Shintaro Kago, ingeniero meta-anatómico
Shintaro Kago es una de esas cosas que son tan únicas que después de conocerlas uno no puede imaginar un mundo sin ellas, porque requieren que adaptes tu mente a ellas, y eso no se puede volver atrás. Sí, estoy diciendo que leer la obra de Shintaro Kago es equivalente a daño psicológico irreversible. Me pueden decir que eso es cierto para el guro en general, pero no, nadie hace lo que Kago hace. Lo que los demás hacen visualmente, Kago lo hace conceptualmente.
Varios de ustedes deben tener una idea de a lo que se llama guro hoy en día, lo asociarán con una variedad de hentai llena de gore, escatología, mutilaciones. Kago no tiene nada que ver con eso, tiene todos esos elementos, no voy a decir que no, pero es otra cosa. El truco es simple. Kago no cuenta historias sino que toma un concepto simple, como un laberinto, o duplicar en cada página la cantidad de cuadros, o una fístula anal, empieza a partir de eso y lo explora, lo hace crecer, lo deja tomar control, lo deja salirse de control y explotar en todas las direcciones hasta los límites más hiperbólicos.
Kago articula esta tecnica principalmente alrededor de dos temas, el cuerpo y el medio mismo del comic. En sus comics más que «meta» hay un juego de movimientos inversos. Junto a la explosión del concepto central hay un movimiento inverso en el que el medio implosiona y se repliega sobre sí mismo. En el que el comic pasa a tratarse del comic en el que está explorando el primer concepto. Un comic tan autoconsciente que no puede ser sobre otra cosa que sobre sus propios mecanismos.
El cuerpo es el tema del guro en general, pero Kago no lo usa sólo como una marioneta sobre la que poner mutilaciones y abusos sexuales como (casi) todos los demás artistas del género. No, Kago tiene una fascinación con el cuerpo y su funcionamiento a mitad de camino entre la inocencia del niño tratando de entender sus funciones corporales y la técnica de alguna imposible ingeniería anatómica. Los cuerpos son al mismo tiempo juguetes y herramientas, llenos de funciones y partes y formas de encastrarse unos con otros y con los que se puede hacer cualquier cosa. El cuerpo como máquina.
También todo este balbuceo trasnochado podría ser un montón de mierda, pero aún así deberían intentar leer a Kago y pueden hacerlo bajándolo de acá, donde yo mismo lo subí junto con unos cuantos de Suehiro Maruo, sobre quien no escribí ni creo que vaya a escribir pero podrían leer igual.
Yo nunca he sido muy fan del guro, ver dibujos de niñitas detripadas y cosas como esas nunca me han gustado , pero reconosco que siempre he tenido una facinacion por las historias de shintaro :P.
saludos
sí, después de mi fascinación con kago busqué algunos autores recomendados de guro y la mayoría caían exactamente en esa fórmula de niñas destripadas, desmembradas y demás y fue bastante decepcionante. me quedó clarísimo que los únicos que salen de ese esquema son kago y maruo.
Este post me produjo un loop en mis hábitos musicales. Suehiro Maruo era citado en todas las cubiertas de los discos de Naked City (no dudo que John Zorn es un fanático de los dibujos de niñas destripadas). Leer aquí sobre Maruo y bajarme algunos de sus comics me llevó a volver a escuchar aquellos discos de Naked City que ya me habían aburrido y los de Painkiller (que si bien nunca me aburrieron, los había dejado de lado). Estoy volviendo a valorar toda aquella música y creo que en los próximos días voy a seguir desempolvando viejos CDs de los noventa.
Shintaro Kago y John Zorn: mejor que un fin de semana con Batman.
Bo, valuartes cibernéticos, se agradece la recomendación del comic Bodyworld, es realmente muy excelente.
si, yo tambien lo leí después del post de amadeo y es increible.
se que había ilustraciones de maruo en discos de naked city pero no las vi, ni se si las hizo para la banda o las sacaron de otro lado (naked city siempre tuvo grandes tapas, que tipo con buen gusto zorn).
btw, cualquiera interesado en estos autores y en el buen guro, tiene que obligatoriamente leer el blog samehat.blogspot.com.
Es un vortice a otra dimencion leer a Shintaro. Nunca me voy a olvidar el tiempo que me tome leyendo (mentira, observando) el comic de los strips en strips, hasta llegar a una locura en corte sagital impresionante. Eso trasciende cualquier cosa del guro que haya visto.
Maruo y sus vampiritos tambien la zarpan, merecia la mencion.