https://www.youtube.com/watch?v=6rVfqErvqoU
Conferencia del gran Grant Morrison en la DisinfoCon hablando de todas esas cosas sobre las que él sabe. Contracultura, magia, sigiles y demás cosas que él puede explicar mucho mejor que yo. Pop Magic.
Autechre – Garbage EP
Nunca me considere fan de ningun tipo del género «Ambient», siempre me gusto su concepto, esa idea fundada por Eno de «música que podes ignorar completamente y funciona, pero que podes prestarle atención en cualquier momento y tambien rinde». Y en estos años de escucha músical realmente escuche bastantes discos, pero nunca con mucho interés. Es que la música Ambient digamos, se tiene que escuchar – como lo dice su concepto – de una forma diferente. Uno escucha buen ambient cuando se da cuenta que se termino el disco y lo quiere poner de nuevo, aunque lo que se recuerda de lo que se acaba de escuchar sea un montón de manchas borrosas pero agradables. Asi es como debería de funcionar.
Autechre no se si se podria considerar una banda Ambient (de seguro sus últimos 5 discos estan en el espectro opuesto musicalmente hablando), pero algunos de sus primeros discos funcionan bastante bien de esta forma. Entre ellos, esta este, que luego de reescucharlo, podria decir que es uno de mis discos favoritos, en general.
El Garbage EP es uno de sus primeros discos, creo que el tercero o cuarto, luego de sacar su segundo álbum («Amber») y antes del Tri Repetae. En ese periodo tenian la costumbre de sacar varios EPs siempre con material en si bastante diferente al de los álbumes y bastante bien trabajados – cada uno como una obra independiente cubriendo algun territorio sonoro propio.
«Garbage» esta formado por 4 tracks, que conforman en si 3 bloques, uno conformado por el primer tema central, otro por los dos del centro (que tienen una estructura similar) y uno último final. Como siempre, Sean Booth y Rob Brown se ponen lo más crípticos posibles con los nombres de los temas. Vean la tracklist:
1 – Garbagemx36 – 14:11
2 – PIOBmx19 – 7:37
3 – Bronchusevenmx24 – 9:44
4 – VLetrmx21 – 8:27
Los números que acompañan a cada tema son el porcentaje que ocupa cada tema en el disco (los 4 números suman 100). todos los temas terminan en «mx» , por lo cual podrian ser quizas remixes de algunos otros temas. Sin embargo, el único nombre que recuerda a algun tema anterior es el tercero (hay un tema «Bronchus 2» en su primer álbum). Asi que quien sabe. De cualquier forma, en esta banda el concepto entre un tema nuevo y un remix es algo borroso y difícil de diferenciar.
Y en si, contrastando por la frialdad y monton de consonantes en los titulos, este es un disco bastante tranquilo, amable y con bellas melodias. El primer tema (que da nombra el EP, y más extenso) es el más parecido a lo que iban haciendo habitualmente, más bien una secuencia de loops con sonidos de percusiones y ritmos no-convencionales que se van sumando sobre linea tras linea de sintetizadores, formando una capa densa y constante de sonido que se mueve y ondula.
En el medio del track de 14 minutos, luego de un constante in crescendo, hay un corte donde se mantiene fija una melodia que se va repitiendo en espiral, cayendo siempre en un golpe distinto (todavia me pone un poco incómodo escucharla), para luego re-armarse todo el tema sobre ella y terminar en unos acordes con cuerdas bien clásico, más reminiscente a bandas electrónicas early como tangerine dream, y trabajos de vangelis etc. Hay varios de estos temas en los primeros 3 discos de la banda, y este es uno de los mejores, pero de cualquier forma quizas sea la track con mas «gusto a viejo» de todos los temas del disco.
Los siguientes dos temas funcionan bajo la misma formula, y arrancan con una capa densa percusiva de sonidos, sobre la cual se van agregando, muuuy lentamente, capa tras capa durante minutos y minutos hasta terminar, agregandose de a poco unas melodias muy leves y melancolicas. Es una tecnica simple y gastada en la electrónica, pero en estos dos temas esta ejecutada a la PERFECCIÓN, y es lo más tranquilo que tienen en cualquier disco, y Piobmx19, auqnue dure casi 10 minutos, podria durar el doble sin problemas.
Bronchusevenmx sigue por la misma linea exactamente, quizas más oscuro, y la imágen visual que da es un viaje oscuro por un sistema de cañerias futurísta, iluminado por luces de neón parpadeantes y que fluctua por varios caminos constantemente.
