Zorro In Arkham.
Batman 681 salió hara cosa de un mes y es la “conclusión” de Batman R.I.P.(1), el arco argumental al que los 20 números anteriores de Morrison en el título iban conduciendo. Como gran parte de las historias de Batman de Morrison es gloriosa, caótica, brillante e inesperada, y frustró las expectativas de mucha gente, pero a pesar de ello, constituyó una de las experiencias en comics mas estúpidamente divertidas, entusiastas y atrapantes del año.
Como experiencia fue insuperable: hacía mucho que no me enganchaba tanto con una historia y los acertijos en su desarrollo. La manera en que esta construida (y el modo en que fue publicada y leída, de forma serial, una de las pocas veces que este formato de hecho mejora la experiencia de lectura) volvieron a Batman R.I.P. un misterio detectivesco enormemente adictivo, un “whodunnit” que producía ansiedad y emoción a cada vuelco. Morrison, consciente de su arco final, plantó a lo largo de la serie un millón de pistas, falsas y no, que pedían a gritos ser rastreadas y encajadas en nuestras explicaciones hipotéticas, las cuales cambiaban con la publicación de cada número, dándole más importancia a una teoría por sobre otras, para inmediatamente darnos vuelta las tablas, y modificar completamente nuestro esquema imaginario. Es un buen misterio, bah, que nos mantuvo atrapados mes a mes y el manejo del suspenso propulsa la lectura adelante.
II.
Lo básico de la historia es lo siguiente: hay un genio criminal, a la altura de Batman, que esta dispuesto a destruirlo. Este genio del mal es conocido solamente como The Black Glove y su plan maléfico se viene desarrollando hace años, dando vueltas y plantando trampas alrededor de Wayne, esperando dar el golpe mortal que lo dejaría un hombre quebrado. Es la historia de Batman que se le nota a Morrison que quiere contar desde los días del ultra-competente e impresionante Batman de la JLA: el héroe mas preparado e inteligente del mundo (aquí resaltan que el superpoder de Batman es no perder nunca, una idea encantadora y bastante cierta) contra el villano mas demoníaco de todos.
A lo largo de los seis números la emoción de la lectura procedía, por un lado, de la lucha ajedrecística entre Batman y The Black Glove y, por otro, del misterio de la identidad de este (La lista era interminable: ¿Batman?, ¿Thomas Wayne?, ¿Alfred?, ¿el hermano perdido de Bruce?, ¿el mismísimo Satán?). El final contestó la primera cuestión decisivamente del lado de Batman, pero en cuanto a la segunda terminó siendo bastante ambiguo y extraño, no dando una identidad clara al Black Glove y deslizando que podría ser Thomas Wayne, podría ser el Diablo y podría ser el mismo Bruce, cosa que decepcionó a varios, incluido a mi en una primera lectura, pero que luego se me antojó como perfectamente acorde al Batman de Morrison.
Este mismo es completamente ambiguo: todo se balancea entre la posibilidad de locura y la hiper-sanidad de Batman (¿es Bruce Wayne un loco o un tipo que esta en sintonía con su mundo y cuya respuesta al asesinato de sus padres, vestirse de murciélago y combatir el crimen, tiene mucho sentido dado su medioambiente ficcional?), la realidad o irrealidad de las aventuras del Black Casebook (una libreta donde el murciélago relata sus aventuras mas bizarras, esas que tienen elfos, bandas de alienígenas musicales o serpientes marinas), el deseo de dejar una marca en el personaje y la realidad de su existencia como una propiedad intelectual de DC Comics y de la producción de comics de Batman hasta el fin de los tiempos, aunque los escriba Beppo, el Súper Mono. Del mismo modo que la interminable y larguísima historia de Batman condiciona y arrastra a Bruce Wayne, el hecho de la continuidad de la publicación condiciona a Morrison.
Y es por eso que su último numero, en el cual las tablas se dan vuelta y se revela que Batman lo sabía desde el primer momento, en el cual vemos a un Batman hiper eficiente, determinado, preparado, malditamente genial, simplemente funciona, porque, como dijo mi amigo Domínguez, revela que, en el fondo, es solo otra aventura más y que el Black Glove es otro villano destinado a ser outsmarted por la mente poderosa como una ciudad de bombillas-cerebro del detective más grande de la galaxia
III.
A diferencia de All Star Superman, su hermano apolíneo (y no es que Batman sea dionisiaco, en realidad se acerca a Hades), el Batman de Morrison adora la inconclusividad, una cierta confusión acerca de su resolución, una aceptación alocada y frenética de la infinitud de sus aventuras. Aceptación, por otro lado, completamente explícita en una historia cuya primera página es esta:
All Star Superman, quizás por su condición de proyecto fuera de la continuidad, provee una visión definitiva, icónica y multidimensional, que integra en profundidad de fractal, a Weisinger, Byrne, Shuster, Maggin, Jurgens y mil creadores más, pero en una figura elevada, completa, dando un comic con una estética rápida, emotiva, limpia, brillante.
