8-1

¿Sabía usted que el 70% del total de libros publicados alguna vez tienen copyright (lo que impide distribuirlos libremente) pero estan fuera de publicación?. O sea, habitan un limbo que es equivalente a la casi completa desaparición.
Todo eso y mucho más sobre la industria del libro, el copyright y la posibilidad de que en el futuro paguemos solo «por uso» (por ejemplo, 10 escuchas de una canción) en este artículo de John Lanchester.

Bola extra: Radar y un especial sobre el robo de libros, y algunas tácticas interesantes.


El verdadero gran truco

No vi las dos primeras (aunque vi Following en el videoclub y pienso alquilarla), todavía no sé por qué razón tampoco vi Insomnia, Batman Returns me pareció bien pero hasta ahí y Memento me había gustado mucho, así que habiendo visto solo dos películas de Christopher Nolan no tengo mucho con lo que comparar y es hasta un poco ridículo decir que El gran truco (The Prestige, 2006) me parece la mejor de Nolan, pero lo voy a decir igual.

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En realidad nunca dudé que me fuera a gustar esta película. Nolan me caía bien (tal vez sin mucha justificación porque ya dije que solo vi dos y me gustó de verdad una, pero uno no necesita grandes razones para que cualquiera le caiga bien), Christian Bale me cae muy bien, Hugh Jackman no me molesta, Scarlett Johanson no me cae muy bien pero está buena y Michael Caine… bueno, Michael Caine es Michael Caine, enough said. Ah, y está Bowie haciendo del gran Nikola Tesla, figura que no sé por qué pero también me cae bien.

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Odio la mayoría de las vueltas de tuerca. Nada me hace odiar más una película que una vuelta de tuerca innecesaria o mal hecha. Odio a M. Night Shyamalan más que casi a cualquiera, recuerdo haber realmente odiado una abominación con John Cusack que se llamaba Identity y aunque era la menor razón para odiarla, el final me hizo odiar un poco más Irreversible. Las buenas vueltas de tuerca revelan información que era desconocida dentro de la película para los personajes, o sea, la revelación es para los personajes, ergo, también para los espectadores. Las malas vueltas de tuerca revelan información al espectador que le fue ocultada gracias a la manipulación del director, o sea, toma al espectador por idiota, le hace ver algo por una hora y veinte para después decirle «¡Tomá! Te cagué, yo lo sabía y vos no». Ok, andá a cagar, que suerte que la bajé de internet porque si hubiese para eso ahora estaría armando un escándalo.

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Ya mencioné malas películas con malas vueltas de tuerca, pero también hay buenas. Después de todo el 95% de los policiales negros tiene vuelta de tuerca y están siempre bien. Claro que la mayoría tienen guiones tan complejos que para el momento de la vuelta de tuerca ya no sabés que carajo está pasando y es lo mismo. Y, claro, siempre está la película que impuso las vueltas de tuerca al por mayor en las tres cuartas partes del cine mainstream de la última década, The Usual Suspects. Y volviendo al tema principal, El gran truco pertenece a este segundo grupo.

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Nolan en esta película tiene que ser todo lo que Night Shyamalan quiere ser y no puede. Mete vueltas de tuerca por todas partes y todas funcionan, todas están argumentalmente justificadas y ninguna rompe la lógica interna de la película ni se basa en la manipulación de la información por parte del director. La película tiene suficiente densidad argumental como para poder hacer todos los giros necesarios sin arruinarla ni hacer que el espectador se pregunte «¿Pero eso cómo puede ser?», pregunta que todas las de Shyamalan sucitan una docena de veces sin ofrecer ninguna respuesta. Y esa es la prueba de fuego para cualquier película con giros y grandes revelaciones y vueltas de tuerca, preguntarse si todo se sostendría igual sin trucos de cámara o si algunas tomas duraran un poquito más o si tal toma fuera más amplia y dejara ver más. Si la respuesta es que no se sostendría, entonces la película no vale la pena, una película necesita un poco más que trucos tan simples para funcionar. Y alguno puede decirme que todo lo que está fuera de cuadro no existe, no me importa, no pienso pagar para que algún tarado sin talento me tome por idiota.


