A Brief Introduction to the Works of Stephin Merritt
Ya dije que andaba con ánimo de compilados así que hoy voy a subir otro, esta vez dedicado a Stephin Merritt, del que no hablé muchas veces en el blog pero muchos saben que soy un fanboy irremediable. Este mixtape no lo hice ahora sino que lo tengo hecho de cuando alguien me pidió que le pasara algo de Merritt y me pareció lo mejor compilar yo mismo una introducción. Casi todos los tracks están en 320 kbps así que pesa bastante y lo tuve que subir separado en dos.
Algunas cosas:
*Como el compilado no es nuevo no hay ni un tema de Distortion. Tampoco hay ninguno de The Charm of the Highway Strip, posiblemente porque en esa época no escuchaba casi ese disco y me parece de los menos accesibles de Merritt. Tampoco hay de Future Bible Heroes porque mucho no me gustan ni de The Gothic Archies, porque eso es para fans y en ese momento todavía no había salido The Tragic Treasury (posiblemente tampoco habría ninguno de ese disco si no fuese así).
*Hacer este compilado fue particularmente fácil. Hay una cantidad ridícula de temas que podrían estar en un compilado y para trackearlo solamente había que imitar cierta estructuras de como están trackeados los discos. Simplemente fíjense que el primer tema abre el disco en el que está y el último tema cierra su disco.
*»Strange Powers» es mi canción favorita. No mi canción favorita del compilado o de Merritt, mi canción favorita a secas. Cuando escuché por primera vez eso de «Under more stars than there are prostitutes in Thailand» ya me había comprado totalmente.
*»100.000 Fireflies» me parece una de las canciones más tristes y deprimentes que escuché en mi vida (aunque la versión de «And the Band Played Waltzing Mathilda» del Rum, Sodomy and the Lash todavía le gana con buena ventaja) y al mismo tiempo una de las más sutiles y etéreas. Es el mejor momento de la primer etapa de Magnetic Fields (los dos primeros discos, cuando tenían a Susan Anway como cantante). Y no sé si recuerdo una línea tan mala leche en una canción como «You won’t be happy with me but give me one more chance. You won’t be happy anyway».
*Nunca en ninguno de todos sus discos ni en ningún otro donde haya estado invitado Nick Currie cantó tan bien como en «As You Turn to Go».
*Me parecía gracioso ponerle un nombre tan exagerado y solemne a un compilado casero. Si tuviera tapa le hubiese puesto una de esas como las de los discos de Deutsche Grammophon. (Seguro que a Ezequiel se le ocurren un montón de nombre más graciosos para este compilado, pero no me importa.)
A Brief Introduction to the Works of Stephin Merritt (Bajar)
01- Absolutely Cuckoo
02- Busby Berkeley Dreams
03- I Don’t Want to Get Over You
04- Love Goes Home to Paris in the Spring
05- The Luckiest Guy on the Lower East Side
06- Grand Canyon
07- I Don’t Believe in the Sun
08- I Think I Need a New Heart
09- All I Want to Know
10- Yeah! Oh, Yeah!
11- How Fucking Romantic
12- Nothing Matter When We’re Dancing
13- 100.000 Fireflies
14- As You Turn to Go
15- Epitaph for my Heart
16- Meaningless
17- When My Boy Walks Down the Street
18- All You Ever Do is Walk Away
19- Pillow Fight
20- Strange Powers
21- With Whom to Dance
22- The Saddest Story Ever Told
23- Take Ecstasy With Me
24- Just Like a Movie Star
25- Aging Spinsters
26- Either You Don’t Love Me or I Don’t Love You
27- All the Umbrellas in London
28- When You Were My Baby
29- It’s Only Time
Es magia
Después de unas minivacaciones no intencionales del blog (a causa del calor, la procrastinación y estar haciendo otras cosas, como esto), volví y con una renovada emoción por hacer compilados. El mixtape que les voy a regalar hoy está dedicado a uno de los artistas mejor ubicados en mi panteón personal, Jonathan Richman. Un compilado totalmente apropiado para el verano. El compilado es totalmente arbitrario, los temas son todos del lado más light-hearted de Jojo y evité temas demasiado clásicos que rompían con el mood y que ya escuchó todo el mundo como «Roadrunner» o «I’m Straight». Me tomó bastante tiempo armarlo, le corregí muchas veces muchas cosas y aún así creo que cometí algún error que ya no me molesté en arreglar. Hacer un compilado de Richman es más difícil de lo que parece.
Creo que este compilado logra resumir todas las razones por las que amo a Richman. Temas livianos, alegres, sinceros. Un músico que nunca cayó en clichés rockeros y que se dedicó una buena parte de su carrera a tocar temas sobre la vida real y en contra de los mismo clichés que evitó y de todas las estupideces que muchos creen que componen el rock and roll (esto ya lo cité como mil veces pero lo voy a hacer una vez más porque creo que es un manifiesto, «For me, one song about your real life is worth ten ‘professional’ songs«) y otra buena parte a cantar los temas más inocente, infantiles y cándidos que haya generado la música pop y que solamente él podría cantar sin ningún tipo de ironía (él decía una vez, hablando sobre lo deprimido que estaba cuando compuso «Abdul and Cleopatra», que no se notaba en la canción porque «que me sienta miserable no significa que tengo que hacer sentir a todo el mundo miserable»).
