta que se acabe la tinta, o recortar varias cajas de cereal para volver a unirlas en una sola caja gigante y difusa (de la misma forma que está hecho el autoretrato de arriba), o taladrar una silla hasta que queda lo que parece ser una silla desintegrándose, o doblar una hoja de papel y luego doblar otra hasta que quede exactamente igual, o desenrollar un rollo de papel higiénico y volverlo a enrollar sin el tubo de cartón, capaz de hacer una tarántula o un dibujo sobre un jabón con pelo, o hacer una explosión de escarbadientes, o hacer esculturas sacandole punta a lápices, a veces hasta que el lápiz desaparece, y todos de chicos intentamos hacer esas cosas y sabemos lo difícil que es.

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Tal vez sea más correcto hablar de Friedman como un ilusionista que como un artista, haciendo piezas increibles de objetos ordinarios cuya ordinariez y cualquier huella de lo que eran originalmente desaparece completamente dentro de la obra. La obra como decía antes da la impresión de no haber sido hecha por nadie. Además de eso, también da la impresión de no estar hecha de lo que realmente es. Nadie se podría imaginar a simple vista que esa bola de chicle es una bola de chicle, o que esa araña es una bola de pelo.

Uno de los aspectos que hay que destacar de la obra de Friedman es su minimalismo extremo. Friedman siempre intenta provocar la mayor cantidad de reflexión en el espectador con lo mínimo posible. En una de sus exposiciones clásicas expuso una bolita de su propia mierda de 0.5 mm de diámetro aproximadamente. Nada más que medio milimetro, apenas visible. Lo que buscaba era buscar la cantidad mínima de materia que tuviera la mayor cantidad de significado en relación a su tamaño. Lo logró. Todo el mundo habló sobre el hecho de que había expuesto mierda aunque los que iban a la galería esperando ver mierda ni siquiera se daban cuenta de donde estaba porque era tan pequeño e imperceptible que la mayoría pensaban que había un pedestal vacío en el lugar donde estaba puesta y hasta alguien pensó que se podía sentar ahí y la bolita desapareció. No big deal. Había mucha más de donde esa venía.

Uno de los temas centrales de su obra tiene que ser el como afecta la percepción de los objetos que vemos la información que tenemos sobre ellos, interés heredado posiblemente del conceptualismo de los 60s. No es inhabitual que Friedman exponga objetos ordinarios sin ser modificados pero que al contrario de los ready-mades no se convierten en obras por el solo hecho de que el artista dijo que lo eran, por haber sido sacados de su contexto cotidiano. Expuso una vez una colección de pelotas. Solo pelotas, sin nada de especial aparentemente. Lo que las diferenciaba de pelotas ordinarias era que todas habían sido robadas por él mismo. Era la historia de las pelotas lo que las diferenciaba de cualquier otra pelota. Esta inquietud por la historia de los objetos le surgió cuando se enteró de una plancha de estampilla que iba a ser enviada dentro de un transbodador espacial que cuando regresara iba a traer exactamente las mismas estampillas que cuando salió, estampillas iguales a cualquier otra estampilla de la misma serie, pero que iban a ser valiosas por el solo hecho de haber viajado al espacio. Este tema se repite en la obra de Friedman y los mejores ejemplos deben ser sus dos hojas en blanco. Una es una hoja en blanco que era originalmente el poster central de un número de Playboy cuya imagen fue cuidadosamente borrada hasta que quedara solo la hoja en blanco. La otra se merece una explicación más amplia.

La obra en la que mejor se combinan la obsesividad, la minuciosidad, el minimalismo y el conceptualismo de Friedman es 1.000 hours of staring, la pieza que ven arriba. Es la gran obra vacía, en blanco, de Friedman, alineada en una gran tradición del s.XX. La tradición de 4’33», de Empire, del cuadrado negro de Malevich, de La fuente de Duchamp. Lo que la diferencia de todas esas es que esos vacíos artísticos niegan el lugar y la necesidad del artista. Se basan en que el artista hizo el menor esfuerzo posible, el autor se elimina a sí mismo como en 4’33» o reduce su papel a decir lo que es arte como Duchamp. Pero de ninguna manera el maniático de Friedman iba a tomarse un trabajo tan liviano como simplemente exponer una hoja en blanco. Esa hoja en blanco se diferencia de todas las demás al igual que el poster de Playboy, las pelotas y las estampillas no por lo que es materialmente o lo que se puede ver en ella sino por su historia, por operaciones invisibles que se realizaron sobre ella sin alterarla. En este caso la hoja fue observada nada menos que 1000 horas por Friedman a lo largo de algunos años. Incluso tomó notas de sus horas de trabajo. Y no hace falta que nosotros la observemos mil horas como él para ver en ella mucho más que una simple hoja en blanco.