Absolutamente moderno (3, according to Darío)

Bueno, si todo el mundo va a hace su propio post con canciones entonces yo también, así que posteo algunos de los temas que más escuché reciéntemente.

Cat Power – He War
Este era el tema más intenso de un disco bastante intenso de por sí, You Are Free del 2003, quinto disco de Chan Marshall a.k.a. Cat Power. No solo es de los pocos que tenía batería sino que es uno de esos temas que la usan con potencia y desdeñan la languidez y que son la excepción desde Myra Lee en adelante. Y no tengo mucho para decir de este tema salvo que es el que más escuché en los últimos dos días, así que escúchenlo ustedes mismos.

The 6ths – You Can’t Break a Broken Heart
Hoy me puse a escuchar el primer disco del multiestelar proyecto de Stephin Merritt por el tema en el que canta Chris Knox emocionado después de poner una y otra vez «Not Given Lightly» posteada ayer por Quese, y redescubrí esta canción que hacia mucho que no escuchaba y la puse de vuelta y de vuelta y así como cinco veces seguidas. Al igual que todas las canciones de la banda la canta un invitado que en este caso es Jeffrey Underhill de Honeybunch. Pero lo que verdaderamente me llamó la atención fue prestarle por primera vez atención a la letra.

Sometimes you remind me of a doll
Lifelike, but so frail and so small
Your plastic eyes see nothing
And your painted lips are still
And I know you don’t love me, but you will

You’ve tried science, you’ve tried art
But you can’t break a broken heart
You can tear my brain apart
But you can’t break a broken heart

You cried when you knew I would look
You tried every trick in the book
But I read that book yesterday
And yesterday’s for fools
And I won’t play by yesterday’s dumb rules

Viendo el nombre sin haber leido la letra pensé que hablaba de algo completamente diferente, pero el concepto que pone en juego es genial. Alguien que le dice a otra persona que no se va a rendir porque no tiene nada que perder, que no puede sacárselo de encima porque no puede romper un corazón roto. And I know you don’t love me, but you will. En el segundo párrafo hay desplegado más talento lírico que en muchas otras discografías completas.

Momus – A Complete History of Sexual Jealousy

Y ya que hablamos de grandes letristas es hora de que aparezca en este blog uno de los mejores y más ignorados, subestimados, marginados y olvidados compositores de los últimos veinte años, Nick Currie a.k.a Momus. Las letras de Momus son una fuente infinita de genialidad y la de esta canción es uno de los ejemplos que más me gusta. Incluida originalmente en Tender Pervert y regrabada en Slender Sherbet (esta es la versión que subí) la canción es una oda a los diferentes aspectos de los celos amorosos y más allá de frases geniales e ingeniosas como «If looks could kill I’d kill the men whose looks would kill you if looks could kill» lo más interesante es la idea que pone en juego al final de la canción.

If you really love me you must love my insecurity
If you really love me, take lovers
If you really love me you must really love my jealousy
If you really love me, love the others

Momus le reclama a su amante que si lo ama ame a otros para hacerlo sentir celos porque si realmente lo ama tiene que amar también sus celos y su inseguridad. Al revés de lo usual los celos no aparecen como un elemento negativo sino como una especie de condición de existencia de una relación amorosa. La lista de gente de la que siente celos va desde los hombres a los le rompió el corazón en un pasado del que él ya no puede ser parte hasta los hombres con los que sabe que nunca se va a acostar y cuando llega a preguntarle «Can’t you feel how you’re killing my pride?» la canción se convierte en un himno del amor cortés, el amor como humillación, sometimiento y sacrificio. Igual una promesa perversa pasa casi desapercibida, «You’ve been stupid enough to love someone who’s hurt you a lot. I’ll hurt you more»