Bueno, no creo que tenga que decir mucho más que el disco mismo no diga mil veces mejor, así que bajenlo y eso. Enjoy (that summer feeling)!
Jonathan Richman – Es Magia
1- Harpo en su harpa
2- Behold the Lillies of the Field
3- The Beach
4- Government Center
5- When We Refuse to Suffer
6- Her Mystery Not of High Heels and Eye Shadow
7- Abdul and Cleopatra
8- I’m a Little Dinosaur
9- Egyptian Reggae
10- Coomyah
11- Angels Watching Over Me
12- Una fuerza allá
13- Just Because I’m Irish
14- Vampiresa mujer
15- Shirin y Farad
16- That Summer Feeling
17- Dignified and Old
18- A Plea for Tenderness
19- Now Is Better Than Before
A wolf at the Door
Mi historia con Radiohead debe ser la de muchos: Los descubri cuando tenia 14 años con el Ok Computer y me volaron la capocha. Había mucha cosa jodida ahí, y temas como Paranoid Android o Exit Music no se parecían a nada que hubiese escuchado antes, y todavía mantienen su vigencia y fuerza, quizás viendose un poco inocentes, pero es algo bastante admirable para temas que tienen ya unos buenos 13 años de antiguedad, más comparándolos con otros discos que salieron a mediados de los 90s.
Luego tuve un periodo donde me obsesione bastante con la electrónica y el IDM. Autechre, Aphex Twin, Boards of Canada, Squarepusher, Plaid y un millón de otros artistas pequeños fueron lo que escuche casi exclusivamente sobre un par de años. Casi simúltaneamente Thom York se compraba el catálogo de Warp Records entero.
Salió luego el Kid A. El Kid A fue el último disco que recuerdo haberme comprado en una disqueria, sin tener nidea de que iba a escuchar. Me pareció bien lo que estaban haciendo, pero el disco me pareció irregular y algunos temas directamente una cagada.
El Amnesiac me gustó un poco más. Fue el primer disco que recuerdo que lo bajé enteramente de Internet. Me parecía que tenia mejores temas, aunque tambien cosas payasezcas como ese rip-off IDM que no funcionaba de push pulk / revolving doors. Pensaba que hubiera armado un excelente álbum combinando lo mejor de esos dos álbumes.
Radiohead – A wolf at the Door
El Hail to the Thiefes un disco de los relativamente ninguneados ahora en la discografía de Radiohead, disco demasiado largo (14 canciones) con demasiadas ideas y donde su lado experimental del Kid Amnesiac y su viejo lado brit-rockero se dan de la mano, cosa que logran hacer muy bien. Igual es un disco muy críptico, paranoico, con poco filtrado, y hace agua en algunos lados, lo cual no implica que sea en mi opinión, un álbum bastante bueno.
Me encantan cuando las bandas te sorprenden con el último tema de un disco, con un tema intenso, diferente a lo que venias escuchando, o quizás el single del disco. El primer ejemplo que se me ocurre es «Electrolite«, en el new adventures in hi-fi de REM. Y este caso, pero debe de haber otros.
«A Wolf at the Door» es un tema raro para Radiohead. Primero es muchísimo mas britpop (en el MEJOR sentido del término, sin duda) que lo que han hecho en años. Arranca con ese órgano y guitarra marcando tiempo en vals, y en breve entra Thom Yorke con un fraseo casi rapeado y monótono, que queda perfecto para el mensaje político con el cual esta empecinado ultimamente. Incluso sorprenderia a varios de los detractores de Yorke al dejar su canto berreado y lastimoso por esto que es mucho más seco, podrido e imponente. La canción es excelente, y me habia parecido que seria un excelente camino que tomaran para sus próximos trabajos, cosa que no sucedio – El In Rainbows, vuelve al lado más experimental y monocromático.
Me imaginaba que estos son de esos temas perdidos que las bandas luegos jamas tocan, pero me sorprendí encontrando en youtube varias grabaciones de este tema en vivo en el 2008, así que por suerte ellos tambien la consideran una gran canción.
«If it’s me and your grandma on bongos, it’s The Fall.»
Dario: jaja
en un foro vi un thread de
cual seria tu banda ideal
y alguien posteo
Vocals – Mark E Smith
Bongos – Me
We’d be awesome
Ezequiel: jajaja
eso es lo mejor que podes postear ahi
Dario: si, sin duda
ademas es una referencia a una de las mejores frases de mark e smith
Ezequiel: si si
best quote ever
Dario: las mejores son esa y la de las ardillas
Ezequiel: cual es la de las ardillas?
