Berlín. Música
En total fui a 3 conciertos mini-festivales. El primero fue muy simpático, en una especie de lugar ocupado cerca de Ostkreuz, el escenario era una especie de escenario móvil, hecho por varias secciones, una cada vez más pequeña que la otra, que se podían “plegar” y de esa forma transportar fácilmente de un lado a otro. Era un mini-festival feminista y queer para juntar plata para una banda a la cual la habían cagado en una aduana o similar. La entrada era baratísima (4 o 5 euros, creo) y de regalo te daban un vasito con gelatina de vodka. Allí vimos a 3 bandas, destacó una cantante folk inglesa con muy buena voz, que tocaba con guitarra, looper y un casiotone. Por suerte no caía mucho en clichés y todo lo usaba muy bien. Las otras bandas eran bandas más bien indies, con algo de noise, algo de indie, etc. Lo mejor era el ambiente, que era algo muy suelto, cómodo y buena onda, no muy diferente a cualquier toque de por aquí.
El segundo fue el Indie Pop Festival vol.2, que eran 3 días y que fuí al segundo exclusivamente para ver a los Wave Pictures. En total eran como seis bandas, el precio era más o menos razonable, quedaba a 3 cuadras de donde nos hospedabamos en Kreuzberg así que fuí. De paso, podía conocer a las otras bandas e interactuar con gente.
Todo el festival estuve bastante incómodo. La gente estaba toda bastante lookeada en plan indie-60s-coqueto-belleandsebastianero y demasiado prolijo. La cerveza era cara. Y las bandas, bueh..
La primera se llamaba Sorry Gilberto y no estaba mal, pero nada: Indie pop a cara de perro, con guitarra eléctrica, farfisa, melódica.. ¿ya pueden adivinar el resto de los instrumentos no?.. Sí! Casiotone! Glockenspiel! Ukelele! Las canciones eran lindas pero nada, era todo medio Juno.
El segundo era un flaco que tocaba la acústica y el ukelele. Todos temas rapidítos y “simpáticos”. Al principio me cayó bien ya que introducía los temas con frases onda “this song is about being drunk, and horny”. Después tocó un tema que se llamaba “Awesome Show” que medio explicaba todo lo que me rompía las pelotas de lo que pasaba en esa movida. La letra hablaba básicamente sobre lo copado que era ver un “awesome show by an awesome band” y terminaba en el tercero verso admitiendo que “aunque esto de tocar en vivo esta bueno, es mejor ver un gran show de otra gran banda”. No se flaco, sí opinas realmente eso, dejate de joder. Bajate del escenario y anda a un festival a ver otra banda.
La siguiente banda se llamaba Krystallin o algo así y fue deprimente. Una banda de gente más “grande” (35-45 años), y el librito decía que eran medio onda The Wedding Present. Eran increiblemente desprolijos, pero en el mal sentido: Pifiaban y el batero arrugaba y cortaba el tema por la mitad. Y arrancaban de nuevo. Lo hicieron com 4 veces, cosa que no veía desde algun show punk rasca en La Comuna. A uno de los guitarristas se le apagaba la guitarra y empezó a sacar pedales hasta que termino tocando directo enchufado al equipo. El cantante no era malo y se notaba que algunos temas tenían pila de potencial, pero era TODO muy igual. El baterista, sin exagerar, jamás toco el charleston. Todos los temas eran ride al palo. Me dejaron una sensación muy incómoda, me fuí antes que terminaran, me compré una birra y me puse a charlar con unos españoles, que parece que tocaban en el día siguiente en el festival. El guitarrista era un gordito simpático con una remera de The Field Mice que era una mezcla perfecta entre Matthew Perpetua y nuestro querido compañero Amadeo Gandolfo.
La cuarta banda estaba muy bien! Eran italianos, se llamaban Young Wrists y me recordaron un poco a unos Black Tambourine más climáticos. El guitarrista era muy bueno, el batero era GENIAL (tocaba parado, chancha redoblante pandereta, tocaba fuerte y le metía toda la onda). La cantante quizás era lo más flojo pero hacía el trabajo bien. Era todo bastante oscuro y fue un poco de aire puro en el show.
La penúltima no recuerdo el nombre, pero era su primer show , y eran una superbanda salida de dos bandas dream-pop de por ahí. Eran un embole todo suave y blandito, escuché 3 temas y me fuí.
Al rato cayeron los Wave Pictures, todos apurados y sin caras de muchos amigos, llevando los instrumentos. Su show fue brutal, y eso que tocaron todos temas que yo no conocía (presentando su nuevo disco, que todavía no escuché), pero igual fue buenísimo. Tocan fuerte, el cantante David Tattersall es muy carismático y aunque estaba en plan de “sólo vine a tocar” eran demasiado buenos y bueno, la banda entregó. Dos cosas que no me esperaba: 1) El batero canta muy bien, hubo un tema que salió de la batería a cantar un tema y fue excelente, seguro canta varios temas por disco, su timbre es parecido al del cantante aunque un poco más grave, y 2) David es uno de los guitarristas más alucinantes que vi en mi vida. Tocó con una vil Squier, sin pedales, y manejaba todos los sonidos subiendo y bajando el volumen de la guitarra. Rítmicamente era hiper preciso, soleaba perfecto, y nunca quedaba ese hueco de Power-Trío donde tenés la sensación de que te falta un instrumento.