En Batman resalta la fractura, lo aparentemente irreconciliable, los elementos de una historia que se apilan como cajas de comics en sótanos húmedos. Batman ha sido, de acuerdo a los días y los años, el oscuro aventurero de la noche y el ridículo héroe chistón con pancita y el incongruente héroe espacial y el detective obsesionado y una mitad del dúo dinámico, simpático y paternal y el aventurero trota mundos y el amante de una femme fatale y el maestro de artes marciales porque es Batman, idiotas, es tan increíble que tuvo mil vidas, cada una mas sorprendente que la anterior. Mientras que Superman es síntesis, Batman es acumulación, caos.
El único tema que se pierde un poco a lo largo del run de Morrison es la idea presente en los primeros números (y prolongada por la aparición de los tres espectros de Batman) de una superación de cierta imagen de Batman asociada al personaje los últimos 20 años, solidificada por Miller y, ahora, por las películas de Nolan: un monomaniático vigilante obsesionado con la guerra contra el crimen, con la venganza y el dolor (físico, psíquico). Sin embargo esto aún no concluye y tengo fe en el relanzamiento luego del largo invierno en el cual se sumerge la serie hasta junio del año que viene, período en que será escrita por Denny O’Neill, Neil Gaiman y finalmente Tony Daniel y luego del cual, se rumorea, habrá un nuevo Batman y Mozz volverá acompañado de…Frank Quitely! Esperemos que retorne recargado y superador, dispuesto a contar historias nuevas y chispeantes como pop-rocks (algo de ello había anunciado en entrevistas ya antiguas, donde decía que luego de Batman R.I.P. se venía una época de nuevos villanos y aventuras rocambolescas). O sino cazare a Dan Didio y lo matare como a un perro.
IV.
Por otra parte, en cuanto a como esta escrita y estructurada, es una de las obras más extrañas y confusas de Morrison, que ya desde Seven Soldiers viene apostando a la cacofonía y la rapidez, al amontonamiento de escenas en un espacio mínimo que se mueve a la velocidad de la luz. Su Batman es una conjunción de detalles y pistas falsas desplegadas en un estilo entrecortado e incansable, que nos da pistas y pedacitos de información en escenas que parecen incongruentes o innecesarias, que salta rápidamente de un momento a otro, con un ritmo de staccato, y deja porciones de la historia o momentos fuera de panel, de una manera intencional, obligándote a pensar y reconstruir.
Este estilo de escritura funciona mejor, mucho mejor, en R.I.P. que en números anteriores, sobretodo porque la base esta asentada, Morrison ha plantado ya los elementos que referirá en su “último” arco argumental, y estos se suceden como ráfagas de metralleta. De ese modo, la riqueza de detalles plantada en los números anteriores explota, dándonos momentos geniales como esta visión del Batman de Zurr En Arrh:
O esta conversación con Batmite, el ridículo elfo de la quinta dimensión:
O la apariencia del Club Of Villains:
O cualquier cosa que dice Damian, el hijo de Batman, uno de esos personajes que por su mezcla de arrogancia y capricho, solo Morrison parece escribir bien:
Morrison rescata y aporta un montón de cosas al universo compartido, como es su costumbre: la revitalización del Club Of Heroes, Damian, los man-bats ninjas (un concepto de esos que funcionan por pura acumulación, que parece hecho a la medida del Universo DC), los tres fantasmas, el Dr. Hurt, el Club Of Villains, un Joker verdaderamente terrorífico y glam… Todos juguetes hermosos, originales y relucientes que seguramente serán arruinados por los hacks y los idiotas como Prometheus.
Morrison expresó que con Batman R.I.P. estaba apuntando a un “frenético goth pulp-noir; punk-psicótico, sombras expresionistas y cambios de escena entrecortados y pesadillescos, inspirados por las raíces de Batman y por el chasqueante ondear de su asombrosa capa”. Pensando en una analogía musical, inmediatamente se me ocurrió Soft Cell: dramatismo y exageración de neón (la imagen en mi cabeza era la tapa del Non Stop Erotic Cabaret), histerismo y ritmos cortantes debajo de los cuales hay historias grotescas, de sexo perverso, de enanos vestidos en colores fluo, de cuero y agujas.
Su aspiración a la incompletitud, la aceptación de lo infinito de Batman, su tangencialidad y su acercamiento totalmente inclusivo y por momentos epiléptico puede ser leído también como su mayor falla, y es de hecho lo que más ha molestado a los *puristas*, pero yo creo que es parte de su encanto y además, muy claramente, esta es una obra que hace de esas características el centro de sus preocupaciones, que esta construida sobre la imposibilidad de terminar una narrativa definitivamente.
El otro punto débil de Batman R.I.P. y, en general, de todo el Batman de Morrison es el arte. No es que sea ilegible, pero Tony Daniel es la perfecta definición de un artista mediocre, un tipo sin mucho estilo (a pesar de que hace intentos y se nota que quiere mejorar) y que es, en el mejor de los casos, servicial. Es como el último Jim Aparo filtrado por Jim Lee: medio aburrido y “flashy” de las maneras Image, con splash pages que no funcionan del todo y una narración que por momentos se vuelve confusa o que esta enmarcada en imágenes que le deben haber parecido cool en el momento de dibujarlas pero que no conducen demasiado bien al ojo alrededor de la página.