Dario: «squirrels mean nothing to me!»
Ezequiel: en referencia a q?
a mi tambien me gusta esa que dice que en una tapa de the fall hay mas ideas que en toda la discografia de black flag
Dario: cuando conto que habia matado unas ardillas que se metieron en su casa
Ezequiel: aah
Dario: y parece que eran unas ardillas en riesgo de extincion o algo asi
y lo criticaron
y dijo «si se mete una ardilla en mi casa la mato. Squirrels mean nothing to me!»
la de black flag tambien es buena
es re mala leche
Ezequiel: They say music should be fun/ Like reading a story of love/ But I wanna read a horror story
http://members.tripod.com/GColeman/quote.html
Dario: no! que bueno
de donde sacaste eso?
Ezequiel: del link
Dario: Don’t ever follow the path of being hard and tough when your heart is soft
de donde sacaste el link, bo :P
Ezequiel: ah
buscando quotes de mark en google
Baghdad!Space Cog!Analyst!
Dario: genial
Ezequiel: Ecstatic Midgets!
Dario: quedan bien y todo
After a Fall record, just about any other piece of music sounds trite and sentimental
Ezequiel: People seem to need The Fall more than I do
perfecto
Dario: es tan grande
ah, son todas quotes de verdad
Ezequiel: hay fragmentos de letras
Dario: si si
Ezequiel: «people play games when they lose at life»
Dario: ahora tengo que escuchar the fall
Ezequiel: seh yo tambien. y no tengo acá. :(
2008: El Año Del Ornitorrinco.
(O: Discos del Año – Amadeo).
01. Crystal Castles – Crystal Castles
A pesar del hype, a pesar de las controversias y a pesar de que siento que son bastante dudosos moralmente, los Crystal Castles se convirtieron en el grupo que más resistencia tuvo durante este año, que más me acompaño, desde casi principios hasta ahora, combinando innumerables colectivos línea 12 y llegadas tarde a francés. Se vuelve difícil explicar porque fue tan significativo, pero, una vez más, seguramente tiene que ver con una mezcla de energía y melancolía: el disco parece haber sido compuesto por una pareja de aliens en una ciudad derruida, luego de la Guerra, intentando hacer andar su nave y crear un pedazo de arte que mantenga a las cucarachas mutadas alejadas de su campamento, que les de un sentido a sus vidas. Es un disco desolador por momentos, no parece hecho para la pista (aunque algunas de sus canciones podrían ser utilizadas para ello) y esa tristeza, la sensación de que esta centrado sobre todo en un “mood” contradictorio, antes que en golpes de efecto o en el último hit bailable, es algo que lo eleva y lo convierte en un gran disco.
02. Jay Reatard – Matador Singles
Jay Reatard, junto con un puñado de otros músicos, es la mejor esperanza del punk, un tipo garagero y distorsionado que nunca olvida que las mejores canciones garageras y disonantes eran memorables por sus melodías. Es, también, una reivindicación de su importancia en mi año, del rescate y escucha obsesiva (al fin) de Blood Visions, su primer disco, furioso y certero, que incorpora gran parte de la frustración y la desesperación que sentí hacia mitad de año. Estos singles están más pulidos que su primer disco, en cierto modo, pero siguen sonando como la obra de un mocoso arrogante y con nada que perder, como un tipo decidido a lanzarse sobre un misil, armado solo con su guitarra y su voz chillona, enseñándole a los jóvenes punk como se hace. Sobre todo es, creo, el tipo de música que amaría hacer si hiciese música. Pura catarsis en envase pop.
03. Girl Talk – Feed The Animals
Gregg Gillis quizás no sea un genio, pero es un músico de puta madre, un tipo que sabe poner el dedo en el pulso del pop y descubrir lo que funciona, entregarnos micro-dosis de hits capaces de mover al baile al mas cínico. De algún modo, su demente forma de componer, su estilo epiléptico y frenético, simplemente funciona. Es como micro-pop o quantum pop: una obra compuesta de porciones, de flashes, de elementos tan minúsculos que aíslan en segundos todo lo impresionante de sus canciones originales. Hay momentos gloriosos, como cuando aparece el estribillo de “Nothing Compares To U” y se trasmuta, resignificándose y perdiendo toda la sacarina que hemos llegado a asociar a esa canción para convertirse en algo genuinamente emotivo. Una extraña alquimia, la de Gregg Gillis.
04. Dirtbombs – We Have You Surrounded
El garage-rock formó una parte importante del léxico musical de mi año, este fue el año en que el playlist estuvo dominado por grandes grupos como The Gruesomes, The Fleshtones y The Black Lips. De cualquier modo, fue solo una profundización de un interés previo, que con el paso de los años se va haciendo más fuerte, quizás por la fe en aquello a lo que Lester Bangs llamó “la fiesta” en su INCREIBLE artículo “James Taylor Marked For Death”. La idea de que el rock and roll es, sobre todo, un estado de ánimo, una actitud, que debería estar apuntada sobre todo a ponerse estúpido y bailar y beber, y cualquiera que pretenda otra cosa del viejo rock and roll es un idiota.