Terminaron el show y desaparecieron rápidamente. Yo me pensaba retirar pero los chicos españoles que me había encontrar me agitaron a que los apoyé porque después de los shows de bandas y antes de la fiesta había una ‘Pop Quiz’. Eso mismo, amigos: Te ponían temas y tenías que adivinar el artista, o el nombre del disco, o el nombre de la canción. Era RE nerd y me dio un poco de vergüenza, aunque no puedo decir que no me divertí. Generalmente sonaban los primeros segundos y la gente saltaba gritando el nombre como desesperada. Agregué un puntito a mi grupo con “So long, marianne” de Leonard Cohen.
Nuestro grupo creo que quedó 4to y me gané un pin.
Cuando salí, en un bar a dos cuadras estaba Tattersall tomando una con unos conocidos. Lo saludé y lo felicité por el show.
El tercer festival al que fuimos fue un día de Drop Dead Festival, un festival con tendencias darkies que duraba seis días. Fuímos al segundo, donde tocaba Mueran Humanos, la banda de Tomás. El lugar donde se hacía el festival era genial, un lugar que antes se llamaba María, al borde del río Spree, un edificio enorme con 2 pistas y 2 lugares donde pueden tocar las bandas, y al costado varias salidas donde podías acceder a una pequeña “ramblita” donde la gente se acomodaba y fumaba.
Por supuesto, estaba todo repleto de góticos y techno-darks y piercings y enchulamiento y muchísimo negro y corsets PERO ADEMÁS había bastante gente vestida totalmente normal, o bizarros (recuerdo un gordito con unas orejas de gatito rosadas en la cabeza y vestido con una remera hippie, un capo). El ambiente dentro de todo era bastante agradable y cómodo. En las pistas pasaban mucho dark ochentero y cosas que parecían los smiths pero no eran, y los darkies bailaban felices por ahí. Parece que acá los góticos son gente copada.
Vimos sólo a un par de bandas del festival. Llegamos un poco tarde a Mueran Humanos, los siguientes eran unos que pensamos que eran rusos pero eran Lituanos: Un dúo de guitarra y cantante con bocha de pedales efectos y samplers tirando bases. Era todo bastante base repetitiva, riffs podridos y con sonido estéril de guitarra, ruido, y cantada-rappeada en lituano (supongo) con la voz con efectos. Todo medio festivo-pero-está-todo-mal, los temas por suerte eran sorprendentemente variados y eso lo volvió entretenido. El última tema fue una especie de ataque noise (noise del electrónico y jodido) con gritos que estuvo muy bien.
Fuimos a la otra sala, había dos chicas paradas en el escenario con una especie de pañuelos/velos en la cara. “Estará por empezar el show, supongo”. Pero el DJ seguía pasando música. Al rato se sube un flaco vestido todo de remera hippie y con el mismo velo, se acerca a una compu y tira como una base muy leeeenta y fracturada. El flaco se pone a cantar con auto-tune y las chicas se ponen a hacer una coreografía al lado de él. Al rato caí que lo que estaba presenciando era lo que me habían descrito hace unos días: El flaco este hacía Witch-House, el género ese pitchforkiano que había escuchado nombrar medio en burla. Escuchamos 3 temas, nos morimos del embole y nos pelamos a la mierda.
La siguiente banda era copada, unos franceses alemanes llamados Ania et le programmeur. Era como un rock con base electrónica bastante intenso, el cantante era bueno y cantaba en un rango alto, nada de esas cosas guturales a lo que uno esta acostumbrado. Tenían partes climáticas densas e intensas, rozando lo godspeed you black emperor. Y tenían un flaco que hacía play-back con una batería electrónica, que me pareció muy simpático. En ese show nos cruzamos con Tomás y Carmen y nos dedicamos irremediablemente a ir al backstage (el backstage era del tamaño de cualquier boliche grande de acá!) a mamarnos y comer galletitas (había galletitas, papas, fruta y pila de cosas, como en los backstage pro!). Pasó un buen rato, al salir del backstage escuchamos los últimos compases de una banda en plan Le Tigre pero más politizada y con batería más al palo. Meh. Dimos un par de vuelas, decidimos ir a otra fiesta y ahí se acabo nuestro período de recitales.