Y para finalizar, el disco termina con quizas uno de los temas más particulares de su discografía. Vletrmx21 es un tema con solo un elemento, un loop constante, que no varia en su contenido, no hay beats ni capas que se agregan practicamente. Se trata de una marea de cuerdas/vientos/sonidos inclasificables sinteticos, formando una secuencia de acordes lentisima y tristisima, que se repite una y otra vez. Arranca sonando muy opaca, toda filtrada y a muy bajo volumen, y con solo modificando cuanto se escucha, cuan filtrada y a cuanto volumen, el tema va cambiando, y acumulando tensión y resolviendose, durante 8 minutos. Minimalismo al máximo.
El duo electrónico nunca hizo (ni hará) nada así, solo se pueden escuchar cosas similares en el Ambient Works II de Aphex Twin, y este tema esta al mismo nivel o mejor que esos temas. Quizas también recuerde en emotividad y sensación al excelente interludio «A Warm Place» de Nine Inch Nails. En fin, que es un tema que puede ser demasiado para muchos pero a mi siempre me pudo, y para mi es uno de los puntos altos de este estilo músical a mediados de los 90s.
Para bajar:
Autechre – Garbage EP
2007 – The Indie Escape
Ya me he quejado varias veces sobre las feas que muchas veces quedan las chartas de Last.fm, pero la verdad quede bastante contento con el chart de álbumes, que muestra los discos más escuchados. Básicamente puedo reconocerlos estos como los discos que más escuche en el año, sobre la mayoria hable, sobre un par, no. Asi que aprovecho y aunque no pensaba hacer listas ni nada por el estilo, hablare un poco sobre cada uno de estos discos.
1 Judee Sill – Judee Sill
Judee Sill fue la revelación que más me pegó en el año, y es medio lamentable lo poco que hable sobre ella, pero la verdad no tengo muchas palabras para describir lo que hace. Simplemente me parece superior en el género folk de ese periodo y no hay nada que me haya gustado más que lo que hace ella por un amplio margén, y su forma de cantar y de componer es de otro universo.
2 Emitt Rhodes – Emitt Rhodes
Sobre Emitt ya hable aquí. Como me gusta como suena ese disco.
3 Dr. Dog – Toothbrush
Tambien hable un poco de ellos aquí. Lástima el resto de los discos de Dr. Dog que no le llegan ni a los talones a este discazo, pero mas bandas tendrian que arriesgarse a hacer cosas como estas, recortes de cintas chorreando mugre, temas de blues falso y los arreglos mas bizarros, arriesgados, despreocupados y divertidos de lo que va de este comienzo de siglo.
4 The Left Banke – There’s Gonna Be A Storm – The Complete Recordings 1966-1969
The Left Banke es una genial banda cuando uno quiere escuchar lindo pop bien arreglado, ya escucho demasiado belle and sebastian y sufre una alergia horrenda al escuchar nombres de bandas como handsome boy modelling school, suburban kids with biblical names, y boring hipsters with long band’ names. En particular, los primeros temas son gloriosos (walk away renee y pretty ballerina por ejemplo) y estan al nivel del mejor pop de los 60s. El resto del disco despues decae y hay algunos rockerismos de relleno, pero igual, aguante The Left Banke.
5 of Montreal – Hissing Fauna, Are You The Destroyer?
Ya hablamos suficiente de este disco no? Mejor disco del año, sin duda.
6 Lloyd Cole and the Commotions – The Singles
Este disco lo escuche MUCHO a principios de año. Es impresionante lo poco que se escucha al pobre tio Lloyd – especialmente viendo los charts de Last.fm. Pero el chabón es muy bueno, y aunque tampoco es la octava maravilla, tiene un gran puñado de grandes temas. Quizas el estar tan a medio camino entre indie-alternativo, new-wave y simple y duro AOR le juega en su contra, pero pocos músicos pueden tener el honor de tener a Robert Quine en sus filas para tocar baladas. Por algo será.
7 Moby Grape – Moby Grape
¡Ja! ¿Que carajos hizo Ezequiel escuchando Moby Grape? Bueno, que entre los periodos que tuve en este año (aunque se nota una muy clara linea de por donde iba todo) también me intereso las cosas más clásicas de los 60s. El disco de Moby Grape me lo recomendaron mucho y es muy bueno, y lo he escuchado mucho, pero todavia no tengo la imagen mental completa del álbum. Quizas no es completamente lo mio. No importa, seguro lo seguire escuchando un buen tiempo más.