Los Dirtbombs, en mis ojos, de algún modo son el emergente de esta corriente de pensamiento que me ha dominado a lo largo del año, de este estilo musical que tanto he apreciado por su capacidad inmediata de producir buen humor, por su convicción fundamental en la fiesta y en el rock, por su condición de refugio primigenio del punk. Los Dirtbombs son la “nueva” banda de Mick Collins, el gran músico que nos dio a los Gories, y tienen, hay que admitirlo, una veta un tanto más experimental y menos cavernícola que otras bandas del estilo, pero jamás olvidan su compromiso con la emocion primordial, con EL COMPLETO FREAK OUT. Basta escuchar esa maravilla que es “Ever’ Lovin Man”, una motosierra con los mejores coros del año. Ah, y además tienen una canción basada en un poema de Alan Moore y un conjunto de temas hacia el final del disco que son pura cacofonía. Far out, man.
05. Britney Spears – Circus.
No solo Circus, sino también Blackout, que escuché finalmente este año y que conforman un dueto de discos maravillosos sobre lo que significa ser una celebridad en el borde de un big crunch. Britney Spears, en los últimos años, se ha convertido en algo más que en una mera diva pop, se ha transformado en un especie de ícono que se súper-carga cada vez que aparece en un tabloide, cada vez que The Superficial postea alguna de sus freakeadas, cada vez que se cae durante la filmación de un video. Su posición pública es tan extraña que ya parece una mega estrella hillbilly, casi la protagonista de una película de John Waters.
Y lo más remarcable es el modo en que, como los verdaderos iconos pop, Britney Spears parece crecer ante el marasmo de su vida y componer su mejor material. Blackout es una obra maestra de la descomposición personal frente a las cámaras, un disco que parece, efectivamente, grabado bajo la contradictoria influencia de cantidades obscenas de cocaína y tranquilizantes. Circus no es tan bueno como Blackout, pero mantiene un sonido consistente, pleno de beats machacones, voces distorsionadas casi hasta lo irreconocible (como si en realidad fueran las voces en la cabeza de Britney, una miríada de chillidos de fans, pedazos de conversación escuchados a las corridas y el chirrido de máquinas de fotos y grabadoras) y unos espasmos de sintetizador que parecen andanadas de desprecio y paranoia. Son dos impresionantes discos: frenéticos, profundamente personales, populares e increíblemente meméticos. Un testamento del mejor pop de esta década.
06. Marit Larsen – The Chase
Marit Larsen fue uno de los mejores descubrimientos del año, una cantautora noruega que me encanta por la manera en que pervierte lo que comúnmente se entiende por “cantautor”: en general pensamos en ellos como hombres o mujeres con guitarras e instrumentación lo más sencilla o clásica posible, que intentan vender la ilusión de la autenticidad y la intimidad. Esto es, asumimos que componen desde su corazón o su perspectiva personal y les creemos y consideramos que sus canciones son la expresión de su personalidad, por lo tanto son, en un punto, intransferibles, están marcadas por su voz. Su potencia esta dada por la fuerza de su personalidad, real o inventada, y por la manera en que esa personalidad, esas “pequeñas verdades universales” de su repertorio conectan con nuestro estado de ánimo/personalidad.
Marit Larsen pervierte esto porque compone firmemente desde la trinchera del pop. O sea, le interesan las melodías pegajosas, le interesa cierto artificio y cierta idea de lo fabuloso y lo “más-grande-que-la-vida”, cierta rimbombancia, que esta en completa oposición con lo que comúnmente se asume como un cantautor. Y sin embargo su voz brilla y se impone justamente por estas elecciones. Todo suena personal y conmovedor, su modo de cantar es encantador, repleto de toques personales (como el modo susurrante en que pronuncia las “s” a veces) y además tiene el plus de que se puede cantar y, en el 90% de los casos, mejora tu humor del día. “Is It Love?”, “The Chase”, “Ten Steps”, son todas canciones hermosísimas con toques Abba, pianos juguetones y momentos épicos que no tienen miedo de “llevar el corazón en la manga”, admitir esos sentimientos que te levantan del suelo y ser exquisitamente alegres, algo que parece anatema entre la pandilla de barbas y camisas leñadoras.