Hablando unos días después con Tomás, y contándole sobre mi experiencia en los festivales, me contó que la escena dark-gótica es mucho más abierta y copada que la escena indie, digamos. Que tocan un montón de bandas re distintas, hay poco reviente (léase drogas), y la gente baila y pasa un buen rato, es muy saludable. La escena y bandas indies por otro lado son mucho más rígidas y es como algo totalmente importado, con poca personalidad. Ponele que no fuí a tanto show para poder confirmar eso, pero la sensación que me dió fue esa. Me quedaron pendientes ver a Kurt Vile y Blonde Redhead, ambos shows que me perdí por no haber sacado entradas anticipadas.
El próximo post es en unos días, y son más que nada últimas generalidades sobre Berlín y algunos de los lugares que visité. Salut!
Munich. La Vida Burguesa.
Cuando vimos que con Javier ibamos a estar las mismas semanas en Alemania, manejamos dos opciones: O el se iba a Berlín o yo me iba a visitarlo a Munich, ciudad en la cual vivió 5 años. Me decidí por lo último, así de paso conocía otra ciudad, justamente la capital de Bavaria y ciudad simbólica del sur de Alemania.
Munich es un poco Cliché: La Ciudad. Todos los preconceptos pelotudos que uno puede tener de lo que es Alemania estan aquí. La gente vestida con ropa típica (como si la gente que no es gaucha se vistiera de gaucho en pleno 18 de julio), los Biergarten repletos de gente pretzels y jarrones de cerveza, el órden y la prolijidad impecables, la tradición combinada con lo moderno, Munich al mismo tiempo es totalmente opuesta a Berlín, ambas ciudades como la cara de la misma moneda.
En Munich no podes cruzar caminando con el semáforo en rojo. Te multan. Mucho menos se te ocurra en hacer eso en bicicleta. Multa de nuevo. Los policías se divierten escondiéndose en lugares estratégicos donde la gente la caga andando en bici para multar a un montón de gente e irse. En los 3 días que pasamos, solo luego de largo titubeo nos hicimos los valientes y cruzamos caminando con roja – a las 10 de la mañana, con la calle desierta -, para ir a un museo.
En Munich hay casi la misma población que en Montevideo, y el tamaño de la ciudad es similar. El transporte público (aunque un poco más caro) es BRILLANTE y te podes mover para todos lados rapidísimo y comodísimo.
En Munich hay mucha plata. MUCHA. Me podría considerar la persona menos interesada en los autos del planeta, pero se te cae la boca cada un rato viendo la cantidad de porsches y autos totalmente alucinantes. Acá ir paseando por una calle semi-céntrica y que por al lado te pase una Ferrari espectacular es común. Pasamos por una zona con tiendas donde vendían trajes que llegaban fácil a los 10.000 euros, y relojes de 25.000. Y tenías esos precios ahí, en la vidriera.
En Munich nos quedamos en la casa de Tom. Tom vive en una casa que aparentemente es una anomalía para Munich: Una casa de sus abuelos, GIGANTE (3 pisos, con jardín) que fue dividida y viven varios integrantes de la familia en distintas partes de la casa. Tom estudia lingüistica, habla español perfectamente (habla como un porteño total, a decir verdad), y su tesis fue sobre el Portuñol de Rivera. También toma mate. Su casa (o más bien, su ‘sección’ de la casa) esta toda hermosamente decorada con un montón de muebles y objetos increíbles: Ventiladorcitos siemens, Tocadiscos Braum de los 60s, muebles vieneses de principios del siglo XX, una cámara Leica, un piano americano de salón de 1920 y quien sabe que otras cosas más. Según Javier: «Tom podría ser considerado a primera vista un snob insoportable, pero te das cuenta que en realidad es su pasión el decorar y conseguir objetos interesantes. Además sus muebles, los ventiladores, las cámaras, son todas cosas que él usa». Tom siempre esta vestido impecable, aparentaba ser todo un Ladies Man y tiene un ligero aire a Britt Daniel de Spoon. Fue el primer alemán que conocí y fue muy agradable intercambiar y discutir sobre varias diferencias culturales que podemos tener.
En Munich comí de la mejor comida que comí en toda mi puta vida. Una pizza siciliana con queso gorgonzola y unas aceitunas increíbles. Helado – también Italiano, obvio – con una cremosidad religiosa, y una especie de milanesa tradicional bávara recubierta de pan mostaza dulce y no se que más que me hizo perder unos cuantos meses de vida seguro, pero puta que vale la pena estar vivo, carajo.
En Munich los jóvenes se juntan en las plazas de noche y guitarrean temas populares. O sea, «I Will Survive» de Gloria Gaynor, obvio.
En Munich nos cagamos de calor. El Domingo decidímos pasear por el parque inglés y terminamos bañandonos en el río. Bañarse en el río, toda una experiencia: Hacer la plancha implica que la corriente te va a llevar a una velocidad equivalente a ir corriendo. El piso es de piedras y te puede lastimar muy fácilmente. El agua es dulce y se puede tomar sin problemas. La gente alrededor suele hacer nudismo, aunque desgraciadamente quienes lo practican suelen ser personas de más de 65 años.