V.
Yo llamaría a Batman R.I.P. un triunfo esquizofrénico o un éxito secreto, no una versión perfecta, porque esta construida como la antítesis de ello, como una obra que hace de la infinidad y la acumulación de vidas de un personaje su tema. Y que, además, sobresale como un comic de superhéroes alimentado por la excitación y el atolondramiento (algunos le llamarían “thrill-power”) de un Batman triunfante, incansable, brillante, eternamente un paso adelante del próximo súper-criminal.
«But that’s the thing about Batman.
Batman thinks of everything«.
(1) Porque faltaban los dos números de coda, el 682 y el 683, que son un «clip-show con Darkseid detras del viewmaster» de toda la historia de Batman, una genialidad en donde Morrison condensa decadas de historias en un solo cuadrito y que se lee, realmente, como una despedida perfecta para el único personaje con tantas decadas de continuidad como años de la industria del comic norteamericano. Y que cierra con este discurso:
«I need a disguise», he said, and I thought he had finally gone mad with grief, especially those next words… But when I saw what he meant, when I watched how he surrendered himself to an ideal…How he used each ordeal, each heartache and failure, to become a better man, in the service of others…What could I do but stand in humble awe?. And keep his wounds clean and his uniform tidy. And send him safely on his way.
«I shall become a bat»«Alfred», he said not long ago. «If anyone ever asks for an obituary, tell them Batman’s big secret was the classic whodunnit?. Only it’s not about who killed Batman but who kept him alive all these years». And he stopped there, leaving the rest to me.
The whereabouts of Batman remain unknown.
And yet…I can see him now, in the grip of implacable forces, innumerable foes. Somewhere without hope. In a place where all seems lost.
And I know this…The enemy will look away, for just a moment, underestimating him for that single fraction of a second too long. And no matter how dark the night…There will be no hiding place for evil.
Muy buen posteo.
Si, la verdad que, mientras los fans conservadores más lo odiaban, a mi mas me gustaban todas esas ideas locas; el Batman de Zur-En-Arrh con su Bat-Radia y el Bat-Mite, el Joker siendo el Bowie de Low, los Batmen of Christmas Past (je), El Club of Heroes, la subversión de que la primera página de RIP te diga que NO, BATMAN NO SE VA A MORIR…
Muy bien también la conparación con el Superman de Morrison. All-Star Superman = Iconico; Batman RIP = Iconoclasta.
Bien por Frank Quitely el año que viene, pero espero que salga mas de tres veces por año.
PD; ojalá hagas un posteo de este tipo para cuando termine Final Crisis.
Yo creo que lo más fascinante fue como desde que agarró la serie Morrison se dedicó a explorar una por una todas las diferentes facetas de la personalidad de Batman. Como celebridad, como heroe pop, como detective pulp/noir, como detective ultraracional infalible, como loco. Casi como si fuera un catálogo de batmans posibles. Y hablando con gente que no le gustaba nada de lo que estaba haciendo vi que la mayoría no entendía realmente que es lo que estaba haciendo. Es mucho más complejo de lo que la mayoría pensó a simple vista.
yo creo que la gente estaba esperando que se asiente en uno, o que provea de su propia «vision» de batman, cuando lo que le interesaba es mostrar que no hay una vision definitiva y escribirlo como un especie de perverso polimorfo.
o, como dice Matt Fraction en una entrevista reciente:
Have you read Grant Morrison’s Batman run? It’s a pretty spectacular example of this — using Batman as frame of reference for Batman. The gag is that everything that’s happened in the Batman comic actually happened to Batman, right? And what would that do to a human mind? From the bleak noir stuff to the bam-sock-pow stuff and everything in between. He’s using the whole history of the character to comment on the character as the character endures it. And to comment on the comics mainstream, and on heroes, and all that great stuff. I mean, the first fight scene takes place in an art gallery during a Pop Art retrospective where these faux-Lichtenstein paintings of comics are commenting on the comic we’re reading as we’re reading it, for god’s sake. And as the run went on, Morrison really used the entirety of the character’s history as a frame of reference and context to comment on the character. Batman-as-Batman-as-Pop-Culture-in-toto. It’s a mess, and a glorious one at that, and his reach might have exceeded his grasp for a couple reasons not exactly germane to this discussion, but it’s been a pretty amazing piece, all the same. It’s the Cremaster of superhero comics.
Lo que dice Fraction es exactamente de lo que estaba hablando.
Esa parte que él resalta, la de la pelea en la exposición de arte, era increiblemente obvia en su intención. Y aún así me impresionó la cantidad de gente acusándolo de ser una grasada.
bo amadeo las serpientes marinas existen de verdad.
Agente !: para cuando termine FC tengo pensado un post comparandola con Secret Invasion (si, me lei las porque soy un tipo comprometido con mi trabajo! :D)
mvc: en serio? vos las viste?
Me gusto tu post esta genial, ya tengo el batman rip completo desde el 664 hasta el 683, simplemente es grandioso. Resalta puntos pscologicos e incluso filosoficos acerca de la perfeccion del ser humano…