8 Carole King – Tapestry
La tía Carole va unida con Judee Sill en ese plan folk-60s-tranqui-aor-testasponiendoviejo con la que estuve en general. Todavía me cuesta creer que Tapestry sea realmente un disco solo, y no un Greatest Hits. El nivel de los temas es simplemente increíble. Algunas letras hay que verlas con buenos ojos.. pero en si, un gran disco que todos deberiamos de escuchar al menos una vez al mes, tomando te con masitas un sábado templado.
9 Otomo Yoshihide’s New Jazz Ensemble – Dreams
Este fue sin duda el disco que más escuche en los últimos 3 meses. Y es raro porque ya lo habia descubierto y escuchado bastante hace 3-4 años, pero por alguna razón lo volvi a bajar y al escucharlo de nuevo quede totalmente enganchado. Todavía ando buscando futilmente algun disco que se parezca a estas 8 canciones (7, descontando el ataque free del final), recuerdo unas recomendaciones de Gustavo pero tienen alguun parecido pero en si, no es lo mismo. Tambien probé con otros discos de Jazz de Yoshihide y no hay caso. Mientras me seguire refugiendo en «Dreams», un pequeño mundo donde el instrumento que más detesto (el saxo) se vuelve lo más maravilloso del mundo.
10 Todd Rundgren – Something/Anything?
Aunque «I Saw The Light» es uno de los temas del año, al igual que al de Moby Grape no pude digerir este enorme disco del todo, que tiene la grosera cantidad de 25 temas y parece no acabarse más. Pero me termino gustando mucho la (al principio infumable) super-balada «it wouldn’t have made a difference» y eso es todo un progreso para cualquier disco.
(No sé si el 10 de enero no es una fecha demasiado tardía para un post de fin de año (por algo se llama «de fin de año», ¿no?) pero más de uno parecía interesado en que lo hiciera así que por una vez les voy a dar el gusto. Esta es una primera parte pero por cuestiones de tiempo nunca puedo terminar todo el post así que vamos con un pedazo que puede funcionar bien como un post en sí mismo y próximamente me ocupo de postear algo más.)
Contrariamente a lo que varios esperan, no voy a hacer una lista de discos del año. Ni siquiera escuché tantos discos de este año como para hacerlo y menos aún que me hayan gustado tanto. Este fue el año en el que me convencí definitivamente de algo que ya venía sospechando (y no era solo mía la sospecha): la música, si no está muerta, al menos se volvió totalmente irrelevante. La música pop está no-muerta, como decía Mark de k-punk. A pesar de esto me siento obligado a decir que sí hubo algunos discos buenos y mencionarlos. Mi disco favorito del año fue sin lugar a dudas (y ya todos saben lo que voy a decir) Hissing Fauna, Are You The Destroyer? de of Montreal, el único disco de este año que escuché y me pareció que tenía ese algo que te da la impresión inmediata de escuchar una obra maestra. Después de su crisis matrimonial en Noruega Kevin Barnes logró escribir su mejor disco hasta el momento y dudo mucho que pueda superarlo alguna vez. El Overpowered de Roísín Murphy es un disco brillante que descubrí recién sobre el fin de año cuando se me ocurrió repasar algunos discos que no había escuchado y que todavía me tiene totalmente enganchado después de semanas. Es curioso que los dos discos que más me gustan de este año sean discos sobre los que no tenía ningún tipo de expectativa. El Widow City de The Fiery Furnaces fue bastante bueno. Panda Bear estuvo muy bien con Person Pitch y logró hacer un disco mejor que todo lo que había hecho con Animal Collective pero tampoco lo tildaría de obra maestra y Astrud sacó el disco (Tú no existes) que más me gusta de ellos desde el primero del dúo español. Después de eso vienen varios discos que están bien pero que no llegaron a llamarme tanto la atención como el de Electric Six, un disco divertido pero que no me emociona tanto como a mi camarada Amadeo o El mamut de Massacre que es un buen disco con varios temas muy buenos que muestran a la banda a su mejor nivel pero que en total es un poco inferior a otros de sus discos y que en la totalidad de la discografía pasaría desapercibido.