En Munich TODO el mundo es hermoso y porta un cuerpo escultural y perfecto esculpido por una generosa selección genética y años de gimnasio. Veía una pancita y me emocionaba. Los alemanes, además, aprovechan cualquier momento de sol para salir como desesperados a recibirlo. Esto puede causar situaciones incomprensibles para nosotros, como que si hay sol prefieran almorzar abajo del sol, sin sombra, y esten ahí horneandose, cayéndole las gotas de sudor, comiendo su pantorrilla de cerdo con papas. Otra imagen un tanto triste que tienen son unas pequeñas playas que los alemanes deciden poner en el medio de la ciudad. Onda tenés una barra, barcito, tirás un montón de arena y la gente hace que esta en la playa, ponen sillas y estan ahí en patas. Te dan ganas de darles un abrazo.
En Munich vi un bizarrísimo memorial dedicado a Michael Jackson, ubicado enfrente a un Hotel donde él se había hospedado. lo más complejo es que el memorial esta colocado encima de la estatua de otro músico famoso, que fue invadido por los fans del rey del pop y listo. La cantidad de cartitas kitsch y fotitos, dibujitos e ilustraciones es maravillosa. Observación al mango: Cuando los alemanes se ponen terrajas, son los más terrajas del universo. Es fantástico.
En Munich sufrí una feliz resaca. La diferencia en la graduación alcohólica de la cerveza te cambia la relación entre cuanto tomes y cuanta resaca tengas. Paso esto: Estabamos en un bar tomando y tomando cuando mis compañeros empezaron a pedir Coca Cola. «Qué blandos!», pensé. Cuando llegamos a la casa, me dijeron «Che, tomá agua y comé algo que mañana vas a estar destruido» «Eh pero no estoy tan borracho, ¡Estoy bastante bien! hablo perfecto hago todo perfecto, no tomé taaanto, ¿Qué onda?» «..No, en serio, acá es distinto». Efectivamente, al otro día tenía una resaca importante, una resaca rara, pegajosa, que iba a venía de a pequeñas olas y que duró casi todo el día. No podes hacer la típica de una cerveza y otra y otra y otra porque al otro día simplemente morís. Cuando salís de noche, pensás en la mañana del otro día.
En Munich parece que la gente no come. Onda, comen una sola vez por día. No desayunan, toman un café o algo así, pican un poco, para luego tener solo una comida entre las 5 y 7 de la tarde. Es raro, pero parece que todos se comportaban así. Con razón se mantienen en forma, supongo!
En Munich vi mucha menos variedad de gente que en Berlín, o al menos menos outcasts, menos jóvenes y gente mejor vestida. Munich, además, es una ciudad notoriamente más cara, al menos el transporte y la comida. Pero sobre todo el ambiente. Esa sensación de libertad, de comodidad caminando por la calle, nunca la tuve.
En Munich pase totalmente genial, pero la ciudad, como ciudad, me resulto mucho más incómoda que Berlín.
Praga. Turismo.
Aprovechamos unos días libres que tenía Chichi para irnos a Praga, luego de solo dos noches en Berlin. Nos levantamos temprano y fuimos a la Berlin Haupbanthof (la estación principal de tren, una construcción maravillosa con 5 pisos y dos lineas de Tren, una norte sur y otra este-oeste).
El viaje en tren fue lindo y caluroso, y el paisaje es genial, yendo por el borde de un rio con montañas a ambos lados y pequeños castillos y construcción militares en sus puntas. Por la orilla del rio ya se notaba que estabamos en otro país, con un montón de edificios claramente socialistas y todos los carteles en checo.
Luego de 4 horas llegamos a Praga. Salimos de la estación, y empezamos a caminar en camino al Hostel donde habiamos reservado unas camas. Ibamos caminando panchos cuando de pronto nos cruzamos con una maravillosa torre gotica y negra que salia por detras de todos las casas y callejuelas como si nada y nos pegó como trompada «..oook, así que esto es Praga».
Empecemos por lo obvio, Praga es estúpidamente hermosa. Todo es lindo y maravilloso, las ventanas, carteles, techos, estatuas, decorados y motivos en cada edificio, todo todo todo es genial. La parte céntrico-turística (digamos, lo que es la ciudad vieja y los alrededores del puente) no pueden MAS y esta todo impecablemente conservado, con muchas construcciones de muucho antes de que existiera Uruguay, arquitectura que ni a palos hay en otras partes del mundo. Pero no pasó mas de media hora para darnos cuenta de que habia un GRAN problema en esta ciudad con lo cual no estabamos comodos: Los turistas, o sea, nosotros. Llegamos en temporada alta y las calles estan repletas de gallegos porteños estadounidenses ingleses griegos alemanes uruguayos japoneses y coreanos etc. Creo que vimos más gente extranjera que gente nativa de República Checa. Esto causa que todo en el centro sea bastante caro, todos los locales de esa zona sean turismo-oriented y todas las calles estén llenas de gente que te pecha empuja y sacar una foto a algo sin que aparezca otro turista sacando una foto sea casi imposible..