07. Wire – Object 47
Wire tiene dos momentos que la hacen una de mis bandas favoritas de todos los tiempos: en primer lugar, su pasaje fulgurante por el post-punk, sus haikus de 1 minuto y medio, sus experimentos sonoros y su compromiso con la experimentación económica y furiosa. En segundo lugar, su periodo aerodinámico de los 80, su reconversión a banda seudo-pop capaces de componer temas tan bellos y maravillosamente libres y veloces (como volar) como “Ahead” y “Kidney Bingos”. A ello se le suma el hecho de haber protagonizado EL mejor retorno en esta época de retornos, con esos eps magníficos que son Read And Burn y con Send. Este disco parece una especie de compresión de todo ello, de su sturm-und-drang y su faceta sofisticadamente electrónica, pero en realidad es solo los Wire haciendo lo que hacen mejor y siempre les ha interesado: música. Ahí esta “One Of Us” que ataca a la velocidad de la luz, ahí esta “Mekon Headman”, clásicamente Wire, con una letra que parece hablar de una extraña misión secreta militar o espía a buscar dios sabe que, ahí esta la repetición entre agobiante y estupefacta de “Patient Flees”. Un disco que con cada frase conjura imágenes en parte absurdas, en partes amenazadoras, de un mundo donde todos han sido reemplazados por clones.
08. Sparks – Exotic Creatures Of The Deep
NADIE en el mundo suena como Ron & Russell Mael, esos dos hermanos angelinos y totalmente chiflados (que sin embargo a veces suenan, oh, so british), que evolucionaron de ser una banda sumamente extraña que hacía synth pop a ser una banda sumamente extraña que hace una mezcla de music hall, glam y electrónica, con algunas de las letras más geniales de la historia de la música, todas tratando sobre escenarios improbables, exagerados o deformados hasta la risa, como si los Sparks habitaran un universo donde todos hablan y gesticulan a la onceava potencia y el abrir un bote de mostaza se convierte en un infinito problema.
Este disco entra dentro de un cierto comeback de los últimos años, cosa que a mi me pasa inadvertida, porque en realidad este fue el año en que finalmente me enamoré de ellos, de sus melodías histéricas, de la cara de nada de Ron Mael cuando tocan en vivo y de la cara de plastilina de Russell, gran actor dramático. Este disco contiene canciones sobre: un mono manejando, una persona que nunca se drogó, un chico rechazado porque no se parece lo suficiente a Morrissey, un hombre que queda embarazado y una persona tan simpática que es invitada a todas las fiestas. Todo cantado con infinita extravagancia, exageración y panache. Escuche Sparks, sea una persona más divertida.
09. Beta Satan – Girls
Los Beta Satan son los Tiger Tunes recauchutados, convertidos en una “banda de rock pesado” divertida y caricaturesca, con los viejos ritmos electrónicos de la banda danesa destripados de “saltarinidad” y funcionando de marco para un asalto de guitarras, con la voz de K.R. Hansen re-orientada en direcciòn a una ansiedad generalizada y maniática, antes que hacia la “desesperación del pequeño amor”. Ejemplifican esa veta del rock que tanto me gusta: bandas de tipos listos con actitud arrogante y confianza en sus habilidades, letras irónicas y repletas de sarcasmo y bilis y una cierta conjunción de elementos electrónicos y guitarras machaconas. Es un disco del que me cuesta un poco hablar, porque me veo abrumado por su awesomeness y porque te agarra de los pelos y te arrastra de principio a fin, alabando a Satan todo el recorrido y haciendo air guitar.
10. The B-52’s – Funplex
Lo que pasa con el disco de los B-52s es un poco lo que uno desearía que pase con cualquier retorno: un disco muy bueno que reconoce el paso del tiempo pero sin dejarse abrumar por él y que utiliza los puntos fuertes de la banda sin volverse un patético intento de recapturar *exactamente* la magia de años pretéritos. Es un disco sin pretensiones mas allá de ser un disco divertido y emocionante, de una banda que nunca dejo de pensar que hacer bailar a la gente era mas importante y vital y significativo para nuestra cultura que hacer discos “importantes” y “luminosos”. En un año lleno de retornos y discos muy buenos de bandas veteranas, este es quizás el que esta más cercano a mi corazón y el que más amo.
11. Fujiya & Miyagi – Lightbulbs
Este es el sonido de un millón de paradas de colectivos soportadas gracias al bamboleo inducido en el esqueleto de estos ingleses. Si hay algo que me gusta de ellos es el modo en que suenan tan condenadamente relajados, siempre suaves pero nunca aburridos, la manera en que tienen una sonrisa sabionda todo el tiempo en la cara, el modo en que mezclan estilos sin prejuicio, la manera en que jamás suenan exactamente lounge, ni exactamente kraut, ni exactamente funk, ni exactamente electrónica, y cuando parece que se acercan demasiado a un pastiche cambian sorpresivamente, el modo en que componen hits sugeridos, armados con un susurro, un nombre repetido incesantemente, una batería gimnástica y un bajo elástico. El modo en que parece que ni siquiera están intentando, pero componen música fresca como una sandia.