Otros varios artistas de los que esperaba más sacaron discos francamente decepcionantes, como Kanye West que sacó Graduation, el peor de sus tres discos aunque tenga uno de los singles del año, «Can’t Tell me Nothing». El Strawberry Jam de Animal Collective no lo escuché entero pero por lo que vi no está muy bueno y Jens Lekman, del que me había hecho muy fan con sus dos discos anteriores, sacó el embole total de Night Over Kortadella, un disco en el que a pesar de que la mitad de los temas no son nuevos y la otra mitad son lo mismo que venía haciendo la suma de las partes no cierra y creo que puedo contar con los dedos de una mano cuantas veces escuché el disco entero. Curiosamente en varios medios parece que este es el disco que más les gusto del sueco. Calvin Harris sacó dos de los mejores singles fiesteros de este año, «Merrymaking at My House» y «Acceptable in the 80’s» pero el disco es como mucho un meh y que es el peor representante de lo que James Murphy decía en «Losin’ My Edge», la «borrowed nostalgia for the unremembered 80’s». El de Arcade Fire estaba bien pero hasta ahí.
¿Hubo algo más interesante? No sé, hubo una cantidad enorme de discos que figuran en todas las lista y que yo no escuché y no sé si voy a escuchar. Lo que sí merece una mención especial, sobre todo porque más de uno está esperando que la haga, es Banio Qimico, sin dudas la banda nacional del año, lo más divertido que escuché este año y la prueba definitiva de que el cualquierismo debería existir como vanguardia artística.
La mayor cantidad de música que escuché este año no fue de este año y tengo que decir que descubrí cosas maravillosas, desde toda la escena neozelandesa del sello Flying Nun hasta Wendy Carlos, pasando por Robyn Hitchcock, J-pop, girl groups de los 60s, música tradicional irlandesa y yé-yé. Tuve un año bastante musical aunque no haya sido un gran año para la música. (nota: Dag me hizo acordar que también escuché mucho Half Japanese por que me pasó un greatest hits. ¿Ya está? ¿No tenés quejas?)
Shows en vivo vi pocos y la mayoría no me impresionaron mucho ni fui a verlos con mucho interés. Posiblemente el que más me gustó haya sido el de Anthony Braxton, un show demoledoramente intenso y free hasta el punto de casi ser noise. Y por cierto, basta de la mentira Battles.
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Videogames are the new rock. Esta es otra cosa que venía sospechando y de la que este año me convencí del todo (y se que no estoy solo en esto, Ezequiel está de mi lado). Hubo una época en la que temí por el futuro de los videojuegos, temí que la industria se convirtiera en una eterna manufactura de clones de clones de clones, todos alineados en dos o tres géneros que se sabía que funcionaban bien y no había razones para variar, pero un boom de freeware, indy games y juegos experimentales, combinado con una gran maduración de la prensa especializada, lograron que esta época sea tan emocionante como esa época de oro que eran los principios de los 90s. El hecho de que sea un área donde todavía queda tanto para explorar, en la que se puede hacer cualquier cosa y que recién ahora muchos se están dando cuenta de esa infinitud de posibilidades, que cualquier innovación tecnológica o cualquier situación particular del mercado pueda ampliar aún más ese crisol de posibilidades, hacen de los videojuegos uno de los campos más fertiles de la cultura contemporánea. ¿No es obvio que a esta altura los videojuegos son una expresión cultural mucho más relevante que la música? Los chicos de hoy sueñan con ser game designers mientras el rock y sus mitos cada vez más pertenecen a sus padres. Mientras la industria discográfica lucha contra la piratería, Tower Records quiebra y Virgin Megastores cierra y vende sucursales ante la caida estrepitosa de las ventas de discos, la industria de los videojuegos está en su momento más alto. Desde pequeñeces indie como el Flow o Dangerous High School Girls in Trouble (jueguen ese juego, se lo que les digo)hasta tanques como el Call of Duty IV o el Crysis, pasando por casual games como el Peggle y delirios como el Portal, la actualidad está llena de videojuegos geniales. Una mención especial merece la serie de aventuras gráficas de Sam & Max. Los juegos esos redefinen la idea de ficción interactiva planteándose de la misma forma que una serie de televisión, dividido en temporadas y capítulos, con la única diferencia de que uno guía la historia voluntariamente a través de una interfaz one-clicker (la mejor interfaz posible, siempre).
El 2008 va a ser un año gamer.
(próximamente, mi año en cine, libros, tv e internet, algún otro rant sobre música y algún discurso más sobre la gloria de los videojuegos)