Y nada, prefiero mil veces perderme entre todo el mundo y vivir un poco la «vida normal» deuna ciudad, hacer lo que ellos hacen, recorrer las mismas calles, no se, empaparse un poco de su mundo. Es mucho más lindo encontrarse un objeto extraño en una feria que comprar un souvenir pedorro o una botellita de absinthe en uno de los ocho mil locales que se dedican a vender esas cosas. Pero es imposible. Y tambien me fue imposible evitar una sensación media amarga de que el mayor problema del lugar y lo que afeaba todo mas eramos nosotros mismos.
En fin, turismo: Recorrimos la plaza principal, cruzamos el Puente Carlos (la estatua de la libertad de Praga, ponele), vimos el Reloj Astronómico (es la puta gloria), nos cagamos de calor, visitamos varias catedrales, nos perdimos en decenas de callejuelas y nos dormimos una pequeña siesta dentro del castillo, supuestamente el castillo más grande del mundo pero que carece de tal gracia ya que se trataría simplemente de una pequenia villa dentro de la ciudad. De noche fuimos a un pubcito llamado Cross Club, con un ambiente muy agradable y una decoración totalmente genial. Era básicamente un pub Steampunk, lleno de engranajes, leds, canerías y tubos, algo que podría ser re terraja pero estaba muy delicado y lindo. En la zona del boliche tenías esa decoración combinada con arboles, adentro la misma decoración pero más elaborada (las piezas y engranajes se movían!) y abajo se podía bailar, lo que parecía ser mucho drum n´ bass y electrónica al palo. Aparentemente, esa música sigue explotando y esta totalmente viva y coleando acá en europa del este.
Algunas pequeñas observaciones: El valor de la corona checa y el peso uruguayo son casi equivalentos. Eso hace que cualquier cálculo para comer sea una papa. Ademas, Praga puede ser muuy barato, especialmente para comer y beber. El medio litro de (deliciosa) cerveza esta unos 30 o 40 coronas. Podes comer prolijo en un bar-restaurant super digno por 100-150. Y la comida esta muy muy bien. La gente en general es muy agradable y se intenta entender bien en inglés. Ante la duda, la gente sonríe. Lo que dicen sobre la belleza de las mujeres en Praga es totalmente cierto: Tienen unos rasgos preciosos y un no-se-qué tremendo. Para Parece ser algo totalmente genético. El subte de Praga es fantástico y tiene las escaleras mecánicas más terroríficas que vi en mi vida: van muuy rápido, son muy largas y van en un ángulo bastante más empinado al que uno esta acostumbrado. El sistema de transporte (como el de Berlín) es lindo y funciona muy bien. También yo pude experimentar lo que es la verdadera vida en un hostel (tm), conociendo un montón de gente de por ahí, gente de sudáfrica, eslovenia e – inevitablemente – argentina. En Praga vimos también muchos Douchebags (de verdad!) y también pude presenciar algúna situación sórdida y douchebag que no voy a detallar pero implicaba gente durmiendo, gente desnuda y gente sacando fotos.
Al siguiente día me quede solo y luego de pasear un poco y tomar un poco en distintos bares aleatorios de por ahí. Fue el primer momento de «viajar solo» y estuvo buenísimo. Estar rodeado de gente en un bar ruidoso causa el mismo efecto por oposición que estar en un lugar sereno y vacío. Y siempre que uno viaja para cualquier lado, también viaja lo mismo para dentro. Al otro día muy temprano compré algo para comer y tomar y me preparé para un viaje de 6 horas en tren para Múnich, que terminó siendo bastante más interesante de lo que esperaba.
Berlín. Primeras impresiones.
Estuve pensando bastante cómo comenzar este post, especialmente luego de haber visitado también otros lugares. Creo que la forma más adecuada es narrando las primeras horas que estuve en Berlín, horas que viví mareadísimo por el jet lag y que pasé dando tumbos, sintiendo que me desmayaba en cualquier momento.
Lo primero que hice fue ir a la casa de mi amigo Tomás, con quien charlamos mucho, tomamos unos mates, comimos pizza y luego simplemente salimos a dar una vuelta, conociendo un poco el barrio donde él vive, Neukolln. Lentamente pasamos por varios canales y puentes, y nos perdimos muy tranquilamente para luego ir yendo a un parque cerca de ahí llamado Treptower Park.
En todo ese trayecto, charlando y observando la gente, las calles y los locales de a poco fui viendo las particularidades de Berlín así como de Alemania, especialmente aquellas que definitivamente no me esperaba encontrarme.