12. The Magnetic Fields – Distortion
El buen y viejo Stephin se merece el lugar en la lista que parecía que se le iba a regatear por haber tenido la desgracia de salir a principios de año (tengo el difuso recuerdo, incluso, de haberlo bajado el primero de enero). Es un disco muy muy bueno, que utiliza la distorsión como casi todos los elementos que utiliza Merrit: como una técnica para generar distancia, de cubrir las pistas hacia el corazón (o la verdad) con capas y capas de pedales y ruido de sintonizador AM. Y el ruido ambiente la verdad que combina muy bien con un disco que parece completamente dominado por la misantropía y el resentimiento, incluso el odio. Un disco que tiene frases hirientes contra las chicas de california, los homosexuales que se comportan como locas, el estúpido muérdago, los idiotas que creen en el amor, el amor en general. Como las partes del discurso que construyen dos personas enamoradas que se obscurece por el ruido blanco, la amplificación y el feedback, interrumpiendo la comunicación para siempre.
13. Kanye West – 808s & Heartbreak
Yo no le había dado pelota a Kanye jamás, así que me pareció muy asombroso, en primer lugar, encontrar el tiempo y la disposición para escuchar su último disco (y mucho de ello tiene que ver con la avalancha de genialidad que es “Paranoid”), y en segundo lugar, que me guste tanto. Me encanta su textura, la manera en que realmente suena como una vena pelada, con la voz tan procesada, quebrándose del modo en que una voz se quiebra, ridícula y payasesca, cuando uno discute o ha llorado durante horas, con esa máquinas de ritmo que hace todo sonar tan intenso como los nervios continuos y destructivos que uno siente en la cabeza, las piernas y el estómago luego de una ruptura. Me encanta el modo en que funciona como la contraparte del disco de los Magnetic Fields: si ese esta marcado por la utilización de una técnica para producir distanciamiento, este quiere usar la técnica para generar emoción cruda, y si Merritt esta preocupado con la amargura, Kanye esta preocupado por el dolor absoluto. Y de un modo extraño consigue un disco que es a la vez robótica y profundamente humano, desesperado y mecánico, sentido y alienado.
14. AC/DC – Black Ice
A esta altura del partido, cuando uno va en búsqueda de un disco de AC/DC ya sabe exactamente que va a encontrar: a AC/DC haciendo lo que saben hacer, grandes himnos roqueros sin vergüenza y con un toque supremamente fiestero, a los mismos tipos de siempre, con completa entrega a su material y a esos ritmos inmensos que los han convertido en la mejor banda del mundo para escuchar con los puños en alto y un vaso de cerveza en la mano.
Este disco es, bueno, exactamente eso. Pero la puta madre que bien que lo hacen. Uno no tiene más que rendirse ante lo directo de su música y la toxicidad de los riffs de dinosaurio de Angus Young y de la voz de Brian Johnson. El disco es un poco largo, pero esta repleto de perlas hard rock bailables a la manera de Mick Jagger, de bombas de tiempo anti-aburrimiento. Cada vez que lo escucho me mareo de tanto agitar la cabeza.
15. Of Montreal – Skeletal Lamping
A veces siento que a Kevin Barnes, en este momento de su carrera, le esta pasando lo mismo que a Grant Morrison con sus últimos trabajos superheroicos: son tan fragmentarios, rápidos y abarcadores, están tan interesados en hacerte pensar y ejercitarte sobre el arte que consumís, no simplemente utilizarlo de forma somática, que son incomprendidos y su trabajo despreciado como “un desastre” o carente de coherencia. Pero este disco de Of Montreal (que aún no termine de digerir, hay que admitir) es admirable: una obra maestra del collage y la ambición pop, con unas letras que apuntan a ese núcleo de ambigüedad sexual que siempre estuvo en el corazón del rock, tan polimorfo, tan rico en avenidas paralelas y tan católico en su aproximación a sus influencias, que solo puede ser clasificado como otra gran obra de un tipo interesado en empujar su música en la mayor cantidad de direcciones posibles y en fastidiar a todos aquellos que creen que lo tienen encasillado.
16. The Hold Steady – Stay Positive
Siguen estando aquí, y siguen apareciendo en estas listas porque, cuatro discos después, siguen siendo los mismos: un grupo capaz de aprovecharse de todos los tics de la radio FM y reprocesarlos con el corazón mas grande de Norteamérica. No hay nada realmente *nuevo* en este disco, solo el continuo crecimiento de la confianza de la banda y una veta aún más optimista que en los anteriores. Craig Finn parece por momentos desear salvar, él solo, a toda la juventud decepcionada, y cuando uno escucha canciones como “Sequestered In Memphis” o “Stay Positive” casi lo cree posible. Creo que lo que más me gusta de esta banda (en conjunción con sus letras) es el modo en que funcionan como antídoto a tanta música irónica que uno consume, su aspiración a la inclusividad, su concepción del rock como un gran estadio sing-along donde todos están invitados, su absoluta sinceridad y compromiso con la causa. Por algo son los descendientes de The Boss, uno de esos músicos a los que voy descubriendo poco a poco y cada día me gusta mas.