Earths Will Live, Earths Will Die…

Yo se que probablemente a casi nadie le interese, pero si les gusta la buena critica sobre comics, deberían leer un intercambio entre Jim Roeg y Marc Singer sobre el multiverso de DC Comics. Comienza siendo una crítica de Infinite Crisis y después deviene una discusión sobre políticas multiculturales, la identidad en estos tiempos postmodernos, las implicancias ideológicas de los comics de superhéroes y el postmodernismo blando. Completamente fascinante, al menos para mí, y me mantuvo despierto anoche hasta las 6 de la mañana.

Jim, Marc, Jim, Marc.

Y, para otra visión de Crisis On Infinite Earths, mas centrada en la dinámica editorial, aquellos involucrados y las consecuencias a largo plazo, recomiendo esta serie de artículos en Howling Curmudgeons, que es particularmente interesante en la manera en que describe como una empresa con un orden editorial tan férreo pudo crear tan increíble concepto.


21 Apostillas Sobre El Bafici.

1) Los porteños son unos quejicas. Ni las colas son tan largas, ni las entradas se agotan tan rápido, ni la careteada es tanta, ni es inabarcable (a menos que seas un enfermo que funciona con la lógica del coleccionista de figuritas)

2) Por momentos los subtituladores parecían monos entrenados. A veces, para divertirme mientras espero el colectivo, me gusta inventar el monólogo de Mick Jagger en “Tonite Let’s All Make Love In London”.

3) Hay que ver más cine coreano de gangsters. Al principio de “A Dirty Carnival”, yo pensaba que la ausencia de armas de fuego la haría aburrida. Hasta que llegó esa increíble escena de ¿10 minutos? que parecía reproducida de un mega Street Fighter. Patadas voladoras, bates de baseball y cuchillos.

4) John Cameron Mitchell es un puto genio. Por algún motivo fui a ver Shortbus con cierto recelo, esperando quizás otra película sobre sexo retorcida y angustiante. Y salí del cine feliz, pensando que la gente en la calle parecía más buena. Logra lo indecible: filmar una película sobre disfunciones sexuales, que incluye escenas de sexo no fingidas y no caer en lo shockeante, lo culposo o lo sórdido. Además de conseguir una representación absolutamente natural y sincera de todas las orientaciones sexuales, sin atisbos de exageración o lugar común, con personajes que respiran y viven y se sienten reales, como que podrían vivir en la esquina de tu casa. Y encima tiene una música hermosa y grandes diálogos. Y en ningún momento utiliza todas estas chapas identitarias más que para construir una historia bellísima.


(Shortbus – Trailer)

5) Los documentales sobre leprosos coreanos no son recomendables.

6) Tampoco aquellos que tratan sobre jóvenes mexicanos con dinero y tristeza que viajan a la India.

7) John Waters sigue siendo uno de los más grandes. Da gusto ver gente que envejece con esa clase, ese sentido común y ese humor corrosivo como caramelo “Puajjj”. Yo si me sentaría a su lado en un cine a ver una película para niños.


(John Waters – No Smoking)

8) A Reginald Harkema le pongo unas fichas, aunque solo ví “A Girl Is A Girl”, un tanto primeriza historia de “muchacho y sus novias contada con música hip”. Aunque un par de años antes que High Fidelity y muy bien llevada. Logra ser original en un terreno muchas veces recorrido. La escena en la que hablan con las tapas de los discos es completamente geek y por lo tanto cercana a nuestro corazón. We approve!. Si alguien posee un medio para hacerse con “Better Off In Bed” y “Monkey Warfare” que me lo haga saber.

9) Luc Moullet era mi otro director a descubrir. Solo ví “Une Adventure de Billy The Kid” y fue divertido como inyectarse poción mágica de Asterix. Ya desde el nombre me remitía a cierto comic francobelga de aventuras y humor (“Una aventura de Spirou y Fantasio”). Un western psicodélico que funciona con la lógica del comic absurdo, casi slapstick. Como el lado b de “El Topo”. Con una banda sonido que parece compuesta por Syd Barret. Y Jean Pierre Leaud haciendo de un Billy The Kid patoso y bufonesco.