Lo primero y más impactante sobre Berlín, para mi, fue su ritmo. Es la capital de Alemania, una ciudad enorme, y sin embargo es una ciudad muy, muy tranquila y apacible, al ritmo de Montevideo o aún menor. Es una ciudad construida para unos 8 millones de personas pero que tiene tan solo unos 3 millones, entonces da una sensación muy linda de estar ligeramente vacía. No hay muchos autos, ves gente en la calle pero más bien poca, nada de locura desenfreno y velocidad. Fueron pasando las horas y me sentía muy cómodo, casi demasiado.
Lo segundo, que es bastante obvio porque en Alemania es bastante conocido, es su lado «Green», o sea, ecologista. Berlín esta repleto de parques, hay muchos, enormes por todos lados, y son bellísimos y muy desprolijos, en el buen sentido: El pasto no se recorta, y dejan que todo crezca de forma salvaje. Cuando cruzabamos Treptower Park, pudimos ver a un maldito castor nadando apaciblemente por el río. Y estaba yendo a SU DIQUE, que construyó ahí re pancho en el medio del parque. Y ahí te das cuenta que estás en Berlín, capital de uno de los países más ricos del mundo y ahí un fucking castor se copa en hacerse su diquecito totalmente old-school sin problemas.
En Berlín la bicicleta es reina, y hay bicisendas por doquier, que son una calle más y cubren toda la ciudad. Viejos, Empresarios, Jovenes, Inmigrantes, Chetos, Tatuados, tooodo el mundo anda en bici y hay bicis atadas por todos los lugares posibles. Y obviamente la variedad de gente que te cruzas por todos lados es totalmente radical, desde viejos punks que van con toda la dignidad del mundo, pasando por cuasi modelos hermosas vestidas impecablemente, y universitarios comunes y silvestres, y lo mejor es que podés ver un bar y estan todos sentados uno al lado del otro tranquilamente.
Todo esto del lado «Green» de la ciudad con la gente que la habita me llevó a otro concepto que tampoco me esperaba y me impactó mucho, que es básicamente los hilos invisibles que mueven al país y la sociedad, y la política.
Digamos que Alemania es un país mucho más socialista de lo que podríamos considerar a Uruguay o Argentina. Si no tenés laburo, si no tenés un mango, el estado te da plata: De cualquier forma esa plata vas a gastarla en el alquiler, en comida, en servicios: Es plata que es re-invertida en el mismo país. Es muy simple. Si estudías, te pagan, porque bueno estás ESTUDIANDO y lo necesitas para vivir. Por decirlo de una forma, Berlín me pareció muchísimo más compatible con cómo yo siempre pienso que deberían ser las cosas. Hubo un montón de situaciones de escuchar y ver cosas y decir «Claaaro! las cosas acá son como tienen que ser!»
Obviamente no es todo hermoso acá, doy un ejemplo de cómo el sistema tan rígido puede ser un verdadero problema o ser un tiro que sale por la culata: En Berlín, por ejemplo, estan prohibidos los locales en la calle. Pero, legalmente, vos si tenés algo en tu mano lo podes vender. Entonces – esto es increíble – hay puestos de locales de panchos donde el vendedor lleva el puesto ENCIMA SUYO, como una especie de carrito que lleva encima suyo y pesa una tonelada. Y cómo no fuese suficiente, otra norma obliga que cualquier local tiene que tener un tacho de basura, entonces el pobre hombre/local de panchos lleva en su espalda UN TACHO DE BASURA, en forma de mochila. Son dos leyes que de por sí podrían ser totalmente benignas y que juntas crean una atrocidad cómo esa, y no da para nada.
Otro tema mucho más jodido sobre Alemania es el sistema educativo. A rasgos básicos es algo así: A los 10 anios de edad, por un método de examenes y un poco arbitrario, se decide que qué tipo de carreras podés hacer. Son tres opciones, una es la Universitaria, otra sería para trabajos «White collar» y una tercera para trabajos «Blue Collar». Hay posibilidades de pasar de una a otra, pero requieren de cualquier forma terminar tú carrera y luego estudiar unos anios extras que te permitan entrar en las otras «categorias». Esto termina siendo un sistema super segregario donde la gente blue collar ni a palos se dan con otra gente white collar, viven en otros barrios, consumen otra cultura, etc, etc. Es rarísimo y bastante heavy, además de que nos rompe las pelotas a nosotros que tenemos tan en la piel el concepto de «Libre albedrío»(que la mayoría de las veces no es tan así, ya que no cualquiera puede estudiar hasta los 28 anios sin trabajar para ser médico, peeero..).
Sin embargo este sistema cuasi-medioevo tiene sus ventajas: Los trabajos manuales son carreras muy profesionales, digamos, y se pagan bien. El promedio de vida de los pintores, obreros, etc, es bastante más alto que al que estamos acostumbrados. Son carreras respetadas además, y también causan que todo este construido IMPECABLEMENTE: Las calles, los edificios, todo esta en otro nivel ya que eventualmente esta todo armado con gente que estudio 10 anios para hacer todo perfecto. En Munich llegué a ver obreros colocando baldozas en la calle y era un proceso super metódico y lento, colocando el nível y martilleando delicadamente para que el piso quede perfecto.