17. Metronomy – Nights Out
Esto es pop, esto es canción, este es uno de esos discos de electrónica que salen de la nada y se posicionan siempre entre mis discos del año. ¿Por qué? porque me hacen sentir que debajo de los bleeps, las líneas de teclado y los ruidos simpáticos están intentando decir algo, trasladar una emoción a música. Soy un amante de la música completamente sintética y emotiva que me provee, a la vez, de la relación emocional que en general obtendría de un songwriter + una buena dosis de ganchos que, seguramente, incitaran a mi cerebro reptil al baile o al tamborileo de partes corporales. Creo que es porque prefiero la sinceridad envuelta en artificialidad antes que la artificialidad envuelta en sinceridad cliché (guitarras, voces suaves, ruido de lluvia). Los Metronomy entran perfectamente en esa categoría con un disco descrito como “un mal disco conceptual sobre la idea de salir una noche y pasarla mal”, que tiene en “Heartbreaker” una de esas canciones infecciosas, repleta de arreglos inteligentes y sutiles que se multiplican, como miles de cajitas de música, sincronizándose en una composición hermosa. Un disco con corazón y líneas de bajo de mercurio.
18. R.E.M. – Accelerate
Mi relación con R.E.M. es curiosa y torcida. Comencé a escucharlos a principios de los 90, movido por su mega-estrellato a partir de Automatic For The People y saltándome por completo su etapa indie. Durante todos los 90s (los que recuerdo, al menos) seguí su carrera, escuchando todos los discos que publicaron en ese período, mi admiración creciendo de un modo sutil y subterráneo. Descubriendo sutilezas y belleza en todos ellos pero, sobre todo, en dos discos injustamente ignorados como Monster y New Adventures In Hi-Fi. Inclusive siguiéndolos durante Up y Reveal, dos discos que me gustaron en su momento pero hoy en día tengo miedo de revisitar. Pero con Around The Sun me di por vencido, y jamás hice ni el intento de escucharlo. R.E.M. parecían perdidos en las nubes del AOR contemporáneo y eso me ponía un poco triste.
Hasta este año, en el cual descubrí su maravilloso primer disco, Murmur, que me acompaño antes y después de una fallida entrevista de trabajo, levantándome el animo con canciones como «Catapult», tan frágiles y saltarinas como mi propio ánimo. También trajo un disco nuevo de R.E.M. que parece ser un intento consciente de retornar a esas raíces sureñas y jangly con una buena dosis de la agresión de Monster. Es un disco vital, emocionante y sobre todo, muscular, que por suerte abandona los lamentos bien pensantes de Michael Stipe (o, mejor dicho, los viste de nuevo, en una hermosa tela sónica) para intentar decir algo, para llamar la atención, para levantar el animo y animar a las tropas y traer esperanza, en la banda y en esta época de aceleración capitalista. Es un excelente disco, que brindó una buena dosis de combatividad y optimismo en un año por momentos difícil.
19. Girls Aloud – Out Of Control
La verdad que no entiendo porque a la gente no le gusta tanto este disco de Girls Aloud, a mi me parece incluso mejor que el anterior, con mas espíritu y renovación en su sonido y, sobre todo, con mas hits. Creo que lo que molesta es cierto abandono de su veta de gamma-ultra-pop a quantum 5 que las caracterizó durante mucho tiempo, pero creo que les viene bien una renovación, ya que ya habían llegado muy lejos en esa direcciòn. En este disco suenan con cierto aire Motown en temas como “The Promise” o “Love Is The Key” o completamente synth-pop ochentoso en “Miss You Bow Wow” o “Live In The Country” (que tiene unos sampleos de maullidos encantadores). Es un disco más tradicional, quizás, de Girls Aloud, pero me parece que la falta de necesidad de volver a innovar les permitió concentrarse en las melodías y eso, al tener tantas canciones buenas, lo vuelve irresistible.
20. Portishead – Third
Creo que la primera impresión que me produjo el disco de Portishead fue el modo en que varias de sus canciones se cortaban cuando parecían entrar en la recta final, nada de fade out ni aviso, solo el corte como si fuese un mp3 defectuoso. Creo que eso define para mi lo que siento cuando escucho Third: es un disco que a la vez parece desvanecerse en el aire (no puedo evitar verlo como una suerte-de-continuación del maravilloso disco de Beth Gibbons, uno de esos discos que realmente se ganan el calificativo de disco de invierno, destinado a ser escuchado en una cabaña en medio del bosque, sepultado en nieve) pero su desaparición es traumática, violenta, mala onda. Hay momentos preciosos y fugaces como “Deep Water” que se sientan al lado de canciones abrasivas y metronómicas como “We Carry On” o “Machine Gun”. Es un disco que por momentos te duele y por momentos te enajena, una pequeña maravilla de la atmósfera y el sonido.