Low – In Metal

Las dos bandas de hoy tienen una particularidad personal para mi: Ambas bandas las conoci hace bastante, minimo 5 años, y nunca las escuche realmente mucho pero simultáneamente nunca las deje de escuchar. Son bandas, digamos, para ciertos momentos.

Sobre Low, aunque no conozco sus primeros álbumes me dan la sensación de que entran en ese grupo maravilloso de bandas que ‘hacen siempre mas o menos lo mismo pero son muy buenos en ello’, grupo que comparte con bandas tan dispares como Jesus and Mary Chain o Vitesse. Un grupo raro en la escena de rock y en el sello Touch and Go, una pareja de mormones, casados, con hijos, haciendo temas lentos pausadisimos y muchas veces muy tristes con varias referencias religiosas en sus temas. Y son geniales. En la banda destacan SIEMPRE las armonias perfectas vocales de la pareja de Mimi y Alan Spearhawk (baterista y guitarrista), las guitarras a veces increiblemente ruidosas y con tonos excelentes, y la bateria, increiblemente simple y despojada. Casi no toca. Asi se toca la bateria, carancho.
‘In Metal’ es un tema típico de Low, con ese nombre tan hermético podria hablar de cualquier cosa, y en si la temática es muy original: El sentimiento impulsivo por no querer que los hijos de uno crezcan. «Partly hate to see you grow / And just like your baby shoes / Wish I could keep your little body / In metal»

Mojave 3 – In love with a view

La primera vez que escuche ‘excuses for travellers’ de Mojave 3 fue la típica sensación de «mmm muy lindo, pero no creo que escuche mucho este disco.. es muy genérico quizas», pero van 5 años negandose salir de mi disco duro y cada unos meses me veo transportado a su mundo pastoral desde la vista de un bus, llendo de una ciudad a otra simplemente por el hecho de hacerlo. Neil Halstead tuve una idea que podria haber sido un desastre: Luego de disolverse Slowdive (y encima el ultimo disco es basicamente Ambient), agarro la acústica y se fue con todo al folk-pop-indie.
Y le salio de puta madre – o al menos entra en rotación más seguido que los álbumes de Slowdive. Este tema habre el disco de forma espectacular, con un muy sólido solo de guitarra (en un corte con un tiempo muy particular – y es difícil poner un solo en un tema asi además) y con un final descansado con una letra que no puede calzar más perfecta con la música:
«..And i wished I could show you / The same view / of you by the window and me /
feeling fine / And me just feeling fine»

Bonus Track:
Para darle el touch geeky que nunca viene mal a este bien ponderado blog, aca esta la tab de bajo para Wraith Pinned to the Mist and Other Games, gran hit de la banda fetiche de El Baile Moderno, Of Montreal. Transcrita por yours truly:

estribillo (basado en A# y F)

A# F
G——————————————————————–|
D—————-8——————————-3-3-5-5-6-6-7-7—–|
A—–5-5-8-8-10——-5-5-6-6-8———3-3-5-5———————|
E-6-6————–6-6———–1-1-5-5—————————–|
A# F A#
G——————————————————————–|
D—————-8——————————————8-6——|
A—–5-5-8-8-10——-5-5-6-6-8———3-3-5-5——5-5——-8—-|
E-6-6————–6-6———–1-1-5-5———-6-6—–6———-|

verso
A# C F A#
G————————————10–10–10–10——————|
D—8—8—8—8—10–10–10–10———————8—8—8—8-|
A———————————-8—8—8—8———————|
E-6—6—6—6—8—8—8—8———————-6—6—6—6—|

G# C
G—————————————————–10–10–10–10-|
D—13–13–13–13–10–10–10–10—-8—8—8—8——————|
A—————————————————-8—8—8—8—|
E-11–11–11–11—8—8—8—8—-6—6—6—6——————–|