Por último y para cerrar este post de primeras impresiones, es fascinante cómo uno puede ver la historia reciente en las calles, en los monumentos, en todos lados. Acá podés encontrar estatuas con rifles, metralletas, de eventos que ocurrieron hace muy, muy poco. Y no hay monumento más ejemplizante de esto que el Treptower Park, un monstruoso parque a lo Taj Mahal que funciona como cementerio para unos 4000 soldados rusos que murieron en la guerra. En el centro del parque encontramos una estatua GIGANTE de un soldado, con una bebé en brazos, y con una espada rompiendo una esvástica bajo sus pies. Alrededor, un montón de placas con frases de Stalín. No solo es increíble que haya un monumento soviético en Berlín (sería el equivalente a encontrar en Paraguay un monumento feliz refiriendo a la guerra de la triple alianza) sino que además impacta la grandilocuencia de todo ese parque. Es un monumento creado para que duré mil anios, construído hace 50, y que es todo un homenaje a una ideología que ya no existe ni seguramente tenga validez jamás.
Esto es por ahora. Lo próximo será sobre Praga, Munich y seguramente un poco más sobre Berlín y las particularidades de Alemania en general.
De cómo llegar de Montevideo a Berlín en 20 horas.
(con este post comienzo una serie de tuits vacacionales, durante un par de semanas. )
lunes 15 de agosto
10:01 – Todo listo en el aeropuerto. Tenía un pánico importante, no paraba de pensar:»Seguro tengo un problema, me olvide un papelito, imprimir algo, no se». Pero no, me pidieron cédula y nada más. «Retirás el equipaje directo en berlín?», «Sí» y listo. Me tomo un café.
10:06 – De chico viajé en avión un par de veces por LAPA, te tomabas un bondi hasta colonia y luego un avioncito te llevaba a Ezeiza. el viaje duraba ONCE minutos, y era muy ridículo, aunque igual emocionante cuando uno tiene ocho años.
10:27 – Tengo que esperar una hora más. Me aburro y ya me recorrí el muy minúsculo «museo de la aviación» con dos aviones y dos pequeñas vitrinas mostrando algunas cosas. En fin.
11:24 – Pre-embarque. Interesante el depósito con decenas de encendedores y navajas que tuvieron que ser descartados para poder pasar.
11:49 – El aeropuerto nuevo de carrasco es muy lindo. Está lleno de brasileros. Y esta lleno de iPads. Me imagino que el momento de máxima utilidad de un iPad es en una sala de espera de un aeropuerto.
11:52 – Llaman para el embarque. Voy.
11:59 – El avión es un bondi! 2 filas de asientos de cada lado y listo.
12:12 – El senior que tenía al lado decidió irse a otro asiento preferencial por el cual le cobraron 25 dólares. wtf.
12:20 – Hermosa la sensación de despegar. ver la ciudad como un Sim City, cruzar las nubes, ver todo blanco, luego una colcha de nubes arriba y otra debajo. I´M SITTING IN THE SKY!
12:27 – Ok esto del cambío de presión y que se tapen los oídos constantemente no se si es tan copado.
13:30 – Torpe intento de dormir en este vuelo de dos horas. imposible. de a ratos, abro infantilmente la cortina de la ventana para veríficar que sí, que estamos volando. Pasan las azafatas con un free-shop a bordo en un carrito. Curioso.
13:40 – Avisan que va a haber turbulencias. Mmm.
13:50 – Las turbulencias son unos sacudones de segunda. Meeh.
14:20 – DIOS MIO SAO PAULO ES GIGANTE. Estamos por aterrizar.
15:20 – Ya tranquilo en la espera del siguiente vuelo. Luego de un episodio largo de «waarggh estoy en brasil no entiendo nada a donde voy que hago que onda con el equipaje» está todo en orden. El aeropuerto de Sao Paulo es bastante feo, la verdad, una especie de 3 cruces enorme y ruidoso. Acá ya nadie habla español y tuve que empezar a tirar fruta en inglés en un par de ocasiones.
16:32 – Ya dentro del avión de Lufthansa. Está lindo. Tengo de esos monitorcitos para ver películas, una almohada y una mantita. Me tocó justo sobre una de las alas del avión.
16:44 – Esto ya es distinto. Todo el staff, indicaciones, carteles, estan en alemán, así como mis compañerosde vuelo. De nuevo parece que todo el mundo tiene iPads.
17:20 – Ya en el aire de nuevo. es un viaje de 11 horas y media, con destino Munich (o «Muniqui», como le dicen en portugués, me encantó). El piloto habla de una forma re descansada y relajada, como si en vez de pilotear estuviera tirado en una playa tomando un jugo de mango. Habla en aleman, inglés y portugués.