21. Annie – Don’t Stop
Esta bien, admitámoslo, no es un disco gigantesco, ni es mejor que Anniemal, pero tiene algunos momentos muy excelentes, como el desafio y confianza de “My Love Is Better”, su primera canción, con sus guitarras cabalgantes; o la repetición rutinaria de sintetizador viejo de “What Do You Want (The Breakfast Song)”; o el encanto twee de “Heaven And Hell”. Es un disco impar y que sobresale por sus mejores canciones (hay un par de baladas espantosas), pero que sobrevive a la expectativa y demuestra que Annie puede superar “the sophomore slump” y que tiene suficiente personalidad para seguir enamorando a los poptimists del mundo.
Castellano.
01. Los Punsetes – Los Punsetes
Ya hable sobre ellos aquí. Es el disco del año en castellano, sin lugar a dudas. Pura actitud, personalidad, inmensas melodías, punk y gritos.
02. El Mató A Un Policía Motorizado – Día De Los Muertos
Acá esta mi reseña sobre el mismo, baste agregar que es un ep de floración, de renacimiento, de evolución, que suena como El Mató (yo creo que ya a esta altura solo les interesa sonar como ellos mismos, obstinados como son) pero al mismo tiempo lo siembra de cosas nuevas, de canciones más rellenitas, de sonidos mágicos que te hacen anhelar el fin del mundo.
03. Victoria Mil – Están Despedidos
El otro disco en castellano del año, una oda al hedonismo y a la música, las únicas dos cosas que hacen que esta vida, por momentos, valga la pena ser vivida. En continuo repeat desde mitad de año, y, además, protagonistas de uno de los mejores recitales que vi durante este ciclo terráqueo, una clase de comunión con la audiencia y de grandes canciones. Reseña aquí.
04. 107 Faunos – 107 Faunos
Que geniales son los 107 Faunos, con sus canciones de pura energía adolescente, que parecen grabadas en un verdadero garage por amigos super-entusiastas que no pueden esperar a descargar toda su felicidad en disco. “Pequeña Honduras” y “John Henry” son hits fantásticos, y todo el disco exuda una sensación de desconcierto ante la posibilidad de crecer y madurar que encaja muy bien en estos mid-20s que estoy viviendo.
05. Norma – Norma
Las mejores y más divertidas letras del año, otra banda obsesionada con el modo en que la música se infiltra en nuestras vidas, un lp brillante como un auto nuevo. Reseña aquí.
06. Shaman y los Hombres en Llamas – En El Mundo De Fuego.
Desértico, desolado y profundamente lisérgico, otro disco que encaja perfecto con el fin del mundo y la posibilidad de escapar a otros planetas. Reseña aquí.
Canciones Para Un Año Bisiesta.
Disco 01.
(bajar)
01. Fantastic 6 (Alphabeat)
02. If U Seek Amy (Britney Spears)
03. Far Away (Cut Copy)
04. My Love Is Better (Annie)
05. We Were Witchy Witchy White Women (Electric Six)
06. Peryglus Lucifer (Hemme Fatale)
07. Runaway (Ladytron)
08. Paranoid (Kanye West)
09. Polychords (Matmos)
10. Heartbreaker (Metronomy)
11. Vanished (Crystal Castles)
12. Bright Tomorrow (Fuck Buttons)
13. Night Of The Hunter (Tussle)
14. Hands In The Air (Girl Talk)
15. Repetition Kills You (The Black Ghosts ft. Damon Albarn)
16. Miss You Bow Wow (Girls Aloud)
17. Is It Love? (Marit Larsen)
18. Another Day (Jamie Lidell)
19. One Pure Thought (Hot Chip)
20. Uh (Fujiya & Miyagi)
21. Funplex (The B-52’s)
22. Lighten Up, Morrissey (Sparks)
23. I’m A Lady (Santogold)
Disco 02.
(bajar)
01. Ever Lovin’ Man (The Dirtbombs)
02. Rave Kenneth (Beta Satan)
03. Anything Goes (AC/DC)
04. Sequestered In Memphis (The Hold Steady)
05. An Ugly Death (Jay Reatard)
06. Pinta De Tarao (Los Punsetes)
07. Simple (Norma)
08. Supernatural Superserious (R.E.M.)
09. One Of Us (Wire)
10. We Started Nothing (The Ting Tings)
11. Brave Bulging Buoyant Clairvoyants (Wild Beasts)
12. An Eluardian Instance (Of Montreal)
13. Good Old Vinyl (Jim Noir)
14. John Henry (107 Faunos)
15. Los Niños (Shaman Y Los Hombres En Llamas)
16. Mi Próximo Movimiento (Él Mató A Un Policia Motorizado)
17. Never Stops (Deerhunter)
18. Hola (Monoambiente)
19. La Vagancia Es Sagrada (Victoria Mil)
20. Un Verdadero Cajón De Madera (Banda De Turistas)
21. Home (David Byrne & Brian Eno)
22. Mi Otro Mundo (Abducidos)
23. Please Stop Dancing (The Magnetic Fields)
24. The Rip (Portishead)
25. As My Mother Lay Lying (Jonathan Richman)
(sí, ya se que las longitudes son más largas que un cd, no se hagan los vivos, si todos escuchan su música en digital).