10) No hay que ver películas psicodélicas en la función de trasnoche.

11) Que bonito cine es el Atlas Santa Fe. Y el mejor lugar para sentarse en la sala 1 es en cualquiera de las filas laterales, atrás de las entradas del costado, lugar marcado por unas especies de barandas de metal.

12) “Copacabana” es fascinante. Un documental sin tesis, completamente rejtmaniano, donde la cámara funciona como un ojo que capta la repetición y, como en toda película de Rejtman, ciertos tonos del absurdo cotidiano. Planos fijos sin narración en donde es fascinante ver lo hipnóticos que se pueden volver los bailes en honor a Santa Copacabana.

13) “Old Joy” es la otra película (además de “Shortbus”) que me da cierta fe en el indie norteamericano. Una viñeta mínima, motivo suficiente por el que se podría caer fácilmente en la abulia y la inacción, pero que logra contar una de esas historias sutiles e inasibles que parecen desvanecerse apenas la terminas de ver y en la que los personajes se revelan mas en sus detalles que en escenas grandilocuentes. Como un cuento de Carver. Y tiene una frase increíble: “Sorrow is nothing but worn out joy”.

14) Lo lindo del Hoyts es ese truquito mediante el cual, si haces maratón pelicular, una entrada vale por dos.

15) Ver “La Chinoise” hoy en día es tragicómico. Divertidísimo ver lo despiadado que es Godard con las juventudes izquierdistas francesas, triste pensar que tantos militantes universitarios actuales son aun mas ridículos y extremos pero con un cuarto del estilo y un décimo de la comprensión.

(Trailer de «La Chinoise»).

16) “VHS Kalouchka” y “Sueños De Polvoron” son dos documentales que celebran gestas casi imposibles, maneras tan deformes y personales de acercarse a un arte que se pensarían completamente inviables. Pero en ese delirio capturan tal pasión desenfrenada en sus personajes que nos emocionan hasta la médula. A uno siempre le queda la sensación, apenas velada, de que son como cualquiera de nosotros, solo que con esa barrera que nos impide emprender nuestros proyectos delirantes destruida por completo.

17) Fernando Martín Peña tiene barba papapitufesca.

18) ¿Hay nuevo cine europeo?. ¿Por qué las dos películas que vi (“Falkenberg Farewell” y “Falling”) parecían especiales de Hallmark habladas en idiomas exóticos?

19) “El documental es de autor o no es” me decía un amigo. Lo curioso de “Instrument” y “Building A Broken Mousetrap” es como revelan la autoría de Jem Cohen no tanto mediante sus marcas de estilo mas obvias (esas filmaciones de ciudades, autos que pasan, gente que camina, obras en construcción: la poesía urbana) sino en la intensidad con la que transmiten una cierta visión de la música como una energía poderosísima, capaz de darnos la fuerza para vivir en mundos mejores.

Fugazi – Glueman (Dirigido por Jem Cohen).

20) Me sentía tentado a batirme a duelo con todos los idiotas que hablaban mal de Christopher Guest. “For Your Consideration” es otra prueba mas del increíble talento de ese tipo y su grupo de actores. Es extraordinario como utiliza las distintas capas de ficcionalidad, los shows dentro del show (en los que pareciera que nadie se preocupa por lo que el otro tiene para decir) para entregarnos otra historia sobre perdedores hermosos, gente ilusionada por maquinarias que siempre terminan aplastándolos. La escena final, por añadidura, es de lo más creepy que vi en muchísimo tiempo y te hace sentir realmente mal, al mismo tiempo que te matas de risa.

21) En definitiva, todos deberíamos volver a ver “Matinee” de Joe Dante.