17:23 – La selección de películas que se yo. Al menos esta Kung Fu Panda 2. Si llego a estar MUY embolado, también esta Thor.
17:24 – La selección de música es bastante más interesante. Hay Einsturende Neubaten! Kraftwerk! Brian Eno! La Velvet!
18:30 – Mirando Kung Fu Panda 2, tomando vinito, y comiendo unos pretzels con un sabor muy raro. Good times.
19:30 – Al parecer, el itinerario del viaje va acorde al cambio de horario alemán. O sea, estamos cenando. «Carne o Pasta?». «Carne». Unos bifecitos con una salsa agridulce, un poco de arroz, zanahorias al horno y chauchas, y un poco de ensalada con jamón y un flancito de postre. Y más vino. Esta muy bien. Entre los cubiertos hay un «Spork» (mezcla entre cuchara y tenedor)!
19:58 – 3era copa de vino y ya me estoy mamando. O al menos esa va a ser la excusa que voy a decir para explicar porque casi pianto el lagrimón con el final de Kung Fu Panda 2.
20:28 – Me tiré vino como 2 veces encima. Pensé que estaba en pedo hasta que observe el vaso y pasa que el avion se mueve bastante, es eso. Faltan como 8 horas de vuelo y en cualquier momento palmo.
23:30 – Ok… dormir se esta complicando. Esto no es como un bus a colonia – los asientos no se hacen cama -, entonces es más incómodo para dormir. Terminé viendo Thor. Una cagada. Loki es el villano más berreta de la historia? Me duele la cabeza.
23:34 – Descubrí la razón por la cual me sigo tirando vino encima y es tan vergonzosa que mejor me la voy a guardar para mi.
martes 16 de agosto
2:51 – Bleerrggh. Dormí, o algo así. Ya es de día, y estamos supuestamente en algún punto entre España e Inglaterra. Mirá vos. Llegamos en dos horas.
3:01 – Las azafatas reparten unas toallitas tibias, mojadas con un jabón. Son medio desagradables, pero cumplen un buen propósito para lavarse las manos y refrescarse un poco. Hay cinco horas de diferencia. llegaremos a las cinco, pero en alemania serán las diez.
3:31 – Terminé de desayunar. Un omelette, unas papas al horno, una curiosa salchichita, pan, queso y mermelada para untar, un poco de yogur de frutilla, y algo de fruta: sandia, uvas y melón. Y así, damas y caballeros, es como Ezequiel descubre que en realidad le gusta el melón!
3:38 – Volamos sobre Francia a poca altura. se ven los campos y casitas. Según el mapa, dentro de un rato pasamos justo encima de Paris. llego a ver la Torre Eiffel y me viene algo.
3:49 – Esamos arriba de Paris. Putas nubes del orto.
(en este momento decido cambiar la hora al horario alemán, así que..)
9:10 – Por aterrizar en Munich! A lo lejos se ven montañas. Me preocupa un poco el hecho de que solo tengo una hora entre que aterrizo y el próximo (y último) vuelo.
9:49 – Aterrizamos. OMG estoy en Europa y eso.
10:24 – Pre-boarding para el vuelo a Berlín. Varias cosas. Apenas bajé un señor me agarró y me pidió el pasaporte. Luego siguio interrogándome: De donde venía, porqué venía, con quien me quedaba, si tenía los pasajes completos, etc. Para ser una rotura de huevos, fue bastante amable. Luego el mismo episodio en Passport Control. No se bien porqué, pero me volvieron a preguntar de todo y me tuvieron unos minutos ahí. Supongo que por el hecho de ir sólo. Dudo que mi aspecto sea un problema, ya que adelante mío iba una especie de Slavoj Zizek mas comunista y guerrillero y pasó al toque.
El aeropuerto de Munich es gigante y hermoso. Super cosmopolita y ya puedo ver gente de todo tipo forma cara y tamaño. En el control de seguridad no me dejaron pasar un shampoo porque «era demasiado grande». Chau Pantene.
10:49 – HACE CALOR. Ya estoy en el tercer vuelo. El avión tiene un tamaño exactamente en el medio entre el Pluna y el Lufthansa anterior. Todos son alemanes. Este es cortito, una hora y ya estoy en Berlín. Igual las azafatas reparten jugo y barritas de chocolate. De nuevo, me duele un poco la cabeza.
10:52 – Creo que mi cuestión de «no me copan las mujeres rubias» se fue a la mierda a la hora de estar en Alemania, de paso.
11:40 – Se acaba esto. Estamos por aterrizar en Berlín. La muchacha que tengo al lado esta escribiendo en su laptop una nota sobre Lenny Kravitz .
12:05 – Llegué. Apenas empecé a esperar el equipaje y apareció mi valija. Divino todo. Ahora, ¡A salir!